Zapatero condiciona un acuerdo político en el País Vasco al fin de la violencia

Zapatero fijó esos principios en la clausura de la Conferencia municipal y foral celebrada por el PSE en Vitoria, que supone su primera visita al País Vasco desde el fin del alto el fuego de ETA con el atentado perpetrado en el aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas el pasado 30 de diciembre.

El jefe del Ejecutivo comenzó su intervención elogiando la labor del PSE y dirigiéndose a los ciudadanos de Euskadi para explicarles esos cinco principios que considera esenciales para lograr la convivencia libre y en paz en el País Vasco. El primero de ellos es que “para hablar de paz hay que olvidar completamente y para siempre la violencia en el País Vasco y en el conjunto de España”.

El segundo consiste en que, para concurrir a las elecciones (no citó expresamente en ningún momento a Batasuna), hay que respetar las leyes, “todas las leyes, y, por tanto -precisó- la ley de partidos”. Y para respetar la ley de partidos explicó que hay que aceptar que, en política, sólo valen los métodos democráticos y hay que rechazar la violencia, la coacción o cualquier tipo de amenaza para estar en la representación institucional.

El tercero de los principios enumerados fue que el futuro de Euskadi pasa por un acuerdo plural entre partidos decidido por los ciudadanos en el marco de la Constitución y de las leyes. El PSOE siempre apostará por ese acuerdo plural, pero -y ese fue el cuarto principio- no dará un paso adelante mientras subsista la violencia o la amenaza de violencia.

El quinto y último principio fue la expresión de una posición personal: “Mantengo intacta mi determinación por alcanzar la paz, por ver el fin de la violencia, uniendo a todos los vascos, a todos los partidos vascos y unidos todos los ciudadanos de España; sólo así -aseguró- trabajo como presidente del Gobierno.

“Gracias por combatir el odio, por resistir a los violentos”

Zapatero preguntó a los que usan la violencia qué es lo que temen y detrás de que se refugian para no ser capaces de usar sólo la palabra, y les planteó si acaso piensan que, en democracia, sus tesis nunca podrán ser mayoritarias. A renglón seguido, subrayó que con la palabra y con el respeto a la libertad siempre se avanza, y recordó que la democracia ha demostrado históricamente (“y puede demostrar en el futuro”, precisó) su gran capacidad de integración y de superación “hasta en los momentos más duros que haya podido vivir un pueblo”.

Alabó que el PSE sea “una fuerza imparable”, y aseguró que esta formación está repleta de “gente valiente de buena fe”, que, a su juicio, es la que gana la convivencia pacífica. “Gracias por trabajar en favor de la paz, por combatir el odio, por resistir a los violentos y a los ataques a nuestras sedes, por soportar a los que, incomprensiblemente, os llevan a los tribunales simplemente por buscar la paz”, dijo en referencia a las denuncias presentadas por el PP y el Foro Ermua contra los dirigentes del PSE Patxi López y Rodolfo Ares por reunirse con representantes de la ilegalizada Batasuna.

También agradeció al PSE que no utilice nunca a las víctimas del terrorismo y por “soportar que otros lo hagan”. Zapatero se mostró convencido de que en el País Vasco crecen el PSE y la razón democrática, de que la inmensa mayoría de vascos no consiente que se pueda seguir manchando la identidad y la historia de un pueblo, y de que es “imparable” que crezca la determinación del fin de la violencia.

También se vanaglorió del respeto institucional que mantiene con el Gobierno vasco y con su lehendakari, Juan José Ibarretxe, y que dijo que ha permitido pasar de una política “de enfrentamiento permanente entre gobiernos” a otra de diálogo, respeto y colaboración. Tras renovar su compromiso de colaboración, rechazó que eso pueda representar alguna renuncia a los principios y a la visión que cada uno puede tener sobre cómo ha de ser el modelo de convivencia.

“Tomar nota de los insultos” del PP

Zapatero aprovechó para hacer un repaso de diversas políticas de su Gobierno, especialmente las sociales, y recordó iniciativas como la ley de Dependencia, la de Igualdad, la subida de las pensiones y la creación de empleo.

Llamó a reivindicar esos logros con humildad, pero con orgullo, y dijo que, si ante la evolución positiva de España el PP se prodiga en “insultos”, eso supone el mejor testimonio de cómo no se debe hacer oposición. Por ello, instó a “tomar nota” para que cuando los socialistas vuelvan a la oposición, ésta sea útil, constructiva y respetuosa.

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