Los Reyes ya han pasado por todas las islas

Los Reyes viajaron este sábado a Fuerteventura y Lanzarote, y en ambas islas don Juan Carlos habló de la Constitución, motor de una “profunda modernización y estabilidad” y rumbo “para seguir progresando” unidos “ante nuevos retos y desafíos”. Fuerteventura y Lanzarote fueron los destinos en la cuarta jornada de estancia oficial de los Reyes en Canarias, que concluirá este domingo en Gran Canaria y que conmemora el centenario del viaje del Rey Alfonso XIII al Archipiélago, en 1906, primero de un monarca español a este territorio atlántico.

En Fuerteventura, don Juan Carlos alertó de la “profunda modernización y estabilidad” generadas por la Constitución, que han permitido que el turismo, principal fuente de riqueza de Canarias, se haya desarrollado en toda España.

Después, en Lanzarote, dijo que la Carta Magna marca el rumbo “para seguir progresando” unidos “ante nuevos retos y desafíos”.

Pero no han sido éstas las únicas referencias a la Constitución que el Rey ha hecho en su periplo por las islas. El miércoles en Tenerife, primera escala del viaje, dijo que garantiza el marco de democracia y libertad por el cual España ha logrado un profundo progreso y modernización, “impensables hace tan sólo unas décadas y sin parangón en nuestra historia”.

La Oliva, en Fuerteventura, fue el primer destino de los Reyes, que llegaron a este municipio del norte de la isla al mediodía de una jornada gris y lluviosa, algo poco habitual en esta árida y soleada tierra.

Allí, don Juan Carlos dijo que el desarrollo sostenible es una apuesta “arriesgada y difícil” pero esencial para el futuro de Canarias, un Archipiélago con “escasez de recursos y gran crecimiento urbanístico y turístico”. También alertó sobre la necesidad de “armonizar el progreso con el respeto al medio ambiente”.

Los Reyes inauguraron la restauración de la Casa de los Coroneles, joya de la arquitectura civil canaria desde la que durante siglos se gobernó la isla. Testigo de la “dureza y la hambruna” de épocas pasadas, dijo de ella el presidente del Cabildo Insular, Mario Cabrera.

La casona, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII, recorta su silueta sobre la montaña de Tindaya, que preside el llano paisaje y que el artista vasco ya fallecido Eduardo Chillida quiso vaciar para convertir sus entrañas de roca volcánica en un obra de arte.

En su interior, los Reyes inauguraron la Primera Bienal de Arquitectura, Arte y Paisaje, un “ejercicio de imaginación, una puesta en común de ideas, propuestas y soluciones que conjugan territorio y paisaje, tradición y progreso, arte y servicio público”, dijo de ella don Juan Carlos.

Allí se reunieron con una amplia representación de la sociedad majorera, “ejemplo de esfuerzo, tesón y fe en el futuro”, como lo demuestra la “honda transformación” de una tierra árida y carente de recursos, “pero llena de vuestra ilusión, creatividad y probada capacidad de superación y mejora”, dijo el Rey.

Fuerteventura, recordó, fue en el pasado lugar de destierro. Entre sus ilustres desterrados destaca Unamuno, a quien la dictadura de Primo de Rivera envió a esta isla que simbolizó para el escritor y pensador “lo más íntimo y lo más entrañado de España”, un “oasis en el desierto de la civilización”.

Lanzarote, una isla “especial” para la Familia Real

Los Reyes llegaron a la “muy querida” isla de Lanzarote, “tan especial” para toda la Familia Real, donde siempre han encontrado “luz, descanso y afecto”, lo que les hace sentirse como en su propia casa, minutos antes de las dos y media de la tarde, reuniéndose a continuación en un almuerzo con sus representantes sociales y políticos.

Aquí concluyó, precisamente, el viaje que hace cien años realizó a Canarias el Rey Alfonso XIII, y aquí, en la costa de Teguise, está la residencia Real de La Mareta, un regalo a los Reyes, a finales de los ochenta del siglo pasado, del fallecido Rey Hussein de Jordania.

En esta casa frente al mar, murió el 2 de enero de 2000, la madre del Rey, doña María de las Mercedes, mientras disfrutaba de unos días de vacaciones en compañía de todos sus hijos y nietos.

Don Juan Carlos, en el almuerzo, habló de una España democrática “cada vez más dinámica y moderna”, construida entre “todos”, y que ha sido posible gracias a la Constitución.

En tres décadas de democracia, Canarias, advirtió, ha experimentado un desarrollo “sin precedentes”, una transformación “especialmente meritoria” y que representa “un ejemplo” para el resto de España, “teniendo en cuenta su lejanía, doble insularidad y escasez de recursos”.

Lanzarote es una “excelente” prueba de ello, ya que se ha convertido en una isla internacionalmente conocida “por haber sabido realzar los atractivos de su personalidad” mediante un esfuerzo y una imagen a las que el “admirado” artista lanzaroteño César Manrique contribuyó “de manera decisiva”.

Una imagen que no es otra que la del “exquisito respeto al medio ambiente” y una armonía estética que atraen al turismo y promueven el crecimiento económico y social de la isla, declarada por la UNESCO en 1993 Reserva de la Biosfera.

Tras el almuerzo, los Reyes fueron a la vecina capital, Arrecife, para visitar el centro de salud de Santa Coloma.

Desde Lanzarote, regresaron a Gran Canaria, donde mañana concluirá el viaje, después de acudir por la mañana al municipio de Gáldar para visitar la Cueva Pintada, joya de la cultura aborigen guanche, y de dar un paseo a pie por las calles del antiguo barrio de Vegueta, en la capital grancanaria.

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