El alcalde de Garafía cobrará el salario mínimo

El alcalde del municipio de Garafía, en La Palma, ha decidido dar ejemplo de austeridad y ha reducido su sueldo hasta dejarlo en el salario mínimo interprofesional. Yeray Rodríguez, representante del PSOE, comenzará a percibir 641,40 euros mensuales a partir de la nómina de este mes. La rebaja equivale al 50% de su sueldo anterior, unos 1.224 euros, según ha indicado en declaraciones al programa Tiempos Modernos de CANARIAS AHORA RADIO.

No es el único recorte en uno de los ayuntamientos que se ha visto más afectado por la crisis en las islas. Dos de los cuatro concejales (cinco, si se suma al primer edil) han sido despedidos. Ambos se irán “al paro”, pero, según ha confirmado Rodríguez, “han decidido seguir trabajando el tiempo que ellos puedan”. Los otros dos ediles, cuya nómina asciende a los 1.000 euros mensuales, también propusieron reducir su salario, ya que no consideran lógico cobrar más que el presidente de la corporación. El alcalde rechazó la iniciativa.

“Simplemente saqué mis cuentas”, ha confesado el primer edil palmero. Los cálculos de Rodríguez se limitaron al dinero que le daba “para vivir al mes”. “Soy soltero, no tengo hijos ni cargas familiares”, explica, “no tengo hipoteca, no tengo letras del coche. No tengo siquiera coche, utilizo uno prestado”.

Según Rodríguez, hacer coincidir su nueva nómina con el salario mínimo interprofesional “no fue intencionado”. Los algo más de 600 euros que pasará a cobrar a partir de ahora le son suficientes para pagar un alquiler de 300 euros de un piso en el que vive solo en el municipio. Tampoco gasta demasiado en hacer la compra: “Aquí, en Garafía, todo el mundo tiene una huertita con la que ir tirando poco a poco”, dice, en su caso, los terrenos de la familia le proveen de los necesario.

La decisión, pese al ejemplo de austeridad que pudiera parecer, no ha caído bien entre los representantes de la oposición. Si las críticas se dirigieron en un principio al tamaño de la administración municipal, con cinco representantes electos para una población de 1.700 habitantes, lo último a lo que ha tenido que contestar Rodríguez es a la acusación de quedarse con “un sueldo que no es digno para un alcalde”.

“Lo que he hecho es adaptarme a las necesidades de mi Ayuntamiento”, afirma. Además, se ha reducido el personal del Consistorio, que ya el pasado mes de agosto tuvo que hacer frente a un retraso de 15 días en el pago de la nómina de julio. Este año, de momento, el municipio no ha logrado cerrar el presupuesto, que, previsiblemente, rondará los dos millones de euros y contempla una deuda de entre 800.000 y 900.000 euros derivados de créditos a largo plazo contraídos en ejercicios anteriores. El alcalde calcula que serán necesarios al menos ocho años para liquidar la deuda.

“Las previsiones para este año no son buenas en ningún municipio”, se queja, “se nos ha recortado muchísimo a las corporaciones locales”. Pese a todo, el alcalde de Garafía se posiciona en contra de fusionar municipios: “No se puede ahorrar mucho cuando se habla de unir municipios como este con los municipios vecinos”. El principal problema es la dispersión geográfica y poblacional. Desde el núcleo principal de Garafía resta hasta una hora en coche a la capital de otros municipios.

El Consistorio también ha eludido apuntarse al plan de pago a proveedores propuesto por el Gobierno central, que permite el acceso a préstamos a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) bajo la obligación de asumir un plan de ajuste aprobado por el Estado. “Son 300.000 euros lo que debemos”, reconoce Rodríguez, “no nos convenía a acogernos a ese plan”.

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