El feminismo vuelve a las calles de La Palma: “Las mujeres no queremos trato preferencial, sino justicia social”

La Palma Ahora

Santa Cruz de La Palma —

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El feminismo ha vuelto a salir a las calles de La Palma en la tarde de este 8M para reclamar avances para la mujer. En el atrio del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma se ha celebrado una concentración convocada por la Plataforma Feminista Palmera bajo el lema ‘Por tus derechos’. Por su parte, la Asociación Feminista Jacaranda Palmera celebró una manifestación en Los Llanos de Aridane con el lema 'Invertir en los derechos de las mujeres, acelerar la igualdad'.

Manifiesto de la Plataforma feminista Palmera

El 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, un día de lucha, de reivindicación, de alzar la voz y de exigir derechos para nosotras, por las que fueron y las que vendrán. Ser mujer no es fácil en un contexto hostil, en el que las desigualdades se viven como algo natural, en donde las mujeres hemos sido invisibilizadas, cosificadas y utilizadas de forma generalizada.

Hoy decimos que las Mujeres no queremos ser omitidas, necesitamos ser escuchadas, reconocidas y valoradas por nuestro trabajo y capacidades. No somos impostoras ni ocupamos lugares que no nos corresponden. 

Las mujeres no queremos

¡No queremos ser obviadas en el lenguaje, ni en el oral y ni en el escrito!

No queremos ser cosificadas. Nuestros cuerpos no son territorio de conquista, ni objetos sujetos a la opinión de otras personas. No somos objetos ni mercancías, somos personas autónomas, suficientes y estamos hartas de prácticas sexistas y estereotipos que condicionan a una forma de ser y de existir.

No queremos ser utilizadas, no somos herramientas ni medios para conseguir metas ajenas. Estamos cansadas de esforzarnos en nuestros trabajos y luego ser privadas del reconocimiento del mismo.

No queremos simulaciones en materia de igualdad. Necesitamos que los pasos que se den sean verdaderos; que las políticas públicas en materia de igualdad aborden los retos y desafíos reales que enfrentamos las mujeres en el día a día. Basta ya de discursos sin contenido, queremos acciones contundentes que nos ayuden a lograr la igualdad.

No queremos trabajos precarios, con sueldos que no lleguen a fin de mes. Tampoco queremos recibir un menor salario que un hombre por un trabajo igual. Ni ser estigmatizadas en el trabajo por solicitar permisos recurrentemente para realizar tareas de cuidados, o por utilizar la baja por regla dolorosa.

No queremos maternidades forzadas. Ser madre tiene que ser un ejercicio libre y que no se nos cuestione por no querer serlo. Rechazamos las cargas mentales por no corresponder al tipo de mujer ideal que la sociedad nos ha trazado.

No queremos que las tareas de cuidados recaigan en nosotras exclusivamente. No queremos ese trabajo invisibilizado que nos obliga a cumplir una doble y, hasta triple, jornada. Ni cuidar y no ser cuidadas, queremos hombres corresponsables y espacios de trabajo que permitan la conciliación.

No queremos brechas de género, ni discursos que justifiquen su existencia. Necesitamos acciones transformadoras.

No queremos vivir violencias machistas, ni actuaciones omisas por parte de las instituciones. No queremos más violencias sexuales, ni más agresiones.

No queremos una sociedad que niegue la existencia de las desigualdades de género, ni que construya vínculos basados en la violencia y la justificación de las violencias machistas.

No queremos comentarios, chistes, ni discursos misóginos ni machistas. No tenemos la piel fina. Los chistes con base en violencia contra las mujeres o cualquier otro colectivo históricamente vulnerado, oprimido y discriminado, son simplemente inaceptables.

No queremos guerras, y en especial, el genocidio del pueblo palestino que sufre una cruel ocupación cuyo único fi n es exterminarlo mediante el bombardeo, el hambre, la carencia de agua y medicinas, la destrucción de hospitales, escuelas, campos de refugio y cualquier infraestructura vital. Los reiterados crímenes de guerra cometidos y las decenas de miles de víctimas merecen que todos los gobiernos del mundo impongan un alto el fuego definitivo al genocida Netanyahu. Ni guerras que nos destruyan ni paz que nos oprima.

Declaramos nuestra solidaridad con todos los pueblos que sufren las guerras y ocupaciones coloniales, especialmente con las mujeres cuyos cuerpos son usados como territorios de conquista, al mismo tiempo que tienen que luchar por su liberación ante el patriarcado.

No queremos fronteras y leyes que impiden el libre tránsito. ¡Abajo aquellas que condenan a millones de personas, sobre todo a las más empobrecidas, procedentes de países cuyas riquezas son expoliadas por el Norte rico, con graves consecuencias para las poblaciones del Sur Global!

Por todo ello, este 8M, alzamos nuestras voces de manera determinante y decimos, fuerte y claro, que las mujeres si queremos frenar las desigualdades sistémicas y exigimos un cambio estructural, que elimine las barreras que nos alejan del ejercicio pleno de nuestros derechos. Necesitamos la transformación del sistema patriarcal que nos oprime y nos condena a condiciones de desigualdad. Para ello es fundamental trabajar coordinadamente en condiciones de trabajo que garanticen la igualdad salarial y el empoderamiento de las mujeres; romper el techo de cristal y combatir las prácticas sexistas en todos los ámbitos; sensibilización a todos los

niveles en materia de igualdad; participación política sin sesgos de género y, una asignatura pendiente y que es fundamental: romper con los pactos patriarcales que perpetúan la discriminación y desigualdad.

Las mujeres s´’ queremos igualdad, respeto a nuestros derechos y la posibilidad de realizar nuestro proyecto de vida. Para ello necesitamos acciones con enfoque feminista que visibilicen que las mujeres somos diversas, con condiciones y necesidades particulares, así como con problemáticas diferentes. Por tanto, necesitamos recursos y alternativas acordes a nuestras necesidades para lograr transformar nuestras condiciones particulares.

No queremos un trato preferencial, queremos justicia social

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