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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El enfoque de género de la embajadora de España en Mauritania, donde las mujeres reivindican sus derechos

Miriam Álvarez de La Rosa, embajadora de España en Mauritania.

Jennifer Jiménez

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Miriam Álvarez de La Rosa (1969) lleva dos décadas esforzándose en su carrera diplomática. Nació en Santa Cruz de Tenerife y desde el pasado verano es embajadora de España en Mauritania como un reflejo más de esa apuesta por aumentar la presencia de mujeres en las embajadas y en aplicar una política exterior con una mirada de género. “Soy embajadora de España en una República Islámica. Vamos camino de normalizar la presencia de las mujeres, a las que se nos tiene que juzgar en función de nuestra capacidad profesional y nuestras aptitudes, no en función de nuestro género”, asegura. Licenciada en Derecho por la Universidad de La Laguna ha estado destinada en diferentes embajadas. En su destino actual se enfrenta a retos como la migración, los derechos humanos, la pandemia y la vacunación de la población o el fomento de las relaciones con Canarias. Señala que las asociaciones de mujeres en Mauritania están reivindicando sus derechos y que se está debatiendo en el Parlamento una ley sobre violencia contra las mujeres y niñas. “He oído que en Mauritania la tradición protege a las mujeres, pero no la Ley. Me consta que la situación está cambiando”, asegura. Uno de los programas que le entusiasman desde su llegada al cargo es Raisa, cuyo principal objetivo es dar voz a las mujeres africanas y fijar posibles líneas de colaboración entre España. 

En materia de migración asegura que Mauritania es un país prioritario en la política exterior española por la “lucha contra la inmigración irregular”, y destaca la “confianza mutua” entre los países en este aspecto. Sobre los motivos que llevan a la ciudadanía de este país a emigrar arriesgando su vida señala que “subyace tras este triste hecho la pobreza y la desesperación de quienes son víctimas de redes de trata de seres humanos”. Sostiene que es un país pobre con grandes diferencias entre la urbe y el campo y que es lugar de tránsito de otras personas que huyen de situaciones en otros países de África. “Es un hecho innegable que la crisis sanitaria mundial está incrementando las desigualdades y ello es particularmente grave en los países más pobres, como los del Sahel”, añade. En esta sintonía entre países destaca que “Mauritania ha sido el primer país africano en recibir vacunas españolas fuera del mecanismo COVAX, lo que da una idea de la importancia que otorgamos a nuestras relaciones bilaterales”. 

En esas relaciones considera que Canarias juega un papel estratégico. “Hay muchos sectores de interés para Canarias: agricultura, economía azul, energías renovables, formación profesional, sanidad, turismo… Casa África, como herramienta de diplomacia pública, juega también un papel muy importante”. 

Cuenta con una dilatada trayectoria profesional, que además desde el año 2000 se ha centrado en la carrera diplomática. ¿Qué supuso su nombramiento como embajadora de España en Mauritania el pasado verano? 

En julio de 2000 ingresé en la carrera diplomática. Durante mis 20 años de ejercicio profesional he estado destinada en Ecuador, en la Delegación de España en la OTAN (Bruselas), en Estocolmo, en Rabat y en Lisboa, además de ocupar distintos cargos en Madrid, el último como subdirectora general de Asuntos Internacionales de Seguridad. He disfrutado mucho de todos esos puestos, pero sin duda, mi nombramiento como embajadora de España en Mauritania supone para mí el mayor honor, que asumo con responsabilidad y sentido de Estado, para seguir trabajando, como lo he hecho en todos mis destinos previos, por los intereses de España y de los ciudadanos españoles en el exterior. Como canaria, además, no puedo imaginar mejor Jefatura de Misión. 

Las embajadas son reflejo de una sociedad en la que para las mujeres es más complicado ascender. Las embajadoras de España suponen un 21% del total, aunque el objetivo es ir incrementando el número. ¿Por qué cree que ocurre esta desigualdad? ¿Se enfrenta a prejuicios o dificultades por el hecho de ser mujer? ¿En el ejercicio de su carrera se está normalizando la presencia de las mujeres?

La carrera diplomática no es ajena a la evolución misma de la sociedad española. El acceso de la mujer a diferentes profesiones se ha ido produciendo de forma gradual y la diplomacia no es una excepción, porque además la mujer se incorporó tarde. Los porcentajes están mejorando, gracias a políticas activas de este Gobierno que permiten analizar cuáles son los problemas y proponer soluciones, en las que participen tanto hombres como mujeres. Por ejemplo, la última promoción de diplomáticos es paritaria. En la actualidad las mujeres constituyen el 29 % de los integrantes de la carrera diplomática (279 personas frente a 687). Yo no me he enfrentado a prejuicios o dificultades en mi carrera por el hecho de ser mujer: la prueba está en que hoy soy Embajadora de España en una República Islámica. Vamos camino de normalizar la presencia de las mujeres, a las que se nos tiene que juzgar en función de nuestra capacidad profesional y nuestras aptitudes, no en función de nuestro género. 

