“Estamos pasando hambre y nos mienten”

Iván Suárez / Iván Suárez

Con 38 años cotizados en el sector de la construcción y seis niños de entre 9 meses y 10 años, Emilio José Núñez subsiste con la prestación por desempleo de 426 euros que percibe desde que se quedó en paro, hace casi dos años, y el respaldo de la asociación de vecinos del Polígono de San Cristóbal, el barrio de Las Palmas de Gran Canaria en el que reside en una vivienda propiedad de su suegro. ''Te dan cuatro paquetes de macarrones y dos botes de leche para toda la semana. La ayuda se agradece, pero no te da“, dice.

El pasado mes de diciembre solicitó al Ayuntamiento de la capital la ayuda de emergencia social, por la que, debido a su situación familiar, estima que podría recibir hasta 700 euros al mes. Más de seis meses después, sigue sin obtener respuesta de los servicios sociales del municipio. ''Este martes'', explica desesperado, ''me cortan el suministro de agua“.

Emilio José es uno de los rostros de la precariedad, del abandono que este martes han querido visibilizar los vecinos de los barrios de Las Palmas de Gran Canaria que han sufrido con mayor violencia los embates de la crisis. Ciudadanos de Cruz de Piedra, San Cristóbal o El Polvorín se han concentrado ante el Ayuntamiento capitalino para exigir el pago de unas ayudas de emergencia que deberían tramitarse en menos de 72 horas y que se están demorando hasta en cinco o seis meses.

''Hay cientos de solicitudes que no han sido atendidas. Te dan quince días para que la asistenta social te vea y, después de rellenar el expediente, tardan seis meses en resolverlo“, ha explicado Rafael Morera, representante de la Asociación de Vecinos 30 de mayo, del barrio de Cruz de Piedra, uno de los más castigados por el desempleo en la ciudad, con una tasa de paro del 60%.

Los vecinos de Cruz de Piedra han anunciado que los grupos de la oposición en el Consistorio (PSOE, Nueva Canarias y Compromiso por Gran Canaria) llevarán al próximo pleno municipal una moción en la que recogen la propuesta de esta plataforma vecinal para impulsar un plan de empleo en el barrio que podría dar trabajo a unas 300 personas y que consistiría en una serie de actuaciones para reparar aljibes, escaleras o ascensores de una zona de la ciudad muy deteriorada, “que no se toca desde hace 40 años”.

Además, esta plataforma promoverá una iniciativa para llevar al Parlamento, previa recogida de firmas, el plan de empleo con el que pretenden que todos los vecinos del barrio “tengan el estómago lleno”. “Dependemos de los bancos de alimentos y de las ONG, los vecinos están pasando hambre, tienen la luz y el agua cortada y encima nos están mintiendo”, asevera Morera.

“No es política, es la cara del pueblo necesitado. No queremos mendigar, queremos trabajar”, vociferaba con el altavoz otro de los vecinos del barrio, Carlos Ulises Ramos, en la protesta de este martes ante las oficinas municipales, en respuesta a las manifestaciones de miembros del grupo de Gobierno en el Ayuntamiento que reclaman “que no se juegue a hacer política con esto”.

''Estamos buscando en los mejores cubos de basura para comer. Tienen que dar la cara, que preguntar a los ciudadanos que estamos pasando dificultades. Dicen que son 72 horas para dar las ayudas, pero son 72 horas a partir del quinto mes“, ha afirmado Ramos, una de las voces más combativas de la concentración, en paro desde hace tres meses y denunciado por la madre su hija por no pagar la manutención.

Juan Cabrera, otro vecino de Cruz de Piedra, destina a la manutención de sus dos hijos los 319 euros que percibe desde que el pasado mes de febrero concluyera el proyecto LPA, mi ciudad, en el que estuvo empleado por el Ayuntamiento durante seis meses para realizar trabajos de limpieza de parques y jardines.

''Mis hijos están viviendo con su madre, que ha pedido la ayuda de emergencia porque viven de alquiler. Yo vivo con la pensión de madre, que tiene 78 años y está discapacitada. Estoy reventado de caminar y echar curriculum, pero siempre me echan para atrás por la edad, tengo 52 años. No me llega ni para el bono de guagua“, relata Juan, que comenzó a trabajar a los 15 años como marinero para después dedicarse a la construcción.

Los vecinos advierten que no cejarán en su lucha hasta encontrar una solución que devuelva la dignidad a estos barrios abandonados. Por su parte, el Ayuntamiento ha manifestado, a través del concejal Ángel Sabroso, que “no habrá limitaciones presupuestarias” para atender las situaciones de emergencia social.

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