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Sin conocimiento no hay desarrollo

Aprender a usar las nuevas tecnologías es fundamental para el desarrollo curricular

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

El pasado 19 de diciembre los distintos grupos del Parlamento de Canarias se reunieron con representantes del Centro Atlántico de Pensamiento Estratégico (Catpe), que presentó su informe sobre la Transición de Canarias hacia la sociedad del conocimiento. Un documento que tiene una clara conclusión: “La sociedad del conocimiento es el modelo adecuado y oportuno, en este momento, para el desarrollo y crecimiento de Canarias”.

Antes de irse de vacaciones estivales en 2013, el Gobierno de Canarias aprobó documentos claves para reactivar la economía en lo que queda de década: el Plan de Acción de la Estrategia Europa 2020 en Canarias y la Estrategia de Especialización Inteligente 2014-2020.

Ambos, que ya tienen un año después el visto bueno de la Comisión Europea, son los dos pilares básicos de un crecimiento económico inteligente, sostenible e integrador, que a juicio del Ejecutivo regional es lo que necesitan las Islas para despegar de la crisis y estar preparado para afrontar futuros caos financieros y económicos como el presente.

La RIS 3 basa el desarrollo de las Islas en la especialización de I+D a través de varias líneas de actuación: Liderazgo inteligente del turismo; Canarias, referente atlántico inteligente; Valorización socioeconómica de la I+D, especialización y fortalecimiento en astrofísica y espacio, ciencias marítimo-marinas, y biotecnología y biomedicina asociadas a la biodiversidad y enfermedades tropicales; Agenda Digital y Crecimiento verde y sostenibilidad.

Pero no solo el Ejecutivo regional cree que la sociedad del conocimiento es la fuente del desarrollo de las Islas, el informe elaborado por el Centro Atlántico de Pensamiento Estratégico (Catpe) incide en la necesidad de profundizar en la educación y formación, la sociedad TIC y los sistemas de innovación como estrategia de futuro.

El presidente de Catpe, Ángel Ferrera, reconoció que la transición a la sociedad del conocimiento no es una tarea fácil aunque se puede conseguir si “tanto la clase política como la sociedad civil actúan con contundencia y concordia para alcanzar los que retos que plantea”.

Una tesis con la que estuvo de acuerdo el presidente de la Cámara regional, Antonio Castro, que incluso planteó la posibilidad de que en la próxima legislatura se constituya una comisión parlamentaria de carácter trasversal que permita ahondar en la sociedad de conocimiento.

Al igual que la RIS 3, el informe de la Catpe asegura que la transición hacia este modelo debe asentarse en cuatro pilares: un régimen institucional y una normativa favorable a este cambio; las infraestructuras de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC); la educación y la formación; y los sistemas de innovación.

Y, para ello, propone reorientar los instrumentos fiscales del Régimen Económico y Fiscal (REF), tales como la Reserva de Inversiones (RIC) o la Zona Especial Canaria (ZEC), “para estimular el crecimiento de un tejido productivo intensivo en conocimiento y tecnologías”.

Pacto Parlamento-Instituciones-Sociedad Civil

Con todo, el primer paso debería ser un pacto social para conseguir “una sociedad que sea nudo de un mundo hiperconectado en red, con una nueva cultura digital, que piensa desde lo local y actúa en todo el mundo”.

Una sociedad “en la que las personas son su valor más preciado, y se ocupa de desarrollar con eficacia su talento, con su compromiso y esfuerzo” y que “considera que todas las personas tienen, en mayor o menor grado, un talento natural que se manifiesta bajo diferentes modalidades, todas igualmente válidas e importantes”.

En definitiva, una “sociedad motivada e ilusionada por que sabe que en sus generaciones más jóvenes hay talento y ganas de desarrollarlo; para lo cual lo identifica, lo conecta e impulsa” y que para todo ello elabora un Plan de Acción con el compromiso de su continuidad, seguimiento, evaluación anual y mejora.

