Saavedra reconoce que Zapatero no ha visto venir la crisis
El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria e histórico dirigente socialista, Jerónimo Saavedra, explicó este sábado que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo su credibilidad hasta entrada esta segunda legislatura pero reconoció que “no ha tenido la capacidad de percepción” para avecinar la crisis económica.
“Tuvo credibilidad durante bastante mas de cuatro años. Otra cosa es si no ha tenido la capacidad, la previsión o la percepción de lo que venía; bien por los asesores o por el entorno, quizás la respuesta no haya sido puntual”, dijo Saavedra en una entrevista a la Cope.
Además, criticó la falta de previsión en algunas medidas y aseguró que él mismo propuso “no subir sueldos públicos”, no se le hizo caso “y mira, cuatro meses mas tarde han tenido que retractar”. También, criticó a los dirigentes políticos que cambian de opinión con facilidad. “La gente que cambia de chaqueta que se vaya a su casa”, sentenció.
En relación a si al Gobierno de Zapatero le pasará factura la crisis, indicó que “depende de como vaya la salida de la crisis, cuando empieza, si empiezan o no empiezan los brotes verdes”. Añadió que eso será un factor “fundamental” al que habrá que añadir “medidas correctores que debe, con un sentido autocrítico, la dirección del partido tomar”.
De todos modos, insistió en que “la culpa de la crisis no la tiene el Gobierno de Zapatero ni la tiene el Gobierno regional de Paulino Rivero, ni Europa sabe qué hacer”, por ello abogó por el sentido de responsabilidad porque se desconoce cuánto tiempo va a durar la crisis. “Ser más solidarios, ser más realista y estar más dispuesto a la colaboración que al debate”, pidió Saavedra.
Al respecto, criticó que “estar en plena campaña electoral durante cuatro años, eso es una barbaridad no hay quien lo resista” y, además, subrayó contribuye al “desprestigio de los políticos tanto de los que están gobernando como de los que están en la oposición”.
Por otro lado, cuestionado por la capacidad intelectual dentro de la política española, reconoció que “echa en falta” la aparición de expertos en los debates sobre cuestiones del ámbito político, lo que dijo sería “muy importante”.
También se mostró esperanzado en que las próximas generaciones que se dediquen a la política recuperen el prestigio de la misma y no caigan en “el insulto, la amenaza, el escándalo, la ovación, el silbido, que parece que lo han adoptado como forma de expresión” en la actualidad y que calificó de “lamentable”.