Uno de los objetivos de la guía ‘política exterior feminista’ presentada en marzo por la entonces ministra González Laya hace hincapié en la necesidad de aplicar la perspectiva de género en las relaciones internacionales cooperando en el apoyo a las mujeres locales y su visibilización. ¿Cómo se puede aplicar este enfoque de género en Mauritania? 

Los Embajadores de España en el exterior somos plenamente conscientes de que tenemos que integrar el enfoque de género, que nos permite llevar una política exterior con un fuerte componente de igualdad al terreno. Esas directrices sirven para que sepamos cómo incorporar la igualdad en todas nuestras acciones, que sea un enfoque transversal, desde la seguridad y defensa hasta la lucha contra la inmigración ilegal y la violencia de género. Mediante la labor de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la AECID, España colabora con Mauritania, país prioritario, en diferentes ámbitos que priorizan el género. 

Un ejemplo de estas políticas es el programa Raisa… ¿Cómo fue el encuentro con Houda Babah Sidi M'Hamed antes de viajar a España? 

El programa Raisa ha sido una de las mejores sorpresas que me he encontrado a mi llegada a este puesto, sin lugar a dudas. Es una iniciativa de la AECID y el Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, con la asistencia de la Red de Casas (Casa África, Casa Árabe y Casa Mediterráneo) y la Fundación Mujeres por África, para dar voz a las mujeres africanas. Ha congregado en Madrid el pasado mes de octubre a 20 mujeres líderes del Mediterráneo y de África. Tuvieron ocasión de intercambiar experiencias y consideraciones sobre las fortalezas, amenazas y desafíos a los que se enfrentan. Fueron recibidas por S.M. El Rey, la presidenta del Congreso, el Ministro de Asuntos Exteriores. La candidata mauritana es doctora en Física, diputada en la Asamblea Nacional, directora del Centro Universitario de Cartografía y Teledetección de Mauritania, así como madre de tres hijos. Me gustó mucho conocerla y queremos mantener el contacto. A su regreso nos informó de su enorme satisfacción por haber podido participar en el programa y haber podido tejer toda una red de contactos que serán útiles para todos en el futuro.

He oído decir desde mi llegada al país, hace dos meses, que en Mauritania la tradición protege a las mujeres, pero no así la ley. Me consta que la situación está cambiando

¿Cuáles son las inquietudes actuales de las mujeres en Mauritania? El país aún se enfrenta a retos como la mutilación genital femenina, ¿hay acciones de sensibilización o cooperación desde el punto de vista social y médico prevista en este sentido?

Creo que poco a poco se va avanzando y, a medida que la formación y la educación mejoran, las propias mujeres van siendo conscientes de sus derechos. Mauritania ocupa el puesto 157 de 189 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU. La realidad es que es un país pobre, con evidentes desigualdades, sobre todo entre el medio rural y el urbano. He oído decir desde mi llegada al país, hace dos meses, que en Mauritania la tradición protege a las mujeres, pero no así la ley. Me consta que la situación está cambiando, que las asociaciones de mujeres se movilizan para reivindicar sus derechos. Aquellas mauritanas con las que he podido intercambiar opiniones, como la ministra de Turismo, la nueva cónsul general de Mauritania en Las Palmas, o la propia doctora Houda Babah Sidi M’Hamed me han trasladado su convencimiento de que toda la sociedad se beneficia de políticas de género. En estos momentos se debate una nueva ley sobre la violencia ejercida contra mujeres y niñas ante el Parlamento nacional. 

España, a través de la AECID, trabaja en Mauritania a favor de la creación de empleo de jóvenes y mujeres especialmente en el entorno urbano, en el apoyo a la prevención y tratamiento de la violencia de género a través de las instituciones de justicia, interior y salud. En el ámbito de salud apoyamos la cobertura universal del sistema de salud, salud sexual y reproductiva y acceso a los medicamentos, así como un programa de fortalecimiento de las capacidades de formación médica especializada en cirugía general, urgencia y anestesia, en el que participa un gran número de mujeres médicas mauritanas.

¿Cree que Canarias puede jugar un papel clave en las relaciones entre España y Mauritania? ¿Se están fomentando proyectos de colaboración?

