El Museo Arqueológico que nace de un idilio
El Cabildo de Lanzarote acaba de comprar por 1,6 millones de euros la casa de don Fermín, construida en 1923 y que es, sin duda, uno de los edificios más singulares de Arrecife, la capital de la Isla. Pretende que la casa albergue el futuro museo arqueológico insular aunque de momento ni existe proyecto ni existe presupuesto. La compra, formalizada el mes pasado y que se pagará en ocho años (el primer pago se ha elevado a 650.000 euros), es el asunto más comentado en la Isla, no sólo porque los partidos de la oposición consideran que no es una prioridad adquirir una casa cuando el paro en Lanzarote supera el 30% y porque no sobra dinero para inversiones, sino porque el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés (Coalición Canaria), ha reconocido que ha mantenido una relación sentimental con la hija de los propietarios.
Fue el propio presidente quien explicó su noviazgo en Radio Lanzarote, matizando, eso sí, que fue una relación “sobrevenida”, es decir, que el Consejo de Gobierno ya había decidido en diciembre de 2012 la compra de la casa y que su relación comenzó unos días más tarde, y que , por cierto, acaba de terminar.
El caso es que las críticas no sólo han llegado desde la oposición sino que Dolores Corujo, la secretaria insular del PSOE, con quien gobierna San Ginés, también se ha mostrado en contra de la compra de la casa. El vicepresidente del Cabildo, el socialista Joaquín Caraballo, reconoció que el asunto no se había debatido los órganos de dirección del partido.
La casa pertenece a la familia Manrique de Lara, una de las más significativas de la burguesía canaria, que no pasa por un buen momento económico. Tienen propiedades pero no tienen liquidez. Es la propia familia la que ofrece la casa al Cabido después de ponerla a la venta y no encontrar comprador. El servicio de Patrimonio insular encarga una tasación por su cuenta y propone la compra, justificando su destino como museo arqueológico y argumentando que ese museo debe estar ubicado en la capital. Patrimonio considera que otros edificios de propiedad pública en Arrecife y otros puntos de la Isla no reúnen las condiciones idóneas parea ser museo. En Arrecife hay media docena de edificios públicos cerrados y sin uso: la Casa de la cultura, la Casa de los Arroyo, El Almacén, la Casa de la Juventud, el Islote de Fermina o la antigua Casa Cabildo. Hace décadas que el Cabildo, que no ha sido capaz de gestionar adecuadamente el patrimonio del que dispone, no adquiere un inmueble.
Por otra parte, no es la primera vez que esta familia intenta vender una propiedad al Cabido. En 2009 pretendieron vender una finca agrícola, el cortijo de Manguia, por unos dos millones de euros a través de Segundo Rodríguez y Dimas Martín, ex presidente y exvicepresidente del Cabildo, implicados ambos en el mayor caso de corrupción de la Isla, el caso Unión, con más de cincuenta imputados entre cargos públicos, funcionarios o empresarios, y que afecta también al marido de Alexia de Grecia, sobrina de la Reina Sofía. Matías Curbelo, uno de los imputados, lugarteniente de Dimas Martín (que acumula cinco condenas firmes y que está actualmente en prisión) declaró en el Juzgado que participó en una reunión con los Manrique de Lara y que Martin y Rodríguez se iban a llevar una comisión de 120.000 euros por la venta del cortijo, que no fructificó, pero que los propietarios querían que las comisiones fueran “legales”.
Las deudas de los propietarios con Hacienda y con el Ayuntamiento de Arrecife por el impago del Impuesto de Bienes Inmuebles, podían haber derivado en el embargo de la casa, pero la diligencia del Cabildo, famoso por su habitual lentitud administrativa, ha logrado evitar ese embargo (que hubiera imposibilitado la compra) y afrontar esas deudas. Para agilizar la compra, se destinó una partida de dinero que estaba prevista para el complejo ambiental de Zonzamas y que no se iba a utilizar en ese momento. Después de eso, el Cabildo ha pedido un crédito para reponer ese dinero y para otras inversiones.
Con el edificio ya comprado, el Cabildo reconoce, tal y como dice la tasación realizada hace más de un año y medio, que ahora habrá que hacer unas obras de rehabilitación que pueden costar medio millón de euros, aunque es una estimación, porque la casa se ha comprado sin que la Oficina técnica del Cabildo haya hecho una valoración del estado del inmueble. A ese dinero habrá que añadir también lo que cueste adaptar la casa a las exigencias del futuro museo y esperar a que no haya problemas para cambiar el uso de la casa en el planeamiento municipal.