Los sistemas más modernos no impidieron el accidente
El tren Alvia que ha sufrido el mayor accidente de la era de la alta velocidad en España está equipado con los más modernos sistemas de seguridad en la ruta. A falta de un equipamiento de protección, contaba con tres: el interoperable europeo ERTMS, el de las primeras líneas de alta velocidad LZB, y el de soporte de las redes convencionales modernizado Asfa Digital.
Con toda la prudencia que exige el proceso de esclarecimiento de un siniestro de estas características, en el momento del accidente los dos primeros sistemas estaban inactivos ya que el tren entró en un tramo de transición entre la infraestructura de alta velocidad Ourense-Santiago de Compostela, y la red convencional. Además, la cercanía de una estación impone un sistema de conducción manual denominado “marcha a la vista”, que devuelve la responsabilidad a los maquinistas.
Velocidad máxima de 250 kilómetros por hora
El tren siniestrado está homologado para circular a una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora. Pero este registro solo es viable en las líneas de alta velocidad. Dado su sistema de cambio de ejes presta también servicio en las líneas de ancho Renfe y en los tramos que están electrificados se le exige un tope de velocidad en 220 kilómetros por hora. En aquellas partes de su recorrido que, al no estar electrificadas, tiene que alimentarse con el diesel que transporta en sus dos furgones nodriza, la velocidad máxima queda limitada a 180 kilómetros por hora.
Todos estos registros, en la terminología ferroviaria, entran dentro de los conceptos de “alta velocidad” o “velocidad alta”, que exigen que para que los trenes puedan circular tienen que estar equipados con modernos sistemas de seguridad electrónica con equipos en la vía en el interior del tren, que impiden que los maquinistas del tren puedan interpretar la conducción a su libre albedrío. Es más, la función del maquinista pasa a ser de supervisor de las decisiones que toma el equipo de seguridad de abordo, en diálogo con los sistemas de seguridad de la vía y con las de un centro de control de tráfico centralizado, de los que existen cuatro en la red de Adif.
Tres sistemas
El tren Alvia siniestrado, a falta de un sofisticado sistema electrónico de seguridad, contaba con tres. El primero y más avanzado es el conocido como ERTMS. Es un sistema que pretende ser común para la red europea. El LZB es el sistema que se instaló en la primera línea de alta velocidad española entre Madrid y Sevilla. El Asfa Digital es una versión avanzada de la tecnología de seguridad tradicional que se ha venido aplicando en la red española desde hace medio siglo. Es un sistema de bloqueo que impide que un tren invada las zonas por las que circula otro convoy.
La zona del siniestro
Desde un punto de vista técnico, la zona donde se ha producido el siniestro es un “tramo de transición” entre la línea de alta velocidad y la de la red convencional. Desde luego, la curva en la que el tren ha descarrilado y volcado no puede ser homologada con la de un trazado de alta velocidad. Para que un tren pueda tomar una curva a más de 180 kilómetros por hora, tiene que tener un radio de al menos cinco kilómetros y esta tiene poco más de medio kilómetro.