Las siete cruces de Soria en Valencia

Según revelan algunos asistentes a los debates de la ponencia política que aprobó el XVI Congreso del PP, siete han sido las “cruces” que ha tenido que sobrellevar José Manuel Soria en este cónclave popular de Valencia para poder aprobar su texto e integrar parte de las numerosas enmiendas que suscitó:

María San Gil. La exclusión de su “ponencia alternativa”, que figuraba finalmente en el texto oficial, y su posterior alejamiento del PP, ha sido la cruz que más ha desgastado a Soria en Valencia, aunque él no parece llevarla con desagrado. A día de hoy, San Gil es la única figura que aglutina a todo el sector crítico y parte del oficialista, que coincide además en que Soria la ha “maltratado”, no sólo por su ya célebre SMS con el “¡Arriba España!” sino por ofrecerse con gusto como “cabeza visible” del “aparato” que cercenó finalmente su aportación a la ponencia política, que al principio criticaba abiertamente al PNV por no luchar con firmeza contra el terrorismo, acusación que finalmente desapareció.

Nacionalismos. Según fuentes de la delegación canaria, el momento “más duro” del XVI Congreso fue para ellos aquel en que el propio Aznar afirmó en la tribuna que el PP tenía “una deuda impagable de agradecimiento” con San Gil y cuando recordó que “en 1996 primero ganamos y después gobernamos con diálogo y acuerdos. Por eso orden, que no se nos olvide”, en alusión a CiU, PNV y CC. A juicio de estos delegados, a muchos de sus componentes se les “atragantó” la ponencia cuando descubrieron que ésta advierte que el límite de los pactos con los nacionalistas es que “abandonen esa deriva soberanista en la que están inmersos”, pues CC ha anunciado que abrirá ese debate en su próximo congreso nacional.

Bilingüismo. A muchos dirigentes del PP les resultó “llamativo” oír a Soria en Valencia defendiendo el “bilingüismo integrador” en Baleares para equiparar el catalán y el castellano en el otro archipiélago. El motivo fue la “gresca” que se organizó entre el sector “españolista” que defiende el alcalde de Calviá, Carlos Delgado, y la presidenta en funciones del partido, Rosa Estarás, cara al congreso regional del PP balear que comienza el 5 de julio y a cuya presidencia ambos aspiran. Esto obligó a Soria a defender el “parlar catalá”, pero no en la intimidad, sino públicamente en los debates de la ponencia.

Matrimonio homosexual. Una de las sorpresas del XVI Congreso fue la enmienda de Cristina Cifuentes, diputada autonómica madrileña, y Ángel Garrido, concejal capitalino, ambos afines a los críticos que lidera Esperanza Aguirre: “Apoyamos y defendemos el derecho de las parejas formadas por personas del mismo sexo a poder contraer matrimonio, tal y como recoge la actual legislación española”, por lo que estaban a favor de la retirada del recurso de inconstitucionalidad que planteó el PP contra el mismo. Pero Soria se negó a aceptar la enmienda.

Centrismo / Derecha. Aunque Soria hizo filigranas para admitir parte de las enmiendas de Vidal Quadras que aludían a la prioridad de los pactos con el PSOE en lugar de los nacionalistas y al tiempo no cerrar las puertas a los acuerdos con formaciones tipo Coalición Canaria, su definición del PP como partido “de centro reformista” ha soliviantado a varios sectores del partido, que recuerdan las palabras de Aznar en las que advertía que “nadie nos tiene que enseñar el camino del centro”. La decisión de Rajoy de integrar a Vidal Quadras en el Comité Ejecutivo, cuando es un firme defensor de las esencias conservadoras y liberales, en lugar de alguna dirigente canaria propuesta por Soria, que se quemó defendiendo el citado “centro reformista”, no ha pasado desapercibida para los “marianólogos”.

Educación para la Ciudadanía. Soria defendió con ardor el derecho a la “objeción de conciencia” de los padres ante la asignatura de Educación para la Ciudadanía, y en los debates recordó que ésta no se aplica en Canarias, a pesar de sus pactos con CC. A su juicio, esta asignatura es una “herramienta para el adoctrinamiento político”.

Nombramientos. No pudo ser. A pesar del arduo trabajo que significó la ponencia política y el desgaste interno que su defensa le ha ocasionado, Soria no pudo entrar en el “círculo interior” de Rajoy ni tampoco pudo colocar a algunas de sus fieles, pues creía que si sugería el nombre de varias mujeres del “aparato” en Canarias, éstas iban a ser mejor recibidas por el nuevo tandem Cospedal-Soraya. Finalmente, y de acuerdo con Rajoy, permanecen Cristina Tavío y Pepa Luzardo.

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