El imperio del estribillo conocido

David Amador (Ni 1 pelo de tonto).

Erick Canino

Santa Cruz de Tenerife —

Los grupos de versiones y tributos se han convertido en todo un fenómeno creciente. En Canarias son los auténticos héroes locales. Llenan bares y salas de conciertos, no paran de tocar y reciben las mejores contraprestaciones económicas. En este reportaje, le concedemos la palabra a los protagonistas para conocer este movimiento multitudinario desde su interior. Además, también le damos voz a otras formaciones con una visión crítica sobre este universo de versiones. Por un lado, los representantes de Ni 1 Pelo de Tonto, La Alacena, Los Salvapantallas y La Nueva Tralla Canaria. Por otro, músicos de Terco y The good Company.

Ni 1 pelo de tonto

Ni 1 pelo de tonto“No hay un artista original que no haya versionado en sus inicios”

– ¿Cómo fueron los inicios de Ni 1 pelo de tonto?

David Amador: Pues he de confesar que fue un principio muy ilusionante, increíble, muy de tirar pa`lante con lo que había, sin complejos ni temores, era tal la ignorancia musical, que nos hizo sacar toda las ganas y el coraje que llevábamos dentro.

Te aseguro que recuerdo actuaciones mías y de mi hermano Esteban con una guitarra acústica y yo con armónica, pandereta, cajón flamenco, o sea, un hombre orquesta, que no le han de envidiar nada a las actuales, ya con una banda al completo, ¿y por qué lo digo?, pues por lo que comenté al principio, había ilusión, ganas coraje y cero temores.

Siempre llevaré muy dentro de mí a una zona en especial, a un barrio que nos caló muy hondo y fue Añaza; fue indescriptible el cariño y afecto mutuo que quedó de aquellas actuaciones a dúo y aseguro que fueron el primer paso en N1PT para seguir en esto de la música.

Después poco a poco fuimos demandando más instrumentos a nuestro lado y fuimos incorporando principalmente percusión, siguiendo un bajo eléctrico y finalmente otra guitarra rítmica. (ahí empezó el jaleo).

Ahora sí te digo, lo que más me ha gustado siempre a la hora de buscar la versión perfecta es romper los esquemas a esto de versionar; la mayoría de los grupos que se dedican a este género, ahora a la alza pero ya inventado desde los inicios de la música; intentan interpretar el tema original tal y como es. Nosotros siempre hemos intentado salirnos de ese camino, no digo que sea mejor o peor tan solo digo que nos sentimos más identificados con un tema versionado con nuestros arreglos y con el híbrido que nos caracteriza que es mezclar varios temas diferentes en uno, con lo que te puedes encontrar con una intro de ZZ TOP seguida de un tema del pop español ochentero más auténtico.

A fin de cuenta todo en la vida ya sea trabajo, hobby, etc, etc es buscarle la alegría y la diversión.

– ¿Cómo explica usted el fenómeno de los grupos de versiones?

David Amador: Como comenté antes, esto de versionar viene desde hace muchos años atrás, no hay un artista original que no haya versionado en sus inicios.

En la actualidad está muy de moda, aunque lo achaco más a las redes sociales que a otra cosa; en los 60`s, 70`s las bandas que formaban el panorama musical rock canario era de una calidad inmejorable y me arriesgo a afirmar que inigualable. Ahí está nuestro querido amigo Toño Reyes para corroborar todo esto que estoy comentando.

También he de ser sincero, no comparto la afluencia de bandas, que más que bandas son orquestas móviles, llenas de samplers y efectos, con las cuales, y siempre desde el respeto, no soy muy afín; la música como es por todos sabido, sale del cuerpo o del instrumento que está tocado por el artista que a su vez sale por el ampli o tambores y llega a los oídos del público, el resto yo diría que es un poco, entre comillas, “engañar”. Pero bueno, cada uno en su casa sabe lo que permite y gusta.

– ¿Y qué le diría a los que restan valor a este tipo de propuesta musical?

