De Juana vuelve a ser alimentado por la fuerza mediante una sonda

Según confirmaron fuentes penitenciarias, los facultativos que atienden al etarra en el hospital Doce de Octubre de Madrid adoptaron esta medida en vista del deterioro que la salud de De Juana había experimentado desde ese día, ya que no ingería ningún tipo de alimento. Los médicos valoraron esta situación y consideraron que la única medida efectiva para conservar la vida del etarra es la colocación de la sonda, a pesar de los efectos secundarios que esto puede acarrearle.

La colocación de la sonda -que según las fuentes consultadas fue realizada por el personal sanitario sin necesidad de sedar al interno ni de recurrir a la fuerza pública- obligará a la inmovilización absoluta del recluso para que no vuelva a quitársela. Hasta el pasado viernes, los médicos mantenían a De Juana con la sonda puesta durante todo el día, ya que quitársela y luego ponérsela para alimentarle puede provocarle más daños en su organismo.

Sin embargo, sólo le inmovilizaban a la cama de pies y manos cuando procedían a su alimentación forzosa, ya que mantenerle inmovilizado todo el día puede acarrear otros efectos secundarios como llagas o alteraciones nerviosas. Esta circunstancia es la que permitió a De Juana desprenderse el pasado viernes de la sonda por sus propios medios.

El etarra inició el 7 de noviembre su segunda huelga de hambre -había mantenido otra entre el 7 de agosto y el 8 de octubre pasados- después de que conociera que la Audiencia Nacional le iba a condenar a doce años y medio por un delito de amenazas terroristas, pena que después rebajó el Tribunal Supremo a tres años de cárcel. Ante su negativa a alimentarse y dado el deterioro de su estado, el 24 de noviembre se ordenó su traslado a la Unidad de Nutrición del hospital Doce de Octubre, cuyos facultativos le colocaron el pasado 12 de diciembre una sonda nasogástrica para proceder a su alimentación por esa vía, en contra de su voluntad.

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