El Gobierno incumple con la carretera de La Aldea y no da fechas para arrancar la segunda fase

Carretera de La Aldea

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

Llegó 2019 y aún no se ha movido una piedra de la carretera que une el barrio de El Risco con el municipio de Agaete, en el noroeste de Gran Canaria, ni siquiera se sabe qué empresas se ejecutarán la obra. El pasado 22 de diciembre fue un día muy importante para Canarias, después de varios meses de dimes y diretes, de idas y venidas, se firmó el convenio de carreteras con el Estado. A través de este acuerdo se destinarán 1.200 millones de euros para la ejecución de nuevas infraestructuras en las Islas, entre las que se incluye la segunda fase de la carretera Agaete-La Aldea. Era lo que faltaba, según el consejero de Obras Públicas y Transportes del Ejecutivo regional, Pablo Rodríguez, para poder adjudicar esta obra. Sin embargo, han pasado dos semanas desde esa firma y la única noticia que hay es que la semana pasada se reunió la mesa de contratación para abrir el segundo sobre con las propuestas técnicas para valorar las ofertas. Aún queda el tercero.

Al pueblo de La Aldea de San Nicolás no se le olvida la promesa que el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, hizo el 3 de julio de 2017, día en que se inauguró la primera fase de la carretera de La Aldea. “Esta carretera no se puede dejar más. El pueblo de La Aldea ya no puede esperar más”, dijo comprometiéndose a que en 2018 comenzarían las obras del segundo tramo. Pero el líder de Coalición Canaria (CC) no se quiso quedar ahí, fue mucho más allá, y aseguró que intención era comenzar a negociar con el Estado el cierre del anillo insular de Gran Canaria. Desde ese día nada se sabe de esa obra, que hasta ese momento no se había ni mencionado.

La Consejería de Obras Públicas parecía empezar el año con fuerza. El 29 de enero de 2018 el Boletín Oficial de Canarias hacía pública la orden por la que se sometían a información públicas las expropiaciones necesarias para construir la segunda fase de la obra. Pero, el medio elegido no era el más eficaz. En ese momento varias fuerzas de la oposición criticaron el procedimiento ordinario elegido por CC, que necesitaría mínimo seis meses para su conclusión. La diputada de Nueva Canarias Esther González lo tenía claro: “Las obras de la carretera de La Aldea no se van a iniciar en 2018”. La parlamentaria no se equivocó. Ante estas afirmaciones, desde el gabinete del consejero insistían en que desde que llegaron al gobierno habían cumplido con todo. “Estamos trabajando para que las obras comiencen en 2018 y confiamos en que así será”, manifestaban. Erraron en la afirmación.

Unos meses después, en mayo, desde el Gobierno de Canarias insistían en que “la licitación y adjudicación de la obra tendría lugar este año” (refiriéndose a 2018). Unas semanas atrás se había aprobado el primer proyecto que existía habiendo que modificarlo por encontrarse obsoleto. El lunes 14 de mayo, el Ejecutivo autorizó el gasto 228,84 millones de euros distribuidos en varios años para afrontar la segunda y la última fase. El plazo de ejecución se prevé en 70 meses: casi seis años.

Dos meses después se publicó el concurso de la segunda fase con un presupuesto de 228 millones de euros para la ejecución de las obras. Cuatro empresas se presentaron al mismo, que contaban con un plazo de 30 días a partir del cual, según la Consejería de Obras Públicas, se convocaría la primera Mesa de Contratación. Insistían en que la adjudicación definitiva quedaría condicionada a la firma del nuevo convenio de carreteras con el Estado.

Desde ese momento, y sin tener noticias sobre las ofertas presentadas, el Gobierno de Canarias se ha limitado a acusar al Gobierno central del retraso del nuevo convenio de carreteras. Según Rodríguez, el acuerdo “ya estaba listo para firmar” cuando Pedro Sánchez sustituyó a Mariano Rajoy como presidente de España el pasado mes de junio. Lo cierto es que esta semana el consejero cumple dos años desde que llegó a su cargo como dirigente del área de Obras Públicas y pocas son las obras que ha puesto en marcha si se recuerdan todas las promesas que hizo cuando llegó al cargo en enero de 2017.

Pero, a pesar de que el retraso en las obras se relacionaba en todo momento a la no firma del convenio de carreteras, el 25 de octubre se adjudicó el tercer carril de la TF-1, en el tramo San Isidro-Las Américas, enlace Las Chafiras-Oroteanda a la Unión Temporal de Empresas (UTE) Ferrovial Agroman S.A.-Ten Asfaltados-Excavaciones Óscar del Castillo, por un presupuesto de 21.797.785,89 euros y un plazo de ejecución de 30 meses. La justificación es que no era lo mismo asumir con fondos propios en un escenario plurianual, 21 millones de euros que 500 millones, el importe de los demás grandes proyectos.

En el mes de noviembre y ante la previsión de que el convenio de carreteras se firmaría la semana del 17 de diciembre, desde Obras Públicas hacían hincapié que era el Gobierno estatal el culpable de que no fuera ya efectivo y de que obras como la carretera de La Aldea, el cierre del anillo insular en Tenerife, La Caldereta – Aeropuerto en Fuerteventura y Los Llanos – Tijarafe en La Palma no se pudieran adjudicar.

Desde la oposición siempre han insistido en que no es la falta de la firma del convenio de carreteras la culpable de que estas obras no estén adjudicadas ya que, aunque hubiera convenio no se podría empezar ninguna obra porque los procedimientos no están acabados. “Esto podría haber estado todo hecho y el día siguiente de firmar el convenio adjudicar la obra de La Aldea”, asegura Esther González.  Desde el Foro Roque Aldeano solicitan que “se dejen de peloteos” y actúen ya.

Con el año 2019 en curso, se puede concluir que el Gobierno de Canarias no logró cumplir su compromiso de que las obras de la segunda fase de la carretera de La Aldea empezaran en 2018. Desde la Consejería de Obras Públicas sostienen que hasta el momento no pueden dar una fecha de cuando se adjudicarán y comenzarán las obras. Teniendo en cuenta que entre la apertura del primer sobre y segundo se tardó un mes y medio, que falta uno más y que desde que se adjudican las obras hasta que empiezan suele pasar hasta un mes, el municipio del oeste de Gran Canaria tendrá que esperar, previsiblemente, hasta por lo menos pasado el primer trimestre del año.

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