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Rebolo: el gran desafío es conocer si los exoplanetas tienen atmósfera

Rafael Rebolo es director del Instituto de Astrofísica de Canarias.

Rubén Darío García León/EFE

Santa Cruz de Tenerife —

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El director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Rafael Rebolo, considera que uno de los grandes desafíos para el futuro de la astrofísica es conocer si los exoplanetas de tamaño terrestre tienen atmósfera y establecer su composición química, ya que ésta podría mostrar signos de actividad biológica. Rafael Rebolo, en una entrevista a Efe, indica que la línea de investigación de sistemas exoplanetarios en el IAC está dando resultados interesantes de manera continua. Ha añadido que se ha entrado en una dinámica tal que, tanto en grandes colaboraciones internacionales como en otras de menor tamaño, los grupos de investigación del IAC participan muy activamente en el descubrimiento de planetas del tipo de la Tierra.

Recordó que descubrir este tipo de planetas fue uno de los objetivos que el IAC se planteó cuando hace casi ocho años se redactó su plan de investigación como centro de excelencia Severo Ochoa. Rafael Rebolo indicó que si bien se dice que son planetas como la Tierra por su tamaño y masa y por las temperaturas que se estiman para sus superficies, no se sabe aún si tienen atmósfera.

Insistió en que es fundamental conocer las propiedades atmosféricas para determinar la habitabilidad real de un planeta tipo terrestre. Para detectar las atmósferas de estos planetas tan pequeños habrá que esperar,principalmente, al nuevo telescopio espacial, James Webb que sustituirá al telescopio Hubble, y también al desarrollo de los telescopios “gigantes” de 30 y 40 m que están en construcción. Con ellos se podrá tratar de estudiar las atmósferas de los planetas como la Tierra, pero quizás solo se consiga para unos pocos, los que están en las estrellas más cercanas. “Comprender cómo se produce la vida, y en qué condiciones se desarrolla y persiste puede que precise el análisis de cientos de atmósferas de planetas terrestres. Es un proyecto que sin duda llevará décadas y seguramente exigirá medios de observación más potentes que los que están ahora en construcción” señala el científico.

Otras investigaciones astrofísicas en las que está involucrado el IAC, explica su director, persiguen entender la formación y la evolución de las estrellas en general y de los agujeros negros en particular, la evolución de las galaxias, estudiar la radiación más primitiva del Universo, y estudiar las astropartículas producidas en los fenómenos más energéticos que tienen lugar en el Universo, además de tratar de comprender mejor nuestro Sol y su actividad magnética. En el caso de los agujeros negros manifiesta que es necesario entender cómo son las propiedades físicas de la materia y radiación en su entorno cercano, clave para comprender cómo es la naturaleza última de estos objetos.

Rafael Rebolo afirma que, “afortunadamente” la comunidad científica ha desarrollado tecnologías que permiten ya obtener imágenes de agujeros negros como se ha visto recientemente y cree que habrá “interesantes sorpresas” sobre la física de la gravitación en los estudios de los agujeros negros, especialmente dada la mejora en sensibilidad de los experimentos de ondas gravitacionales. Respecto de la evolución de las galaxias señala que no se comprenden todavía perfectamente, a pesar de que estas agrupaciones de miles de millones de estrellas son las unidades esenciales de la estructura del Universo.

Explica que las galaxias “encierran secretos intrigantes” como los agujeros negros supermasivos y la materia oscura. Esta última es una forma de materia que se manifiesta porque ejerce su fuerza de gravedad pero cuya naturaleza esencial se desconoce. Otro reto relacionado con el origen del Universo son los experimentos de microondas que se llevan a cabo en el observatorio del Teide del IAC en varias colaboraciones internacionales y con las que se estudia el origen de la radiación más primitiva de la que se tiene noticia. Estos experimentos están dedicados a medir la polarización inducida por las ondas gravitacionales que se originaron en la llamada etapa inflacionaria del universo primitivo.

En cuanto a las astropartículas, que se estudian con los telescopios tipo Cherenkov, Rafael Rebolo indicó que se trata de los fenómenos más energéticos que ocurren en el Universo actual. Se producen alrededor de agujeros negros y otros objetos compactos pero también son producto de explosiones de supernovas y otros cataclismos.

El director del IAC destacó que se trata de fenómenos que llevan al límite las propiedades conocidas de la materia y la radiación “ estas observaciones nos devuelve como regalo comprender mejor las fuerzas e interacciones fundamentales de la materia y la radiación”.

Rafael Rebolo no quiere “olvidarse” del estudio del Sol, y en el IAC hay posiblemente uno de los mejores equipos del mundo en física solar. Espera que los países europeos decidan construir el gran telescopio europeo para la física solar, proyecto en el que el IAC trabaja de forma “intensa” y asevera que ya es necesario un acuerdo que debería producirse como muy tarde en 2020 y que permita entrar en la fase de construcción y que que Rebolo comentó que EEUU ya ha desarrollado un telescopio muy potente en este ámbito y si el europeo no se lleva a cabo ahora “se perderá una gran oportunidad” para la física europea.

El proyecto costaría a cada europeo en torno a 40 céntimos en un único pago, a cambio se podrá entender mejor la estrella que nos da energía y la vida“ subrayó Rafael Rebolo.

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