Donde el magma se convierte en un vino legendario

El mosto ambarino de malvasía y la lava de los episodios telúricos históricos más recientes hacen en La Palma un exquisito maridaje. Esta simbiosis, con el paso del tiempo, se ha convertido en un tesoro paisajístico y cultural. El mismo, integrado por maravillas geológicas y joyas enológicas, constituye uno de los principales atractivos turísticos del arco sur de la Isla Bonita. A partir de ahora este reclamo será potenciado con una ruta que recorre el espectacular entorno donde el magma petrificado es el lecho de las cepas del mítico vino. Es la primera senda que se crea para dar a conocer tal legado. Una experiencia para los sentidos.

El hombre y la naturaleza, en el municipio palmero de Fuencaliente, han sabido compenetrarse para conseguir en un campo volcánico un almíbar único y, a la vez, un espacio exclusivo. Tales elementos son la materia prima primordial de la nueva propuesta que, como foco de atracción de la industria del ocio, se ha puesto esta semana en marcha en la zona.

En La Palma, la uva malvasía, con la que se elabora la citada reliquia vitícola, solo se da en enclaves muy concretos de los municipios de Fuencaliente y Mazo. Los mejores viñedos de la legendaria variedad, según los expertos, se localizan en el pago de Los Quemados del término de Fuencaliente.

Según el consejero de Turismo del Cabildo de La Palma, Julio Cabrera, la reseñada ruta enoturística vinculada con los volcanes del lugar, “nace con la finalidad de dinamizar una oferta de ocio a través de una iniciativa que va a suponer un enorme aliciente para los visitantes y empresarios del sector”.

El primer itinerario se inicia, dijo, en el municipio de Fuencaliente y se enmarca en un proyecto dividido en tres anualidades. El objetivo, apunta, “es crear una red de senderos y miradores en las distintas zonas vitivinícolas de La Palma” a fin de “poner en valor las rutas enoturísticas que en su momento impulsó y desarrolló el Consejo Regulador de Denominación de Origen Vinos de La Palma”.

Cabrera especifica que “la ruta de Fuencaliente se ha definido utilizando senderos, o tramos, que están integrados en la red insular de La Palma”. Al efecto, añade, “se han colocado mesas explicativas y paneles en distintos puntos de interés con el fin de ampliar la información a todas las personas que realicen el recorrido”.

El propósito de la descrita actuación, alega, es que, “este año en Fuencaliente y próximamente en otros municipios, los turistas que llegan a La Palma conozcan zonas de gran belleza y se animen a consumir nuestros vinos, mejorando así las ventas que aseguren el futuro de las bodegas y viticultores”.

También se busca, comentó, “concienciar e involucrar a los bodegueros para que en cada ruta se proporcione el servicio de atención y venta de productos al turista”. Esta iniciativa, subraya, “se realiza a través de un convenio de colaboración entre el Instituto de Turismo de España (Turespaña), la Viceconsejería de Turismo del Gobierno de Canarias y el Cabildo de La Palma.

Trazado entre parras, coladas y bodegas

La primera ruta, trazada en Fuencaliente, tiene un recorrido de 3,3 kilómetros de longitud. Se realiza a pie. Aprovechando la existencia del punto de información turística, ubicado cerca de la plaza Minerva del pueblo de Los Canarios, junto a la parada de guaguas y taxis, se ha colocado un panel con datos generales del sendero y de los distintos sitios de interés vitivinícola que existen en el municipio. A lo largo del itinerario se han instalado asimismo tótems informativos, monolitos y bandejas interpretativas con el lema “Fuencaliente, municipio de vino entre volcanes”.

Julio Cabrera detalla que, aprovechando el sendero que va al Faro, y que atraviesa la zona de cultivo del malvasía y los volcanes de San Antonio y Teneguía, se ha diseñado un recorrido que pasa por las distintas bodegas.

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