El reloj que marca la demencia

En la imagen, dos relojes realizados por dos pacientes con demencia.

La Palma Ahora

Santa Cruz de La Palma —

El test del reloj es una prueba que sirve para detectar el deterioro cognitivo que se producen en muchas enfermedades neurológicas y psiquiátricas. Es independiente de la edad, cultura, lenguaje y nivel educativo. La Casa Salazar de Santa Cruz de La Palma acoge la exposición Los relojes tienen un horario que cumplir que ha sido organizada con motivo del Día Mundial del Alzheimer y que está integrada por relojes realizados en un folio por pacientes del Hospital General de La Palma afectados por algún deterioro cognitivo.

La muestra está organizada por el Servicio Canario de Salud (SCS), el Cabildo, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma y la Obra Social la Caixa, con la colaboración de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA) de La Palma, la Sociedad Canaria de Neurología y el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane. La dirección de la exposición y los textos están a cargo de Azuquahe Pérez, neurólogo del Hospital General, mientras que las fotografías de los relojes de los pacientes con demencia han sido realizadas por Saúl Santos.

Azuquahe Pérez explica que la exposición, que lleva por título Los relojes tienen un horario que cumplir, trata “del tiempo y de cómo se expresa el paso del mismo en las personas que comienzan a presentar un deterioro de cualquiera de sus funciones cognitivas”. Es una muestra que “usando uno de los test cognitivos de cribado más reconocidos y usados por neurólogos de todo el mundo (el test del reloj), muestra el declive cognitivo y funcional que se produce en estas enfermedades y sirve para explicar que el deterioro no afecta solo a la memoria, que las demencias no son solo Alzheimer y que no solo es una persona la que sufre, que la familia, los cuidadores, el entorno, forman parte fundamental e imprescindible en todo el proceso”.

Para el test del reloj, se le da al paciente un folio en blanco y se le pide que dibuje un reloj redondo y grande, que coloque en él todos sus números y las manecillas marcando las once y diez. En la forma de la esfera el neurólogo valora que “sea circular u ovalada y que esté completa, sin grandes distorsiones o muy asimétrica”. En los números se tiene en cuenta que “estén todos presentes, en el orden y el lugar que les corresponden”, mientras que en las manecillas se analiza que “estén en la posición indicada y con las proporciones de tamaño adecuadas”.

En la exposición se hace un repaso a “las funciones cognitivas y las repercusiones que puede provocar su deterioro; la memoria, sí, pero también el lenguaje, las funciones visuoespaciales, las ejecutivas, las gnosias, las praxias… Nombres que suenan extraños, pero que son habituales en el devenir diario de un paciente con demencia”, dice el neurólogo Azuquahe Pérez.

Este especialista subraya que también se muestra “una pincelada a través de fotos de esa relación, sujeta a veces a los caprichos de la enfermedad, que se establece entre los pacientes y sus cuidadores, sus familiares, y cómo esa pérdida continua marcada por el reloj, es, en muchas ocasiones, el único vínculo que permite a los pacientes agarrarse a quienes fueron y aún son”.

La exposición puede contemplarse en la Casa Salazar de la capital hasta el próximo 15 de septiembre, mientras que del 19 al 26 de los corrientes podrá visitarse en la Casa de la Cultura de Los Llanos de Aridane.

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