''No podemos admitir la permanente deslealtad de los nacionalistas''

“Al PP canario le ha ido bien cuando ha mantenido un diálogo político con Coalición Canaria”, declaró el domingo José Manuel Soria, pero el martes en su ponencia política firmaba estas palabras: “La permanente deslealtad al marco autonómico y sus límites han otorgado a los partidos nacionalistas una capacidad de arbitraje y desestabilización del modelo diseñado en nuestra Constitución que no podemos admitir”. Según fuentes del PP consultadas por CANARIAS AHORA, esta frase de la ponencia política del PP, escrita por Soria ?o por mejor decir, sugerida por el entorno de Mariano Rajoy y firmada finalmente por él?, es la que provocó parte de la tormenta que ha desencadenado la dimisión de María San Gil y ha suscitado una de las más duras crisis del PP nacional en la víspera de su transcendental Congreso de Valencia.

Poco a poco se van conociendo detalles del “rifirrafe” entre Soria y María San Gil, del que el dirigente canario ha quedado “tocado” tanto como el líder nacional del partido por el virulento ataque que está sufriendo por parte del sector de Esperanza Aguirre, así como de otros “patas negras” del PP. Frente a la opinión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, secundada esta vez por Ana Botella o Mayor Oreja y por los antiguos amigos de Soria, Angel Acebes y Eduardo Zaplana, tan sólo se ha oído una voz para defender al dirigente canario frente a la líder vasca. Se trata del modesto secretario general de Álava, Iñaki Oyarzábal, quien ha declarado que la decisión de San Gil de abandonar la redacción de la ponencia política ha sido «unilateral y equivocada» y que «no está discutida, ni respaldada, por el PP vasco».

Ni siquiera el entorno de Rajoy ha respaldado a Soria en esta “crisis”, pues considera que el conflicto ha venido provocado más por su “escasa cintura” y su “falta de costumbre al dialogo” que por un celo en seguir las directrices de Génova 13. Cuando estalló la controversia, el propio líder nacional emitió una declaración oficial a través de la agencia Europa Press en la que expresaba su confianza en que “pese al anuncio de María San Gil de abandonar la ponencia política, al final sea posible un acuerdo entre la presidenta del PP vasco y los otros dos ponentes, José Manuel Soria y Alicia Sánchez Camacho”. El gallego Nuñez Feijoo, hombre de la máxima confianza de Rajoy, confirmó que los ponentes son quienes debían “resolver sus discrepancias, y no Rajoy”, además de considerar a la líder de los populares vascos como «un referente político de siempre». El periódico “Público” va algo mas allá y revela que cuando San Gil habló con Rajoy para trasladarle su malestar con la forma de proceder del dirigente canario, “le aseguró, según cuentan en el PP, que desconocía los mecanismos por los que se había guiado Soria”.

Pero de entre todas las críticas que ha recibido Soria por el modo de llevar este asunto, la de Regina Otaola, alcaldesa de Lizarza, ha sido la más contundente: lamentó que «no se apueste por la libertad, o al menos eso parece», mientras que el diputado del PP por Álava, Santiago Abascal pidió una rectificación de los ámbitos del partido que no han «querido escuchar a San Gil».

Según fuentes de la dirección del PP, el acuerdo no se produjo porque Soria y San Gil protagonizaron lo que el diario El Mundo llamó un “choque de trenes” que obligó a Rajoy a tener que “puentear” a Soria y confiar sus funciones a un “fontanero” de su confianza, José María Lasalle, del equipo de los “sorayitos”, como se conocen a los próximos a la nueva portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría. Y es que, según estas fuentes, Soria agotó también la paciencia del propio Rajoy por su imposibilidad en llegar a un acuerdo con San Gil.

“Rajoy es conocedor de las divergencias desde el mes de abril. Ya el día 24 de ese mes, el PP vasco hizo un desmentido de que el texto de la ponencia se planteara un acercamiento a CiU y PNV, tal como explicó ese día su compañero de ponencia José Manuel Soria, con el que ha mantenido enfrentamientos constantes y del que muchos consideran que ha contado en todo momento con el visto bueno de Rajoy. Ese día, San Gil hace el primer conato de espantada y el secretario general, Ángel Acebes consigue pararlo. Mientras, la catalana Alicia Sánchez Camacho asiste al enfrentamiento como invitada de piedra, aunque parece alineada a las tesis de la vasca. «No es lo mismo pactar en La Orotava con Coalición Canaria que hacerlo en el País Vasco», dicen fuentes populares, muchas de ellas de la sede nacional del partido”, ha escrito el diario ABC sobre estos hechos.

Este periódico confirma que Rajoy desplazó al final a Soria y puso en manos del diputado Lasalle la tarea de coordinar los borradores de la ponencia, discreta sustitución con la que se consigue por fin un acuerdo. Pero según ABC, es de nuevo Soria quien “mete la pata”: “Cuando, por fin, el domingo se rubrica el texto de la ponencia parece que las aguas han vuelto a su cauce, pero San Gil monta en cólera tras conocer unas declaraciones de Soria a la agencia Europa Press. Cuando le interrogan sobre las relaciones con los nacionalistas, Soria responde que «creo que eso depende más de la organización territorial en cada comunidad autónoma», para apostillar a continuación que al PP canario le va bien su diálogo con CC. San Gil y parte de su equipo en el País Vasco «tienen una falta de convencimiento total de que el nuevo equipo de Rajoy esté dispuesto a mantener unos ejes esenciales» y ABC recuerda que ese mismo día el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, instó a no tener «miedo» de plantear la posibilidad de que Canarias se transforme en un estado libre asociado a España ”y hasta admitió que en un futuro el Archipiélago establezca «consulados» en determinados países del entorno africano. La afirmación se produjo en el transcurso de la reunión a puerta cerrada que sostuvo en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife con el alcalde, Miguel Zerolo, y los portavoces de los grupos políticos“.

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