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“Las artes marciales pueden prevenir el acoso escolar sin agresividad”

Javier Brito Lorenzo es es entrenador de defensa personal.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

“Muchos alumnos se derrumban simplemente con que les llamen gordo o les digan que no sirven para nada, y las artes marciales tradicionales pueden prevenir la violencia y el bullying en el ámbito escolar”, ha asegurado a La Palma Ahora Javier Brito Lorenzo, abogado, entrenador de defensa personal y coordinador del Aula de Formación Continua de Santa Cruz de La Palma, que desarrollará un proyecto en los centros escolares, conjuntamente con el Ayuntamiento de la capital,  para “dotar a nuestros menores de los valores y ventajas de la práctica de las artes marciales, tanto físicas como mentales, y que puedan extrapolar estas enseñanzas a sus relaciones familiares y sociales”, explica. “La falta de respeto es lo que desencadena el acoso escolar y las agresiones, y se trata de enseñar en los colegios la defensa personal pero no como una actividad violenta y agresiva, porque con un solo dedo se puede repeler una agresión”, subraya Brito, quien es además entrenador de agentes policiales y de mujeres que quieren sentirse seguras ante una hipotética agresión de violencia de género. 

Sambo-defensa personal es “un método completo derivado de las artes marciales tradicionales, un método moderno de defensa sin armas”, precisa. En el Aula de Formación continua de Santa Cruz de La Palma, fundada hace dos años, “prima la influencia de las aplicaciones prácticas contenidas en los katas de kárate y el kyusho-jitsu, judo y jiujitsu”. “Queremos llevar a los colegios los valores de las artes marciales, el respeto, el autodominio, el espíritu de sacrificio, la solidaridad, que en la actualidad se están perdiendo”, asegura. 

Los objetivos del proyecto son “trabajar tanto con los sujetos que intervienen en el acoso como con las propias consecuencias que provoca el bullying, con estrategias de prevención”, detalla. 

Esta actividad, en una primera fase, se enfocará a la Educación Básica,  y se trabajará con alumnos de Primaria (de 9 a 12 años) y Secundaria (hasta los 16 años). En los tres primeros meses se realizarán charlas y exhibiciones. En la segunda fase, los centros interesados pueden incluir las clases de artes marciales tradicionales en horario lectivo, en el espacio dedicado a la asignatura de Educación Física.

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