Ni correa ni transmisión

Manifestación del Primero de Mayo en Las Palmas de Gran Canaria.

Enrique Bethencourt

Las Palmas de Gran Canaria —

Al igual que sucede en el País Vasco y en Galicia (el modelo catalán es muy distinto, como lo es la sociedad catalana en su conjunto, con una CCOO muy sensible al hecho nacional catalán como sindicato mayoritario; incluso la propia UGT lo es), el sindicalismo tiene su relevante opción nacionalista, aunque Intersindical Canaria queda lejos de la potencia que, por ejemplo, tienen ELA-STV y LAB en Euskadi, y queda relegado al tercer lugar en las Islas en afiliación y representatividad entre los trabajadores y trabajadoras tras CCOO y UGT.

Intersindical agrupa a lo que hasta los años 80 el pasado siglo era un disgregado mundo sindical nacionalista, protagonista de numerosos enfrentamientos y escisiones, del que formaban parte organizaciones como el Sindicato Obrero Canario (SOC), Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC), Confederación Autónoma Nacionalista Canaria (CANC), Confederación Canaria de Trabajadores (CCT) o Sindicato Canario de la Salud (SCS).

Educación

EducaciónTiene un elevado peso en los servicios públicos educativo (con el STEC como sindicato mayoritario del sector en el Archipiélago, aunque más débil en las islas occidentales en las que es superado por la conservadora ANPE), y sanitario, así como en sectores estratégicos esenciales como el transporte o los puertos.

Las relaciones entre el sindicalismo nacionalista y las organizaciones políticas del mismo ámbito han sido muy difíciles. En la mayoría de las ocasiones ha habido mucha mayor sintonía de los gobiernos nacionalistas con CCOO y UGT que con sus hermanos nacionalistas.

En este caso no se ha dado la estrecha vinculación que el pasado se producía entre el PSOE y la UGT o entre el PCE y CCOO, que situaba a los sindicatos, en el más puro estilo leninista, como correas de transmisión de los grandes partidos políticos de izquierda.

Aquí, ni correa ni transmisión.

Puede resaltarse que en ello ha influido una mayor radicalidad y combatividad de los sindicatos nacionalistas frente a la mayor tendencia al establecimiento de acuerdos con la patronal y las administraciones públicas por parte de UGT y CCOO.

Y, asimismo, la realidad de un nacionalismo interclasista en que buena parte tiene una estrecha vinculación con los poderes económicos insulares, sin que manifieste, probablemente, la sensibilidad social de la derecha nacionalista vasca. Así como episodios de cerrazón y sectarismo en ambos bandos.

Referente

ReferenteMientras que el nacionalismo político ha logrado en las últimas décadas un significativo peso político y electoral, el sindical está aún muy lejos de situarse como referente de primer orden para la mayoría de los hombres y mujeres que integran el mundo laboral de las Islas. Por otra parte, una posible mejora de las relaciones entre ambos ámbitos se encuentra, en mi opinión, todavía lejana.

Ni correa.

Ni transmisión.

Ni, tampoco, excesivo entendimiento.

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