Canarias, en este Pacto, “debe encontrar nichos reales, objetivos, diferenciales y de oportunidad, para posicionarse en la Sociedad del Conocimiento”. Para conseguirlo “no importa tanto el posicionamiento de partida, como hacia dónde, cómo y el ritmo a imprimir”.

“La actuación sobre las generaciones más jóvenes es clave y debe comenzar ya”, se puede leer en el documento.

Según el informe, las administraciones, instituciones y la sociedad civil tienen que conocer más y mejor el potencial humano que tiene Canarias en sus generaciones jóvenes: las denominadas X (aproximadamente los nacidos entre los 70s y 90s) e Y (los nacidos a partir de la última década del siglo o un poco antes).

Para ello, se debe aprovechar la nueva regulación que el Gobierno de Canarias ha hecho en 2014 del Observatorio Canario de la Juventud trabajando en colaboración con fundaciones privadas sin ánimo de lucro.

Transición del tejido productivo

Claro que todo eso de nada vale si no se actúa ya sobre dos ejes que son realidad: los sectores del tejido económico actual (maduros), que ganan en competitividad al añadirles servicios intensivos en conocimiento e innovación; y aquellos emergentes por los que Canarias apuesta en su Canarias 2020 y RIS3 Canarias.

La misión de ambos es crear empleo, riqueza y bienestar con un sentido sostenible e integrador, “mediante sectores (los maduros) a los que se les añade valor con la aportación de conocimiento y tecnologías; o sectores (emergentes) asociados a las nuevas prioridades y estrategia definida y adoptada por el Gobierno de Canarias”.

Sin embargo sus resultados tienen tiempos distintos: el sector maduro puede conseguir resultados a corto y medio plazo; el sector emergente a medio y largo plazo, pero comenzando ya con un rumbo constante y ritmo adecuado al entorno europeo y global.

Por lo tanto Canarias debería apostar de forma inmediata por convertir sectores económicos tradicionales en actividades intensivas en conocimiento. Hasta ahora sólo se consideran como tales las industrias o empresas relacionadas con actividades: farmacéuticas, de alta y media alta tecnología, financieros y relacionados, fabricación de maquinaria de precisión, etc.

Estos servicios pueden ser: los asociados a la actividad turística, la construcción, los hospitales, administraciones públicas, educación, I+D, ingeniería del software, servicios intensivos en conocimiento a empresas, actividades portuarias y aéreo portuarias, empleabilidad, servicios culturales, y actividades recreativas y deportivas.

En esta línea del tejido productivo actual y de servicio a la ciudadanía hay que seguir y evaluar los resultados que se derivan de las acciones ya iniciadas para la supresión de la doble imposición fiscal y los complejos procesos que hay que seguir para el desarrollo del comercio electrónico, que de seguir así tiene un futuro incierto en el Archipiélago, y estimulará el desarrollo de prácticas alternativas que pueden pervertir el proceso, al tratarse de redes abiertas.

Junto a los sectores tradicionales se encuentran los prioritarios (emergentes) que contempla la estrategia Canarias 2020 y la RIS 3. Aquí es importante seguir con la priorización, de acuerdo con los objetivos finales, para lo cual es necesaria la reorientación de los agentes que están por el momento en los mismos.

“No se trata de desarrollar sólo investigación, para lo que está el Programa Horizonte 2020, sino de una investigación que promueva el empleo”, se puede leer en el citado informe.

Evidentemente, todo ello una mayor y nueva colaboración entre la tarea investigadora y la puesta en el mercado de sus resultados.

Apuesta por el bilingüismo

Sin embargo, hay un hándicap para lograr la sociedad del conocimiento: la brecha lingüística de los niños, adolescentes y jóvenes canarios, que según el informe es “cada vez mayor en relación con los segmentos equivalentes europeos”.

Por lo tanto “es necesaria una actuación inmediata, urgente y rápida en este sentido” para que “todos los jóvenes terminen esta etapa de su formación con un nivel mínimo de competencia de comunicación, en la lengua extranjera que se trate” con un nivel estandarizado y perfectamente definido por la UE en su Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER).

