El hotel Oasis ocupará el palmeral de Maspalomas

Ni una sola concesión al oasis de Maspalomas, ni al histórico palmeral que le da personalidad. El nuevo hotel Oasis que la cadena Mallorquina Riu proyecta en sustitución del histórico establecimiento, construido hace tres décadas por la familia Del Castillo, se levantará sobre buena parte de las palmeras de la zona, haciendo de pantalla hacia las que puedan sobrevivir en su interior y colmatando casi por completo una parcela de más de 55.000 metros cuadrados que en su día fue de titularidad pública pero que se ha ido colonizando sin que ninguna autoridad haya puesto una sola pega.

El proyecto presentado por RIU ante el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana es peor de lo que los más pesimistas aventuraban. Será un hotel inmenso que no responderá a los estándares de la contigua Meloneras, donde se ha dado prioridad a los paseos y cierta amabilidad urbanística. Muy al contrario, levantará una barrera de siete plantas en la avenida peatonalizada (sólo permitida para taxis y clientes del hotel Faro) que desemboca en el Faro de Maspalomas. Una barrera que impedirá ver el palmeral y, desde el vecino Costa Meloneras, de la cadena Lopesan, incluso el mar a los clientes que cuyas habitaciones estén orientadas hacia la playa del Inglés.

Similar problema va a tener el lujoso Hotel Residencia, de Theo Gerlach, que verá levantarse ante sí un auténtico mamotreto en el lugar en el que sus clientes de alta categoría ahora contemplan un frondoso palmeral.

En la línea arquitectónica de los establecimientos de RIU en el archipiélago canario, no ha habido en el proyecto ninguna originalidad ni el menor guiño a la innovación. Formas rectangulares, corredores hacia la calle del Faro, comerciales en la planta baja (con dos alturas)? se trata del clásico hotel de la cadena que pasaría desapercibido en la zona clásica de Playa del Inglés, pero que romperá con la armonía del conjunto que ahora conforma la nueva Meloneras con el Oasis que se pretende derribar.

La edificabilidad será la máxima, y en apariencia la que legalmente permite la parcela sobre la que se va a actuar. Si no fuera porque existen dudas razonables acerca de cómo se produjo la privatización del palmeral ahora amenazado y otra más sobre la permuta que permitió a RIU construir sobre 25.000 metros cuadrados a cambio de ceder al Ayuntamiento una parcela de zona verde alejadísima de la que ahora se pretende sacrificar.

Eso sí, todo hace pensar que la cadena Mallorquina va a intentar elevar la categoría del actual hotel Oasis de cuatro a cinco estrellas pero después de la polémica suscitada al conocerse su intención de demoler un histórico hotel catalogado como una joya arquitectónica y un referente turístico de la zona para hacer un todo incluido marca de la casa.

Precisamente las cualidades del actual hotel Oasis, construido en 1965 a partir de un proyecto de los arquitectos José Antonio Corrales y Ramón Vázquez, desarrollado por Manuel de la Peña, sumado al conjunto natural del oasis de Maspalomas, confieren al entorno unas cualidades que han conducido a los expertos a reclamar su protección.

Desde el punto de vista arquitectónico, el proyecto que pretende demoler RIU presenta unas características que han conducido al Cabildo de Gran Canaria a iniciar un expediente para su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). Varios arquitectos como José Antonio Sosa o José Luis Gago, ya se han pronunciado públicamente al respecto.

Pero también el oasis presenta unas características ambientales únicas. Primero por tratarse de eso, de un oasis en medio de un mar de dunas, las de Maspalomas. Y segundo porque está profusamente plagado de palmeras (Phoenix Canariensis) que se encuentran protegidas. Esa protección natural no ha sido obstáculo, sin embargo, para que RIU haya ido colonizando poco a poco el palmeral, primero con pequeñas instalaciones accesorias, luego con varias pistas de tenis? Y finalmente, con este proyecto que acabaría con varias decenas de ejemplares.

La cadena mallorquina se enfrenta a varias amenazas. Porque además de las figuras de protección que pudieran cernirse sobre su proyecto, una sentencia del Tribunal Supremo que en los sesenta ya declaraba suelo público una zona ocupada por el hotel, podría impedir volver a construir sobre esa pieza una vez derruidas las construcciones que fueron amnistiadas alegando entonces el interés general.

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, que en principio se mostraba inflexible en favor de la inversión que asegura RIU (47 millones de euros), estudia alternativas que permitan satisfacer a la cadena mallorquina y preservar un patrimonio histórico y natural que va a generar mucha polémica en la sociedad grancanaria.

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