“Nuestra gama Tagalguén 100% es un vino solidario y una apuesta por la economía social”

Jua Jesús Pérez y Adrián en su bodega de la finca Las Glorias.

Esther R. Medina

Villa de Garafía —

Reconoce que el trabajo en el campo “es duro” pero “el contacto con la tierra gratifica”. El enólogo y viticultor Jesús Pérez y Adrián impulsa un proyecto familiar en la finca Las Glorias de Santo Domingo, en Garafía, comprometido con la ecología, la sostenibilidad y la economía social. Se declara “un poco bohemio” y quiere “dignificar la figura del agricultor”.

-Es enólogo, viticultor, apicultor… Su vida gira en torno al campo.

-Soy viticultor, nieto de viticultores y de plataneros. Me formé entre la Escuela de Capacitación Agraria de Tacoronte (Tenerife), la Escuela y Museo de la Vid y el Vino de Madrid y la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Aunque esto viene de más atrás, porque mi abuela hacía vino en Tacoronte y, junto con los típicos turrones de la fiesta, sacó adelante a su familia. Creo que heredé algo de su sabiduría. La apicultura es una aportación de mi suegro, que la ha incluido en el proyecto familiar.

-Su filosofía está orientada a la ecología, a la sostenibilidad y hasta la solidaridad.

-Desde que en el año 2000 adquirimos la finca La Gloria, en Santo Domingo de Garafía, nuestros esfuerzos han estado orientados a producir en ecológico, libre de cargas medioambientales y a que otros agricultores nos sigan el ejemplo. Nuestra gama Tagalguén 100% es un vino solidario. Por cada botella vendida, entregamos al Banco de Alimentos un paquete de gofio que se repartirá en La Palma. Es nuestra forma de hacer un poco de economía social.

-Asesora a los agricultores y compra uva ecológica a un precio por encima de la media. ¿Practica una especie de comercio justo?

-Desde que empezó a funcionar nuestra bodega en 2007, hemos contactado con viticultores de la comarca, afines a nuestra filosofía de respeto por el medio ambiente. Ahora mismo somos 15 viticultores. Le hacemos un seguimiento al viñedo y pactamos los pasos a seguir, fecha de vendimia, forma de pago, cupos, calidades o nuevas plantaciones. Por lo general, pagamos la uva blanca al contado y la tinta siempre antes de que el vino esté en el mercado (normalmente a precios por encima de la media). Nosotros nos comprometemos a pagar y el viticultor o viticultora se compromete a producir calidad y, poco a poco, a abandonar los pesticidas y hacer una agricultura más razonable. Si el viticultor o viticultora están contentos, trabajan a gusto y la bodega tiene uva para producir vino, nosotros también estamos contentos. Con la uva en reconversión hacemos una gama de vinos que sale al mercado como convencional. Aunque muchos clientes ya conocen nuestra ‘política de no intervención’, demandan nuestros productos. Los propios viticultores recomiendan a sus amigos los vinos Tagalguén, es una pequeña forma de cerrar el círculo.

-Disfruta con lo que hace. Ha elegido esta forma de vida.

-El trabajo en el campo es duro, por eso nuestra principal preocupación es dignificar la figura del agricultor. Pero, a pesar de lo duro, el contacto con la tierra es gratificante. Te da libertad. Yo soy un poco bohemio.

-La bodega tiene un carácter familiar.

-Es muy pequeña. La vendimia se realiza con amigos y familia. Los trabajos en bodega los llevo yo y, a veces, me ayuda mi suegro, o Nidia, nuestra hija mayor, que le da nombre a la miel ecológica. Isabel, mi mujer, lleva la gerencia y todo el papeleo, porque yo con eso y con los ordenadores me agobio (risas). Aray, nuestro hijo pequeño, también ayuda, según sus posibilidades. Todos están comprometidos.

-Elabora uno de los dos únicos vinos ecológicos que se producen La Palma.

-Sí, el Tagalguén Ecológico desde el año 2004, fecha de nuestra primera cosecha. En Canarias hay muy pocos vinos ecológicos.

-¿Qué producción anual tiene?

-En torno a 3.000 botellas salen de nuestra finca. Compramos a nuestros viticultores unos 19.000 kilos de uva.

-¿Dónde comercializa sus vinos?

-Principalmente en La Palma, en restaurantes y tiendas especializadas, y puerta a puerta, tanto a residentes como a turistas. También online, y algo en Tenerife, Fuerteventura y Alemania.

-¿Qué variedades de uva utiliza?

-Para nuestro Tagalguén Ecológico, Listán Negro y Tintilla, y para el resto de vinos, las que se producen en la Comarca Noroeste: Listán Blanco y Albillo para los blancos, y Listán Prieto y Almuñeco para los tintos. El año 2013 hemos puesto otra finca en producción con Listán Negro, Syrah y Tempranillo, también en ecológico, pero aún no produce. Estamos impacientes por ver los resultados.

-¿Cuál es el perfil de sus clientes?

-Hay de todo, pero principalmente son gente comprometida con el medioambiente, que busca lo pequeño, lo genuino, lo diferente. Nuestros vinos son distintos y nuestros clientes-amigos lo saben. Un día pasa por la bodega un vecino seguidor fiel y al otro, vienen ocho alemanes que están haciendo un viaje alrededor de la Tierra en un velero totalmente ecológico (risas).

-El Tagalguén 2012 ha sido incluido en el libro ‘Vinos naturales en España. Placer auténtico y agricultura sostenible en copa’, de Joan Gómez Pallarès. ¿Le ayudó a promocionar la bodega?

-Siempre es bueno que hablen de lo que haces, te sientes respaldado, pero, si, además, es de la forma en que lo hizo Joan Gómez Pallarès, pues mejor. Es un estímulo. Gracias a Joan, se pusieron en contacto con nosotros clientes que no nos conocían, incluso de La Palma. Y También gracias a él participamos en la Feria de Torino y nuestros vinos tuvieron mucha aceptación más allá de los Alpes.

-Gómez Pallarès describe el paisaje en el que elabora sus caldos como “simbiosis de tierra y mar, de cielo y nubes, de vientos y vegetación…”.

-Joan Gómez apareció un día por la bodega y me dijo que si me podía hacer un reportaje. Era un día de primavera, creo, pero gris, de esos que el alisio llega a ser un poco molesto. Después de la visita, le llevé al antiguo Puerto de Santo Domingo, entre tabaibas y cardones, y terminamos comiendo en El Bernegal. Tengo la impresión de que quedó alucinado, y lo comprendo, porque yo también me quedé la primera vez que Isabel me llevó por esa  zona (creo que quería enamorarme, y lo consiguió –risas-). Aún hoy alucino con el lugar. Pasado un tiempo, vi el libro y me enteré de que Joan es una eminencia en el tema. Me impone un poco.

-¿Cómo está el sector bodeguero? ¿Se ha visto afectado por la crisis?

-No quiero ser catastrofista como algunos. El sector del vino se ha visto afectado como casi todos, no vamos a engañarnos. Ahora bien, si tenemos en cuenta que casi todas las bodegas de La Palma están vendiendo el vino que hacen de calidad y otro tanto pasa en otras islas... pues no lo veo tan mal. Por supuesto que se podría ir mejor, incentivando el consumo local, que la gente empiece a conocer nuestros caldos y a no hacer comparaciones con los que llegan de fuera, motivando al agricultor, mimándolo para que no abandone y para que exista el relevo generacional, asegurando precios, fidelizando clientes, promoviendo una reconversión paulatina a la producción ecológica... Hay mucho por hacer a escala de pequeña economía para poder mover la gran economía.

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