CC y PSOE abren la puerta de salida a Santiago Negrín al frente de RTVC

El presidente del Consejo Rector de Radiotelevisión Canaria (RTVC), Santiago Negrín. (EFE/CRISTÓBAL GARCÍA)

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

Santiago Negrín tiene los días contados como presidente del Consejo Rector de Radiotelevisión Canaria (RTVC). Los dos socios del Gobierno, reticentes hasta ahora a propiciar su cese como ha demandado la oposición, con Podemos a la cabeza (siguiendo la máxima de no hacer lo que te dice el adversario), han visto la oportunidad de dar carpetazo a la breve era Negrín gracias a la dimisión de la consejera María José Bravo de Laguna el pasado 22 de diciembre.

Oficialmente, el portavoz parlamentario del PSOE, Ignacio Álvaro Lavandera, insiste en que el inhábil mes de enero “es tiempo de reflexionar” sobre las distintas fórmulas para acabar con el “enrarecido” ambiente del Consejo Rector, y su homólogo nacionalista, José Miguel Ruano, va un paso más allá y no se cansa de repetir que “ha habido una falta de liderazgo y de fomento del diálogo”, aunque omite señalar directamente a Negrín como responsable de ambos males, toda vez que fue propuesto por los propios nacionalistas.

Extraoficialmente, varias fuentes consultadas insisten en que el escenario abierto por esta decisión de una de las dos personas elegidas por la cuota del PP propicia que el Parlamento entre de lleno en la renovación de la totalidad del Consejo Rector, y no solo para cubrir la vacante dejada por Bravo de Laguna, ya que la composición de la Cámara regional es bien distinta a la que el pasado 25 de marzo eligió a este órgano de dirección del ente que se ha mostrado inoperativo desde que en mayo Negrín tomó posesión de su cargo.

Y es que el vacío que ha dejado Bravo de Laguna propicia que el debate sobre su sustitución se convierta un avispero parlamentario que desemboque finalmente en la renovación total del Consejo, pues para ello solo se necesita que lo soliciten 40 diputados si la situación amenaza con estancarse sine die. Y es muy posible que así suceda.

En estos momentos, hasta 3 fuerzas parlamentarias esgrimen su derecho a cubrir la vacante: el PP, por entender que Bravo de Laguna había sido propuesta por su grupo parlamentario y a este mismo grupo toca la sustitución; Podemos, por considerar que tienen la legitimidad de las urnas para contribuir a formar un Consejo “más plural”, con miembros ajenos a los tres partidos de la vieja política; y el PSOE, pues las mismas fuentes consultadas insisten en que “en base a la aritmética parlamentaria a los socialistas nos corresponde elegir a dos consejeros, no a uno, como en la pasada legislatura”.

Desde el PSOE se insiste en que durante enero se deben establecer contactos con el resto de fuerzas con vistas “a negociar la sustitución, y si no se llega a un acuerdo, entrar en la renovación total, pues no nos negamos al consenso” en febrero, cuando se reanude la actividad parlamentaria ordinaria, toda vez que como apostilla el nacionalista Ruano lo cierto es que en estos siete meses de vida el Consejo Rector “no ha sabido abordar los retos planteados”. 

De 'ahora no toca' a 'va a ser que sí'

El pasado 30 de noviembre, el  Grupo de Podemos pidió, a través del diputado Francisco Déniz, que se procediera a renovar a todos los miembros del Consejo Rector, que fueron elegidos en su momento en votación secreta por 52 votos de CC, PSOE y PP y los 3 en contra de los entonces diputados de Nueva Canarias, debido al deterioro de este órgano, con la práctica totalidad de sus miembros enfrentados a Negrín.

Tras aquella propuesta, nacionalistas y socialistas, consideraron que había que esperar hasta 2018 para proceder a su renovación parcial, tal y como establece la Ley, porque, como dijo Ruano “ha pasado muy poco tiempo y está toda la estructura y el desarrollo de la Ley muy embrionarias como para proceder a cambiar nada ahora”.

En parecidos términos, Lavandera aseguraba hace menos de un mes que “para que haya un plus de imparcialidad, el Consejo se renueva parcialmente dentro de tres años, y totalmente cada seis, para que sus mandatos no coincidan con las legislaturas ni sus miembros estén sometidos a un concreto arco parlamentario”.

Sin embargo, la decisión de Bravo de Laguna ha transmutado el ahora no toca en ahora va a ser que sí, ya que en siete meses el Consejo no ha aprobado las cuentas para 2016, ni tiene diseñada la programación para el próximo año ni ha sacado adelante el Reglamento Orgánico, que entre otras cuestiones debe establecer las normas de organización y funcionamiento de los Consejos Informativos para regular los derechos de libertad de expresión, de información, de creación, la cláusula de conciencia y el secreto profesional.

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