La secretaria judicial del TSJC cree que una funcionaria se llevó a su casa 'Las Teresitas' “por un berrinche”

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 9 (EUROPA PRESS)

La secretaria judicial de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), Isabel Morales, consideró hoy que la funcionaria acusada de llevarse a su vivienda dos DVDs del caso de presunta corrupción urbanística 'Las Teresitas' --relacionado con la playa del mismo nombre en Santa Cruz de Tenerife-- actuó “por un berrinche”, pero admitió desconocer “de qué era capaz” con esa información, puesto que “casi todo estaba bajo secreto de sumario”.

“Nunca se le obligaron a hacer horas extras, sino que ella se quedaba trabajando porque quería y cuando no se hacía lo que ella decía se enfadaba, se transformaba y amenazaba con coger una baja”, aseguró la secretaria en calidad de testigo durante la segunda jornada del juicio celebrado en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas por sistema de Tribunal de Jurado contra Marta J.G., acusada de un presunto delito de infidelidad en la custodia de documentos.

La procesada admitió ayer que guardó “en el horno” de su vivienda dos DVDs de la citada causa a fin de poder demostrar las horas extras realizadas y pedir una compensación económica. “Fue un error lo que hice, pero en ese momento yo estaba tan mal que mi cabeza no discernía correctamente. Considero que no se valoraba mi trabajo”, afirmó Marta J.G., que declaró que cuando se llevó los discos “estaban bajo secreto parcial”.

“CASI TODO ESTABA SECRETO”

De hecho, según la secretaria judicial, “casi todo lo que estaba en los DVDs estaba secreto”. Morales explicó que J.G. realizaba tareas de funcionaria auxiliar, pero “quería hacer labores de tramitación para aprender”, a lo que subrayó que “nunca se le obligó”.

En este sentido, comentó que Marta J.G. realizaba dichas tareas bajo su “supervisión” y aclaró que “no era la encargada en exclusiva de esas diligencias”, sino que lo hacía todo el personal.

“Su responsabilidad era la de hacer las fotocopias y se enfadaba mucho si alguien no las hacía como ella quería y reñía a los compañeros”, subrayó, al tiempo que reiteró que “cuando no se le daba la razón se comportaba de manera que no venía a cuento y actuaba de manera irracional”.

Asimismo, resaltó que “nunca se le dijo que se quedara más horas, sino todo lo contrario y, si se quedaba, era porque quería”. La secretaria judicial explicó que la trabajadora le planteó que se le pagaran las horas extras, a lo que ella contestó que no existía ningún tipo de remuneración económica por ello, sino que se le podían compensar por horas libres, si bien quien adoptaba las decisiones era la Dirección General.

AL MENOS TRES BAJAS

Indicó que en marzo de 2007 un compañero de la Sala sufrió una caída y tuvo que coger la baja, momento en el que Marta J.G. se puso también de baja y “era la tercera que pedía”.

No obstante, la secretaria judicial le llamó para que se incorporara, puesto que sólo quedaría una persona en las dependencias judiciales y había sobrecarga de trabajo, relacionada sobre todo con el caso 'Las Teresitas', que “tiene ahora mismo 60 tomos de 800 folios”. Además, informó desfavorablemente a la petición de la acusada de disfrutar de un mes de vacaciones en abril por el mismo motivo, ya que, de lo contrario, “¿cierro el kiosko?”, se preguntó.

Añadió que “a ella se le ha aguantado mucho porque daba pena”. Afirmó que “al principio era un encanto, es muy trabajadora, pero después tenía una relación difícil con todos”. “Cuando ella creía que tenía razón no sabe comportarse ni hasta dónde puede llegar. Pierde el dominio de sí misma, pero sabe lo que hace y que lo está haciendo mal”, sostuvo.

De este modo, apuntó que el 24 de enero de 2008 se encontraba junto a la mesa de una funcionaria con la que estaba hablando la magistrada de la Sala de lo Civil y Penal del TSJC, instructora de dicha causa, Carla Bellini, y Marta J.G. interrumpió la conversación “varias veces”.

SOBRECARGA DE TRABAJO EN PERÍODO ELECTORAL

La magistrada le dijo que esperara un momento, pero la procesada se cabreó y posteriormente gritó: “Váyanse todos a la mierda”, y se fue, según la secretaria judicial.

Al día siguiente, Marta J.G. fue a la Sala, copió en soporte informático el caso 'Las Teresitas' y antes de irse le dijo a otras dos funcionarias que le advirtieran a la magistrada y a la secretaria judicial que “tenía copia” de la citada instrucción. Al entender de Isabel Morales, la trabajadora “sabía la gravedad de lo que estaba haciendo porque si no no amenaza”.

Por otro lado, hizo hincapié en el exceso de trabajo en la Sala Civil y Penal del TSJC “en determinadas épocas”. “Cada vez que hay elecciones aumentan las querellas por temas de política”, reconoció.

Por su parte, una de las funcionarias que en su día trabajo en la Sala y que coincidió desde octubre de 2007 hasta enero de 2008 con Marta J.G., la describió como una persona “perfeccionista” en su trabajo, que “a veces se transformaba de ahora para después”.

“Tenía malos modos y cambios de carácter extraños. Al menos en dos ocasiones, cuando le daba el arrebato, cogía el bolso y se iba”, agregó, al tiempo que remarcó que la acusada “se quejaba de la sobrecarga de trabajo pero siempre se ofrecía”.

En concreto, se refirió al incidente del 24 de enero de 2008, cuando Marta J.G. recibió documentación de la Policía Nacional en Tenerife relacionada con 'Las Teresitas' y, al ver que la magistrada no podía atenderle “se transformó y empezó a decir una cantidad de disparates y a tirar los papeles por el suelo”.

“Al día siguiente volví a la oficina y me dijo: ”Por favor dile a la magistrada y a la secretaria que tengan mucho cuidado conmigo, que yo tengo todo grabado“. ”No sabía a qué se refería. Lo dijo tranquila, pero con rabia contenida“, apostilló. Posteriormente, la acusada le hizo el mismo comentario a otra de las funcionarias, quien avisó a la secretaria judicial.

DOS AÑOS DE INHABILITACIÓN

De hecho, esta segunda empleada ratificó estos hechos hoy en su declaración como testigo y señaló que su ex compañera “con frecuencia podía estar muy tranquila y al minuto estar gritando”.

Durante el juicio también declararon agentes de la Policía Nacional que registraron la vivienda de la acusada y que hallaron en el horno los dos DVDs que se había llevado. “Se comprobó que se había abierto o leído información de un determinado sumario judicial”, apuntó uno de los agentes.

La fiscal, Cecilia Acebal, pide para la procesada las penas de diez meses de multa con una cuota diaria de diez euros e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de dos años. En cambio, la defensa solicita la libre absolución o, subsidiariamente, que concurra la atenuante analógica de dilaciones indebidas y de arrebato u obcecación.

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