David Amador: Que están en todo su derecho por supuesto, pero en nuestro caso les puedo asegurar que nos dejamos todo y más en cada una de nuestras actuaciones, siempre tratamos con el mayor respeto tanto al tema como al público que nos escucha.

Tan solo podía decirles que ambas cosas son laboriosas, duras y con un grado de dificultad a veces no mostrado ni percibido en el escenario.

– ¿Qué diferencia hay entre interpretar temas propios a una versión?

David Amador: Desde la humildad te afirmo que es muchísima la diferencia y me explico; con una versión casi siempre logras que el público reaccione al instante, que interactúe con tu demanda musical, que se sienta identificado con sus recuerdos y con la añoranza del momento, pero amigo, todo cambia con un tema propio.

La increíble sensación de ver a gente ya conocida o desconocida, (para nosotros todos amigos) que se acercan a tus actuaciones y sientes que están contigo, que cantan o lo intentan, con la primera escucha alguno de tus temas propios es indescriptible, es como mostrar a tus hijos y saber por sus comentarios que les ha gustado, que te piden tu cd o te comentan que descargaran el trabajo. Para nosotros nada es comparable, tan solo es comparable a la primera vez que un “amigo/amiga”, (Mónica es su nombre, lo recuerdo perfectamente) llegó a nuestras actuaciones con una camiseta de N1PT.

La Alacena

La Alacena“El sueño de todo músico es que te conozcan por tus temas propios”

– ¿Cómo fueron los inicios de La Alacena?

Pablo Rodríguez: Pues por un lado estaba Pablo Rodríguez (voz) y Julio González (guitarra) tocando versiones, y por otro Abraham Albelo (bajo) y Jaime Rodríguez (batería). De forma natural Abraham se une a acompañar a Julio y Pablo y tras unas semanas se propone hacer un tributo a Héroes del Silencio. Jaime se une y tras un único ensayo nos dimos cuenta lo bien que estábamos empastados. Aquí la magia es que los cuatro hemos sido fans de Héroes toda la vida así que era un disfrute versionar a nuestra banda favorita. Siempre con el respeto y admiración a la banda zaragozana. Eso sería en abril de 2009. Empezamos a ensayar y teníamos como unos 8 temas. Nos propusieron tocar para un evento variado para el día de Canarias en un centro de ciudadanos en Padre Anchieta (La Laguna).Y sólo habíamos ensayado un mes. Aceptamos para quitarnos “el nervio escénico”. Dio la casualidad que el técnico de sonido de esa noche era el mismo que tenía el Búho Club (La Laguna) en esa época y nos propuso tocar allí porque le habíamos encantado. Empezamos a preparar más temas y tocamos en Búho con lleno absoluto un jueves. A partir de ahí empezamos a tocar por los locales de las islas, siendo la única banda tributo 100% de HDS de Canarias.

– ¿Cómo explica usted el fenómeno de los grupos de versiones?

Julio González: En nuestro caso el motivo fue personal a nivel de los cuatro. Queríamos hacer algo serio. Para nosotros es diferente un grupo de versiones que una banda tributo. Los grupos de versiones creemos que hacen sus canciones a su manera. Nosotros con el tributo además de hacer la versión, nos especializamos en todo los detalles de la canción. Intentamos ser lo más fieles a las canciones de Héroes. A eso se une la vestimenta y la interpretación en los directos que también hay que destacar y que creemos que es indispensable para una banda tributo. Nuestro mayor piropo es que nos digan “cerramos los ojos y estamos escuchando Héroes”. Por otro lado pensamos que ninguna banda tributo “heróica” lo hace como ellos (los originales) y creemos que todos los admiramos y lo hacemos con cariño. Creamos La Alacena no por modas de tributos ni dinero sino por satisfacción personal.

– ¿Y qué le diría a los que restan valor a este tipo de propuesta musical?

