Dos meses después de la erupción de La Palma: entre la memoria, la resiliencia y la reivindicación

Manuel, de 66 años, en las inmediaciones de su casa, en Tacande, en El Paso, el 25 de febrero. Manuel lleva 20 días viviendo de nuevo en su casa después de que el volcán paró de emitir lava.

Europa Press

Los Llanos de Aridane —
27 de febrero de 2022 11:15 h

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Este pasado viernes 25 de febrero se cumplieron exactamente dos meses desde que las autoridades dieran por finalizada la erupción del volcán de la isla de La Palma tras 85 días de actividad. Pasado este tiempo, los ciudadanos de la isla se encuentran inmersos en el recuerdo reciente de este acontecimiento, la resiliencia palmera a la que hacen referencia ellos mismos y la reivindicación ante las Administraciones estatales, autonómicas y locales para que las ayudas lleguen cuanto antes y así afrontar el proceso de reconstrucción.

Precisamente, el Gobierno central quería hacer coincidir la efeméride del final del proceso eruptivo del volcán de Cumbre Vieja con la celebración de la Conferencia de Presidentes en Los Llanos de Aridane y con más actos de homenaje, a los que iban a acudir los Reyes y casi todas las autoridades del Estado.

Sin embargo, la crisis de Ucrania llevó al Gobierno a tomar la decisión de, 24 horas antes de celebrarse, posponer 'sine die' esta Conferencia de Presidentes, por lo que La Palma se volvió a quedar sin este foro multilateral al menos por el momento.

En cualquier caso, varias autoridades y medios de comunicación ya se encontraban en la isla de La Palma, y, con la cancelación, muchos de ellos, entre ellos numerosos periodistas, como el que os está hablando ahora mismo a través de estas líneas, han aprovechado su estancia en este territorio para poder contar de primera mano la situación actual de la isla en pleno proceso de reconstrucción tras dos meses desde el día oficial que acabara la erupción.

La memoria: la historia de Manuel

En la carretera San Nicolás, en el término municipal de El Paso, vive Manuel Toledo, en la casa más cercana a la colada de lava del volcán, que se encuentra a escasos diez metros de su residencia, en la que, según nos explica él mismo, nació hace ya 66 años.

La colada de lava no llegó, por muy poco, a su casa y a la de su hermano, pero aún dos meses después sigue habiendo muchísima ceniza en el huerto que tienen al lado, aunque ya comienzan a aparecer algunos brotes verdes de las vides que tenía.

Manuel se encontraba en su casa el 19 de septiembre, cuando comenzó la erupción del volcán, y ese mismo día le desalojaron, dándole tiempo a agarrar solamente unas escrituras y algunas cosas de valor. “Dejé la puerta abierta y estuvo así casi un mes”, nos explica.

Volvió a su hogar hace apenas veinte días y nos cuenta emocionado que no ha llegado aún ninguna ayuda estatal, pero sí que están recibiendo las locales, como una lavadora que le acababa de llegar del ayuntamiento de El Paso. Quiere que la erupción no caiga en el olvido y que también en la Península sobreviva la memoria para que se pueda dar cuanto antes el proceso de reconstrucción.

Manuel sonríe cuando nos presenta a Machín, un cerdo de un año de vida, que, según nos cuenta, estuvo unos nueve días sin recibir ningún tipo de comida hasta que ya le pudieron desalojar también. “Cuando regreséis de nuevo, no creo que le volváis a ver”, bromea.

La reivindicación: que lleguen cuanto antes las ayudas

Una de las principales sensaciones que se perciben cuando visitas actualmente la isla de La Palma es la de la reivindicación para que lleguen cuanto antes las ayudas y se pueda abordar de manera integral la reconstrucción tras la erupción del volcán.

Precisamente, el viernes, también coincidiendo con la efeméride del fin de la erupción, centenares de personas, movilizadas por plataformas y asociaciones de afectados por el volcán, recorrieron el centro de la localidad de Los Llanos de Aridane para exigir a las Administraciones centrales, autonómicas y locales que agilicen las ayudas.

“Prácticamente no ha llegado nada, y lo peor es que no haya llegado nada, lo peor es que no tenemos certidumbre, son todo engaños, promesas, estamos en el limbo”, clamaba el presidente de la Asociación social volcán Cumbre Vieja, Juan Vicente Rodríguez Leal.

En este contexto, lo que están exigiendo es una serie de reivindicaciones y “sobre todo la certidumbre y la participación o bien con mesas de trabajo o bien a través de un consorcio”. “Sin nosotros no se puede reconstruir esto”, señalan.

Una de las principales quejas de esta manifestación también han sido las casas contenedores. Algunas ya han llegado al puerto de Santa Cruz de La Palma y los operarios trabajan en Los Llanos de Aridane para habilitar estos habitáculos para la gente que ha perdido su hogar.

La resiliencia: el proceso de reconstrucción

“El carácter palmero”, ha sido una de las referencias más utilizadas cuando los ciudadanos de la isla explican la situación de los más de tres meses de erupción, explicándonos con asunción las desgracias personales que había provocado este fenómeno natural.

Esta resiliencia palmera es el carácter al que están apelando para seguir adelante con el proceso de reconstrucción de la isla.

En este punto, el presidente del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) Tedote, que agrupa a gran parte del sector turístico de La Palma y de la Asociación para el Desarrollo Turístico de La Palma (Asdetur), Oscar León, nos explica que están trabajando para que se “logre borrar la imagen de isla con problemas”.

“A nivel europeo, el sector empresarial y el cabildo de La Palma, estamos haciendo en redes lo que podemos, pero no lo suficientemente fuerte para que en esos mercados europeos se sepa la realidad de la isla y se logre borrar la imagen de isla con problemas, familias sin casas”, subraya.

Por su parte, el presidente de la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (ASPA), Miguel Martín, nos recibe en su plantación de plataneras, muy cercana al aeropuerto de Santa Cruz de La Palma, y nos detalla la importancia del sector primario en la isla.

En este contexto, insiste en la necesidad de recuperar los terrenos afectados por la lava. “La isla de la Palma no se puede permitir bajo ningún concepto perder esos 40 millones de kilos de plátanos porque la economía insular depende mucho de nosotros, somos más del 50% del PIB”, proclama.

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