Sin duda, y no solo porque somos vecinos, solo nos separan 900 kilómetros. Canarias mantiene desde hace años relaciones institucionales, de cooperación, económicas y comerciales con Mauritania y en esta Embajada contamos con una delegación de la Fundación Canaria para la Acción Exterior (FUCAEX), fruto de un acuerdo entre el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Gobierno de Canarias. La Dirección General de Asuntos Económicos con África, con cuya directora estoy siempre en contacto, fomenta las relaciones institucionales. Las relaciones de cooperación giran en torno al programa MAC (de cooperación transfronterizo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional para Madeira, Azores, Canarias, con Mauritania, Senegal y Cabo Verde y países terceros que pueden participar en los proyectos). Hay muchos sectores de interés para Canarias: agricultura, economía azul, energías renovables, formación profesional, sanidad, turismo… Casa África, como herramienta de diplomacia pública, juega también un papel muy importante.

La inmigración es uno de los retos por los que trabajar desde España, Canarias, Europa y África. Mauritania es lugar de salida de parte de las pateras que llegan al Archipiélago, trayecto en el que muchas personas pierden la vida.  ¿En qué consisten los acuerdos entre España y Mauritania en este sentido? 

Mauritania es un país prioritario en la política exterior española, especialmente desde hace unos años, en la lucha contra la inmigración irregular. La cooperación bilateral en esta materia puede calificarse de excelente. Hemos firmado acuerdos bilaterales en materia de inmigración y lucha contra la criminalidad organizada, que han permitido la creación de equipos mixtos de cooperación policial así como patrullas mixtas con nuestra Guardia Civil y la gendarmería mauritana, por tierra, mar y aire, que están funcionando muy bien. Más que los acuerdos concretos firmados y en vigor, que son muchos, lo que quiero destacar es la relación de confianza mutua que hemos construido con nuestros interlocutores mauritanos a lo largo de los años, fruto de un trabajo intenso y continuado, que incluye actividades de cooperación, formación, asistencia técnica de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para la prevención y la investigación de la inmigración irregular. 

Es un hecho innegable que la crisis sanitaria mundial está incrementando las desigualdades

¿Cuál es el contexto en el que se producen estas migraciones por esta vía? (La covid ha potenciado las desigualdades en muchos países, ¿es el caso de Mauritania?)

Es un hecho innegable que la crisis sanitaria mundial está incrementando las desigualdades y ello es particularmente grave en los países más pobres, como los del Sahel. En este sentido, Mauritania es sobre todo país de tránsito y salida de inmigrantes irregulares del África Subsahariana por la ruta Atlántica. Subyace tras este triste hecho la pobreza y la desesperación de quienes son víctimas de redes de trata de seres humanos. España lleva a cabo una activa política tanto bilateral como en el seno de la Unión Europea, para luchar contra la inmigración irregular y las redes de tráfico de personas.

¿Cuál es la situación sanitaria en estos momentos de Mauritania? ¿Está España colaborando con apoyo de material, recursos o vacunas?

Atender las necesidades de los países más vulnerables constituye, además de un imperativo ético, un ejercicio de responsabilidad para nuestro país. En Mauritania, cuyo tamaño es dos veces el de España, pero solo tiene cuatro millones y medio de habitantes, la pandemia de COVID-19 ha golpeado duramente. De acuerdo con los datos de la OMS, desde que se identificó el primer caso de COVID en Mauritania, en marzo de 2020, ha habido en este país casi 37.000 casos confirmados, unos 800 fallecidos y más de 35.000 recuperados. Son cifras que hay que poner en relación con las dimensiones del país, la dispersión de los núcleos de población y las limitaciones del sistema sanitario. 

En noviembre de 2021 se vacunaron con al menos la primera dosis de la vacuna a más de un millón de personas. El Gobierno mauritano ha contado con la ayuda de las agencias de NN.UU., la facilidad “COVAX” para la distribución de la vacuna, y las donaciones bilaterales. En este sentido, España ya desde junio del año pasado llevó a cabo una misión de apoyo técnico con el despliegue de sanitarios para la atención de pacientes COVID-19, donó material y equipos. Recientemente, ha donado bilateralmente 240.000 dosis de la vacuna Astrazeneca, que se han usado en la cuarta campaña de vacunación nacional. Mauritania ha sido el primer país africano en recibir vacunas españolas fuera del mecanismo COVAX, lo que da una idea de la importancia que otorgamos a nuestras relaciones bilaterales. 

El terrorismo es otro desafío, ¿de qué manera colabora España en esta lucha? 

En el marco de la cooperación policial que mencionaba antes, España trabaja conjuntamente con Mauritania en la lucha antiterrorista. Contribuimos a la mejora de las capacidades mauritanas en materia de vigilancia, patrulla y represión de redes criminales organizadas. Desde 2011 no se registran atentados de este tipo en suelo mauritano. Actualmente, aunque ningún territorio en el mundo está a salvo de la lacra del terrorismo, Mauritania es uno de los países más estables de la región africana del Sahel, lo que está facilitando su desarrollo económico.

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