Abraham Albelo: Todo es respetable. Con La Alacena copiamos los temas pero queremos hacerlo de la mejor manera y siempre estamos repasando las canciones, oyendo detalles y ensayamos todas las semanas. También es un trabajo. Héroes del Silencio es difícil de imitar y las estructuras de las canciones no son fáciles. Para que una banda suene bien en directo debe haber mucho trabajo detrás.

– ¿Qué diferencia hay entre interpretar temas propios a una versión?

Jaime Rodríguez: Hay mucha diferencia, nada que ver. Interpretas la canción versionada como tú la sientes. En nuestro caso “copiamos” la canción y queremos hacerlo de la mejor manera. Con los temas propios es más personal, más reconocimiento y tus canciones son como “tus hijos”, las hemos parido nosotros desde el principio. Ver todo su desarrollo es muy gratificante si ves que has hecho una buena canción (por lo menos para la banda). En nuestro caso los mismos componentes hemos creado una banda de temas propios, hemos compuesto nuestras canciones y hemos lanzado un EP. Hay más satisfacción con temas propios ya que lo hemos creado nosotros. Como músico eres más libre y la compones como tú quieres. El sueño de todo músico es que te conozcan por tus temas propios y no por versiones.

– ¿Cómo fueron los inicios de la Nueva Tralla Canalla?

Arístides García: Oficialmente, La Nueva Tralla Canalla nace en 1999. Antes de esa fecha, y tras la ruptura de Frakaso Skolar, los actuales miembros del grupo continuamos componiendo y grabando (de hecho existe un disco autoproducido que nunca vio la luz), y tocando temas propios y ajenos como terapia a la resaca que aquella historia nos dejó. Nos divertía mucho tocar temas y ponerlos un poco patas arriba cambiando el estilo, el tempo o incluyendo elementos que no pertenecían a la canción original.

Los primeros conciertos tuvieron lugar en el Blues Bar de La Laguna (era más sencillo para nosotros tocar ahí que en Las Palmas, no olvidemos que eran los años en que el futuro ministro tapiaba bares en la ciudad). No había intención de perdurar, pero, a lo bobo, llevamos casi veinte años ya.

– ¿Cómo explican ustedes el fenómeno de los grupos de versiones?

Arístides García: Yo imagino que, si llevas años en la industria creando música propia y sin ver demasiado futuro (o queriendo ganar algo de pasta), llega un momento en que quieres seguir vinculado a este mundillo sin correr demasiados riesgos. La emoción del escenario o lo que sea. Y, en definitiva, hay miles de canciones maravillosas que querrías haber compuesto tú; y, al tocarlas, las haces un poco tuyas (o eso piensas). Y siempre es más sencillo presentar un repertorio ya conocido que presentar tus propias composiciones. Quizás haya algo de comodidad. O de amor a la música con la que crecieron. De todas formas, los “intérpretes” siempre han existido.

El público también me parece muy complaciente y poco exigente con los artistas, y de ahí que los temas se repitan. O que resulten previsibles. Y los organizadores de eventos, que no quieren, tal vez, arriesgarse a traer bandas con temas propios. De todas formas, yo pienso que la tendencia está cambiando, a la vista del éxito de Red Beard, Texxcoco o Solo Astra, por ejemplo.

– ¿Y qué le dirían a los que restan valor a este tipo de propuestas musicales?

Arístides García: Que nos dejen vivir, jajajaja. No, en serio, tienen pleno derecho a pensar así y yo, en gran medida, estoy de acuerdo con ellos: me gusta ir a conciertos de bandas locales y enamorarme de sus canciones (y comprar sus discos). Pero también recordarles que The Beatles empezaron siendo un grupo de versiones (jajajaja, perdón).

– ¿Qué diferencia hay entre interpretar temas propios o una versión?

Arístides García: Honestamente, y hablo por nosotros, no encontramos diferencia y disfrutamos lo mismo (o no) en un terreno o en el otro. Sí es cierto que en las canciones propias intentas ser más honesto, quizás. O experimental. Pero, a la hora de interpretar, es una cuestión de vísceras, energía y emoción.

