Implementar programas de vigilancia minimiza el riesgo de errores médicos

El diagnóstico y tratamiento de las enfermedades hematológicas y la trasfusión sanguínea, áreas en que existe mayor margen de error

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 29 (EUROPA PRESS)

La mayoría de los errores que se comenten en el ejercicio de la medicina se producen por fallos humanos. Por este motivo, “es fundamental diseñar e implementar programas de vigilancia que minimicen el riesgo de incursión en el error”.

Así lo aseguró este viernes en rueda de prensa el secretario de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), Alfonso Santiago, durante la LII Reunión Nacional de la SEHH y el XXVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) en Las Palmas de Gran Canaria.

En su opinión, “la búsqueda de la excelencia en la asistencia médica sólo podrá lograrse desarrollando, en todos los sistemas sanitarios, procedimientos bien elaborados de gestión y control de la calidad así como mecanismos de acreditación y certificación convenientemente adaptados a la finalidad de cada sistema o área de trabajo”.

Según Santiago, en el ámbito de la hematología, el especialista debe prestar mayor atención y tener más cuidado en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades hematológicas, así como en el área de la transfusión sanguínea, donde se produce el mayor número de errores.

PROTOCOLOS CLÍNICOS

“Para evitarlos, se debe mantener la cadencia del proceso del diagnóstico de las hemopatías, es decir, la anamnesis al paciente, la exploración física y las pruebas complementarias en este orden, ya que si se altera el margen de error se multiplica”, especificó el doctor presidente de la SEHH, Evarist Feliu, a través de una nota de prensa de la organización.

Y desde el punto de vista terapéutico, “es fundamental trabajar mediante la aplicación de guías y protocolos clínicos”, añade el doctor.

Cuando se detecta un error, se debe analizar y utilizar como ejemplo para mejorar. “Muchas veces, el problema real no suele ser el médico o la enfermera, sino el proceso operativo. Aún así, la posibilidad de error aumenta cuando se incorpora a las plantillas personal nuevo o suplente o no se les proporciona la formación y orientación necesarias en sus puestos de trabajo. Son especialmente peligrosas la estación de verano y las vacaciones de Navidad y Semana Santa”, comentó Feliu.

El hematólogo debe estar, en vista de las circunstancias y marco actual de responsabilidades, correctamente informado del carácter de las mismas (administrativa, civil y penal) para que ante cualquier acción u omisión que genere al paciente un perjuicio demostrable, conozca las posibles sanciones y obligaciones que puedan requerirle en compensación reparativa por el daño producido.

RESPONSABILIDAD PENAL

“La responsabilidad del médico es inusual en el campo de lo penal, sin embargo, va siendo cada vez más frecuente en el campo de lo civil y en el de lo contencioso-administrativo”, comenta el doctor Santiago.

Argumentó que “esto demuestra un mayor grado de exigencia social de la calidad del sistema sanitario que se debe tener en cuenta”. Otro aspecto importante del derecho en relación a la hematología es la protección jurídica de la información genética del individuo y los biobancos.

En este aspecto, aclaró que en Medicina el dato genético es aquel que está controlado por la información contenida en la secuencia de uno o varios genes sin más, mientras que en términos jurídicos se considera dato genético sólo a aquella información de características básicas de una persona que sea de carácter heredable“, explicó Santiago.

“Es decir --continúa el especialista-- el matiz de que la información sea un dato de herencia es clave para conformar el concepto jurídico y, sobre dicha idea clave, se desarrolla todo el entramado legal relativo a la protección de este derecho fundamental.

CONSENTIMIENTO INFORMADO

“El consentimiento informado es un tema clave en el entorno legal del médico”, remarcó.

En este sentido, el hematólogo debe ser consciente de que el derecho fundamental del paciente a ser informado forma parte sustancial de su deber profesional para que éste pueda decidir junto a él lo que considera más oportuno para su salud y su caso completo.

“El paciente tiene derecho a recibir la información diagnóstica de una forma sencilla y comprensible, para que pueda ser consciente de su enfermedad y también de las posibles alternativas, riesgos y beneficios de su tratamiento”, señala el doctor.

Por otro lado, también destacó que el paciente tiene, a su vez, derecho a no ser informado y “el médico no le informará mas allá de lo que él considere tolerable”, apuntó.

Las excepciones son: situaciones de urgencia que no permiten perder el tiempo para informar al paciente porque está en riesgo de muerte o de lesión grave irreversible, o cuando existe información muy delicada para el paciente y que el propio hecho de informarle puede deteriorar su salud física o psíquica.

“En este caso el médico actúa bajo el criterio principal de beneficio del paciente y lo prioriza frente al de autonomía por no lesionarle”, expuso el doctor.

ADECUADO RIGOR

Según él, “el Derecho afecta, de modo muy evidente, al ejercicio profesional del médico moderno”, en tanto que “ya no basta sólo con disponer de una adecuada capacitación técnica para un ejercicio profesional de calidad, sino que también se demanda un adecuado rigor en el cumplimiento de los deberes jurídicos fundamentales”.

De este modo, el médico “debe estar ineludiblemente dotado de una adecuada cultura jurídica básica y una sensibilidad especial con objeto de ser un profesional íntegramente formado y no fallar a la demanda social que ahora tan claramente se le exige en todos los órdenes (médico, jurídico y por supuesto, social)”, explicó.

Por este motivo, la SEHH ha organizado, en su Reunión Nacional de la Sociedad, un simposio bajo el título 'El hematógolo ante la ley', en donde se abordan aquellas áreas fundamentales del ejercicio de la especialidad que pueden verse especialmente comprometidas por ser sustrato especial de regulación del Derecho positivo.

HACIA LA EXCELENCIA MÉDICA

Santiago sostiene que la actividad profesional del hematólogo se ha ido haciendo más compleja desde un punto de vista técnico gracias al avance de la Medicina, pero también, desde un punto de vista jurídico como consecuencia del perfeccionamiento del Derecho.

En este sentido, “resulta imprescindible estar bien informados de la regulación legal que afecta a la labor profesional médica para no cometer errores y actuar de modo acertado en toda acción y decisión”, señaló Alfonso Santiago, para quien “considerarse libre del deber de cumplimiento de la ley alegando ignorancia de la misma es hoy día impracticable”.

Existe una 'lex artis médica' que obliga al facultativo a ser impecable en su aplicación técnica del conocimiento médico existente, pero “dicha lex artis, como concepto, se ha enriquecido con un componente jurídico que ha incorporado la exigencia de un correcto papel como informador al paciente y como protector en paralelo de sus derechos fundamentales”, concluyó Santiago.

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