Caen en Francia los autores de los últimos atentados de ETA

Una operación de la Policía gala y de la Guardia Civil permitió este sábado la detención de cuatro etarras a los que se atribuyen las últimas acciones de la banda -excepto el atentado de Durango- en una casa de Cahors (Francia) considerada la “fábrica” de coches-bomba de ETA y en la que había ya otro preparado.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, destacó este sábado la “enorme importancia” de las detenciones y dijo que Luis Ignacio Iruretagoiena Lanz, Suni, Oihan Barandalla Goñi, Ander Múgica Andonegi y Alaitz Aramendi Jaunarena constituían el “núcleo central” del comando que perpetró el atentado contra la T-4 de Barajas y que hizo explotar una furgoneta en Castellón el pasado domingo.

Rubalcaba afirmó que los arrestados “estaban preparando un coche-bomba” que según fuentes de la lucha antiterrorista era un turismo -en este caso no se trataba de una furgoneta- que ha sido encontrado en el garaje de la vivienda “prácticamente preparado” para ser utilizado en un atentado.

La confección de los artefactos corría a cargo de Iruretagoiena, de 50 años, considerado el máximo experto en explosivos de ETA y que tras pasar varios años en Latinoamérica -donde llegó a unirse a la guerrilla salvadoreña- volvió a Francia y se incorporó de nuevo a la banda.

Su lugar actual de trabajo era la casa de Cahors, a la que Rubalcaba se refirió como la “base de operaciones” desde la que se habían planificado y preparado las principales actividades de ETA en los últimos meses.

En este sentido el fiscal adjunto antiterrorista de París, Jean-Michel Bourles, que se desplazó a Cahors para participar en el registro de la vivienda junto a los detenidos, detalló que éstos tenían en su poder dos recipientes adecuados para llenarlos con hasta doscientos kilos de explosivo cada uno.

En declaraciones a los periodistas, Bourles declaró que la casa había sido alquilada hace algunas semanas y contenía “todo lo necesario para crear cargas explosivas importantes que podían provocar explosiones enormes”.

En Madrid Rubalcaba encuadró a los arrestados en el aparato militar de la banda y aseguró que su detención es fruto de una “minuciosa tarea de investigación” iniciada tras la captura el pasado 2 de julio en la localidad vascofrancesa de Saint Jean de Pied-de-Port de José Antonio Aranibar.

Éste circulaba en una furgoneta Citroën Berlingo cargada con 140 kilos de explosivo junto a los también etarras Ekaitz Agirre y Ángel Cardaño y, según Interior, se disponía a entrar en España por Navarra para cometer un atentado durante la celebración del debate sobre el Estado de la Nación.

Esa furgoneta, así como la que estalló en la T-4 y la de Castellón llevaban la “firma” de Iruretagoiena, al que las Fuerzas de Seguridad responsabilizan de la elaboración de los últimos artefactos de ETA, de gran potencia y “muy sofisticados”.

El titular de Interior también afirmó la “relación directa” de los detenidos con el secuestro en un cámping de Las Landas de la familia de Orio (Guipúzcoa) propietaria de la furgoneta Mercedes Vito que los etarras explosionaron luego en Castellón, extremo confirmado asimismo por el fiscal Bourles.

Además del máximo experto en explosivos de ETA, entre los detenidos figura Oihan Barandalla, considerado el “lugarteniente” del responsable del aparato militar de ETA, Garikoitz Aspiazu, Txeroki.

A Barandalla, que estaba huido desde 2003, se le relaciona con el alquiler de viviendas para la banda terrorista en Francia y ha sido reconocido como uno de los autores del robo en octubre del año pasado de 350 armas y municiones en la empresa SIDAM de la localidad de Vauvert.

El tercer detenido es Ander Mugica Andonegi, que el pasado 19 de julio huyó de un taxi en Torreblanca (Castellón) al detectar un control policial y cuyas huellas fueron halladas en el coche con explosivos abandonado por la banda en Ayamonte (Huelva) el 21 de junio.

Además una de sus huellas fue encontrada entre las recogidas del coche con más de cien kilos de explosivo que fue abandonado por ETA el pasado 21 de junio en la localidad onubense de Ayamonte al detectar la presencia de un control de la Guardia Civil y de la Guardia Nacional Republicana portuguesa.

Fuentes de la lucha antiterrorista creen que Múgica, al creerse “cercado” en Ayamonte, decidió volver a Francia por la costa levantina, motivo por el que fue identificado semanas más tarde en Castellón.

De la última detenida, Alaitz Aramendi, apenas hay datos, y sólo se sabe que se encontraba en paradero desconocido desde junio de 2005, a pesar de que contra ella no consta ninguna reclamación judicial.

Con estas detenciones las Fuerzas de Seguridad consideran esclarecidas las últimas acciones cometidas por ETA, salvo el atentado del pasado día 24 en Durango (Vizcaya) contra la casa cuartel de la Guardia Civil de esta localidad y el que la banda pretendía cometer en Santander y que se vio frustrado con la detención de Aritz Arginzoniz en esa ciudad el 10 de julio.

Fuentes de la lucha antiterrorista atribuyen estas dos acciones a la estructura que la banda mantiene en la provincia de Vizcaya.

El ministro del Interior informó de que, con las practicadas este sábado, son ya 26 las detenciones de etarras desde que la organización diera por finalizado el alto el fuego el pasado 5 de junio; 96 desde que comenzara la tregua y 327 en lo que va de legislatura.

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