Los Salvapantallas

Los Salvapantallas“Nos sentimos un poco pioneros del fenómeno versiones”

– ¿Cómo fueron los inicios de Los Salvapantallas?

Alex Labao: Los Salvapantallas nacen simplemente con la idea de pasarlo bien tocando en bares las canciones que nos gustaron siempre y con las que crecimos como músicos. Estamos hablando del año 2000 y yo estaba por aquella época tocando con Los Coquillos, después de producir su cd acustico Hasta el Amanecer. Una tarde me volví a ver con mis ex compañeros Nacho y Dani, de la banda Mr. Robinson y recordando viejos tiempos de gira en el 96′ por México, nos entró el gusanillo de hacer una banda de versiones para divertirnos y volver a tocar juntos. Nos hacía falta otro guitarrista y un bajista, por lo que se me ocurrió la idea de invitar a Ginés Cedrés y a Charlie Moreno, con los que tocaba en Los Coquillos, a entrar en el proyecto. Nos metimos en su local de ensayo para prepararnos unos temas a modo de prueba y ver como sonaban. Ciertamente nuestra forma de trabajar siempre ha sido muy exigente e incluso para esto; nos lo tomamos muy en serio en aquel momento.

Nuestra frase era “para hacer algo mal o a medias, mejor no hacemos nada…”. Por esa razón nos pusimos a tope y ensayamos muchísimo hasta que nos vimos preparados para darnos a conocer en la Sala Cuasquias de Las Palmas de Gran Canaria, en noviembre del año 2000.

Hubo un antes y un después de ese día para nosotros. La reacción de la gente fue tan bestial que ya no hemos parado desde entonces. Siempre recordaré la frase de Toñin (dueño del Cuasquias), que nos dijo… “ésta será la última vez que los contrate porque a partir de ahora no podré pagarles el caché…”. Fue el pistoletazo de salida y el comienzo de una aventura que ya dura 18 años.

No era usual ver bandas de versiones en aquella época llenando locales y creando seguidores que nos seguían incluso a otras islas donde tocábamos. Por esta razón, nos sentimos un poco pioneros y propulsores del fenómeno que más tarde se ha creado alrededor de los grupos de versiones. Simplemente llevamos a un nivel profesional nuestra idea, lo que nos gustaba hacer y lo que la gente demandaba para pasarlo bien. Lo introducimos a todos los niveles, eventos públicos, privados e incluso como abanderados de marcas comerciales. Una vez abierta esa brecha muchísimas bandas han podido venir detrás y hoy en día compartimos escenarios y carretera con todos ellos. También es verdad que en tantos años hemos visto nacer y morir a muchas bandas que no han seguido.

Para nosotros es primordial seguir renovándonos, trabajando y seguir ofreciendo a la gente lo espera de nosotros. Cada concierto es un reto y seguimos divirtiéndonos y sobretodo sintiendo la misma ilusión que aquella noche en el Cuasquias hace 18 años.

– ¿Cómo explica usted el fenómeno de los grupos de versiones?

Nacho Rivas: Creo que se debe a la mezcla entre la fuerza de la música en directo y las canciones que llevas escuchando y tarareando toda tu vida.

Lamentablemente, en Canarias no hemos tenido la oportunidad de disfrutar en directo de nuestros ídolos nacionales e internacionales de los ’80 y ’90, (aunque últimamente se están acercando unos cuantos) así que desde hace unos 18 años (en el caso de Los Salvapantallas) nos encargamos nosotros de ofrecer al público un ramillete de canciones que les hace recordar una de las mejores etapas de su vida. Eso hace que se olviden de cualquier problema actual y que por un rato vuelvan a los días en los que no existían las preocupaciones.

Además, una generación de grandes músicos y de muy variados estilos hace que la oferta de buenos grupos de versiones sea muy amplia y de gran calidad. Los grupos de versiones en Canarias no tienen nada que envidiar a los peninsulares o los internacionales.