“La juventud que termina la educación y formación universitaria debería hacerlo con un nivel mínimo B2, acreditado también formal e independientemente de la institución formadora, de competencia de comunicación en la lengua extranjera elegida. Esta debería ser una condición indispensable para poder graduarse”, consigna el informe.

Aunque conseguir una sociedad bilingüe solo sería el primer paso, pues la Capte propone “lograr que el sistema universitario y los nuevos agentes, propios de la Sociedad del Conocimiento, sean los impulsores del desarrollo económico y social de Canarias”, mediante la creación de empleo (a través de los ecosistemas de innovación) y de la empleabilidad (mediante una formación adecuada y adaptada a la nueva sociedad).

Plan de innovación

Como recuerda el informe, “Canarias no pudo lanzar en el momento adecuado su propia Ley de la Ciencia, Tecnología e Innovación”, por lo que el Archipiélago “no tiene ni estrategia, ni plan operativo de innovación”.

Sin embargo, esta falta se suple con el Plan de Acción de Europa 2020 en Canarias, la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS 3) de Canarias.

Con ambos documentos, según la Catpe, se debe aprovechar la situación real, que se hubiese podido alcanzar de otra forma y con prioridades diferentes, “para establecer el marco adecuado que contemple el desarrollo de la I+D y de la innovación en Canarias, desde una nueva y actualizada visión teniendo en cuenta las lecciones aprendidas”.

Sin que sirva de patrón, pero sí de modelo, el informe apunta a las “iniciativas que ha tomado el Gobierno Vasco, que están en línea con las directrices de la UE adaptadas a su propio territorio y estrategia”.

La propuesta de Catpe es que debe existir coordinación y complementación entre los aspectos formales de I+D y los de Innovación, teniendo en cuenta que ambos aspectos no son idénticos: “la innovación tiene otro objetivo final y es más abierta, flexible, e implica a nuevos agentes y formas de llevarla a cabo”.

El sistema de I+D debe aprovechar al máximo la oportunidad que ofrece, a los grupos más competitivos y maduros, la iniciativa Horizonte 2020 y el nuevo Espacio Europeo de Investigación (ERA, de sus siglas en inglés).

“Junto a todo ello habría que retomar las iniciativas que inició el Gobierno de Canarias en 2007 en materia de innovación, y aprovechar el tiempo perdido con una reorientación de la estrategia a seguir y de su implementación, teniendo en cuenta las decisiones ya tomadas que se alineen con la misma”, afirma el documento.

Es adecuado establecer un plan operativo de políticas públicas, con las orientaciones del pilar “régimen institucional y normativas pertinentes”, para el impulso en Canarias del nuevo concepto de innovación, y especialmente del de innovación abierta. Se trata de poner “la situación en orden” e “integrar lo disperso”, con la visión y el liderazgo del nuevo paradigma.

La estrategia de innovación debe contemplar la función en la misma de los nuevos agentes y considerar los diferentes tipos y modos de innovación, que contribuyan al desarrollo y crecimiento de Canarias, a la creación de empleo y a una mayor capacidad de “empleabilidad” por parte de los jóvenes y jóvenes - mayores.

En definitiva, tras la lectura de Transición de Canarias hacia la sociedad del conocimiento se vislumbra que el Archipiélago “debe y puede aspirar a ser parte diferencial y reconocida en el nuevo mapa europeo de innovación regional, en unas pocas y específicas áreas y tipos de innovación, que ya tiene priorizados”.

La Unión por la Innovación (Innovation Union, IU), como nuevo enfoque estratégico de la innovación, es el reto a asumir y la toma de decisiones por parte de las Administraciones en todas estas acciones no debe pasar por “contentar a todos los agentes potenciales y partes interesadas”, sino en tomarlas “con trasparencia, coherencia, y criterio para alcanzar los objetivos propuestos, contando con la complicidad de la sociedad civil”.

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