El Ayuntamiento acepta la desaladora de Isolux sin que pueda ser utilizada

El pasado 8 de febrero, es decir, un día antes de firmar la recepción formal de las obras, la Junta de Gobierno Local acordó sancionar a la empresa Isolux por incumplimiento de contrato en lo referente al plazo de puesta a punto y funcionamiento. Un acuerdo donde el retraso se justifica, entre otras cosas, por la “sucesión de una serie de averías producidas en bombas de agua de mar y turbo-bombas”, equipos estos que pese a estar instalados desde enero de 2005 “han permanecido parados durante un año y medio”.

Aún así, la Junta de Gobierno decidió imponer una sanción diaria de 1.638,78 euros a la empresa adjudicataria desde el 22 de octubre de 2006 -fecha en la que debían haber finalizado las fases consecutivas de puesta a punto y pruebas de funcionamiento- hasta la recepción total de la obra -“una vez concluida satisfactoriamente la ejecución de la obra”-. Como esta recepción se formalizó un día después del acuerdo, Isolux deberá pagar una multa de poco más de

“Una tomadura de pelo”

En vista de lo ocurrido, la presidenta de Compromiso y portavoz del Grupo Mixto en el Ayuntamiento, Nardy Barrios, tacha de “tomadura de pelo a la ciudadanía” que la alcaldesa y su grupo de Gobierno reconozcan que Isolux sea penalizada por incumplir el contrato y al día siguiente recepciones la obra “alegando que funciona a pleno rendimiento y funcionando con normalidad”. Nardy Barrios sostiene que la “pequeña” multa ha sido impuesta “para acallar las críticas” y “contentar a la opinión pública”.

La presidenta de CGC recuerda una vez más que, según el contrato, la obra debía haber estado finalizada en octubre de 2004. Sin embargo, explica Barrios, a lo largo de estos dos años lejos de sancionar a la empresa o, incluso rescindir el contrato, el Ayuntamiento no ha hecho otra cosa que conceder prórrogas y abonar la totalidad del precio de la construcción.

“La empresa Isolux ha cobrado y no ha cumplido, y su incumplimiento perjudica a Las Palmas de Gran Canaria y a los ciudadanos”, manifiesta Nardy Barrios. Y es que, según explica la concejala de la oposición, en estos dos años de retraso la ciudad ha perdido la producción de más de 10,5 millones de metros cúbicos de agua desalada. Agua que ha tenido que comprarse a pozos privados.

“Plástico y piedras” en lugar de agua salada

Pero Barrios va más allá y asegura que, hoy por hoy, es imposible que la desaladora fabricada por Isolux pueda operar en perfectas condiciones, entre otras cosas porque las membranas fueron instaladas en una superficie ya construida donde no se respetan las distancias mínimas entre los aparatos, es decir, en la que no hay espacio suficiente para que puedan bombear bien el agua. “De acuerdo al contrato -sostiene Barrios-, las membranas deberían haberse colocado en un habitáculo construido por la empresa adjudicataria”, requisito éste que tampoco se cumplió.

Por último, la portavoz de CGC también hace referencia a las llamadas chuperas -elementos encargados de absorver el agua de mar-, las cuales están ubicadas muy cerca de la costa y de la superficie, por lo que actualmente recogen casi más plástico y piedras que agua salada.

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