– ¿Y qué le diría a los que restan valor a este tipo de propuesta musical?

Daniel Delgado: Todas las opiniones son respetables. La cuestión es ofrecer un resultado digno y profesional, realizando un espectáculo que satisfaga tanto al público como al organizador.

¿Méritos? Si hacemos una comparación con el mundo del celuloide, ¿tiene más o menos mérito un remake de un film de hace 20 años, realizado con medios actuales, que la versión original…? Pues todo dependerá de la calidad, profesionalidad y toques personales que imprima el autor del remake…

En cualquier caso, no creo que haya ninguna incompatibilidad entre los grupos de versiones y de temas propios. Si una banda tiene suficiente calidad y una propuesta original puede tener su oportunidad. Sobretodo en estos tiempos de globalización, donde puedes exponer tu trabajo al mundo entero gracias a las redes. ¡Música es música!

– ¿Qué diferencia hay entre interpretar temas propios a una versión?

David Campodarve: Yo creo que en realidad no hay ninguna diferencia, de lo que se trata es de interpretar música y hacerlo bien. Cuando interpretas un tema propio expones tu visión del mundo al público, pero de la misma manera ocurre cuando interpretas una versión, estás tomando la visión del mundo de una persona y haciéndola tuya exponiéndola a través de tu mirada.

En la música clásica se habla mucho de tal sinfonía de un director u otro independientemente del autor. Cada uno va a aportar una visión, un sentir distinto y ahí está el intérprete, ahí, en ese acto expone su personalidad, su alma al público. Al final todo gira en torno a la comunicación ,o comunicas o no comunicas, sea tuya la canción o no.

Terco

Terco“Los grupos de versiones deberían limitarse actuar en los hoteles y bodas”

– ¿Cómo explicaría el fenómeno de grupos de versiones, por qué arrasan?

– Pedro Arpe: Yo creo que se trata de un estancamiento de público, sobre todo el público de mediana edad a la que le gusta el rock y que no evolucionó. Si nos fijamos en otros estilos con más tirón de gente joven como el trap, rap o reggaeton lo cierto es que no pasa. Simplemente es público que quiere escuchar música que le sea familiar en directo mientras toman algo.

Yo sinceramente considero que los grupos de versiones deberían limitarse actuar en los hoteles y bodas, no hay nada de creativo en tocar canciones de otros y hasta en muchos casos los grupos no se molestan ni en arreglar los temas para que suenen diferente, se limitan a hacer la canción tal cual suena en el cd. A mí como creador lo me gusta es ver evolucionar la canción y crecer como músico. Para mí este tipo de grupos se han convertido en las orquestas de las verbenas del siglo 21.

– ¿Qué le falta al entramado cultural de la música independiente en Canarias?

– Pedro Arpe: Principalmente difusión y una escena sólida. Internet es una gran plataforma pero no hay canales para conectar con un público potencial, hay sobre información. Por otro lado la escasez de locales donde tocar, vas a solicitar un concierto a un local y el dueño te dejan claro que si no haces versiones allí no tocas, la perdida de los Festivales de Rock en las fiestas patronales de los pueblos, como ejemplo ahora para actuar en las fiestas del Cristo de La Laguna te tienes que presentar a un concurso… Pero para mí el principal problema de Canarias es que no hay cultura de rock y contra eso no se puede luchar.

– ¿Qué autocrítica deben hacer los grupos de canciones propios por no captar la atención suficiente del público?

Pedro Arpe: No creo que el problema sea que tengas mejores o peores canciones… tiene que ver con que no hay escena de rock, aunque es un mal que se está extendiendo en muchos lugares de España también. Hay muchos grupos que cansados de tocar en los cuatro locales de la isla decidieron moverse más por la península y les va medianamente bien, el más reciente TEXXCOCO, y después hay otros como Pablo Cebirán que ya tiene una carrera consolidada. En Canarias hay mucho y muy buen talento solamente falta una plataforma para dar a conocer a las bandas.

The Good Company

The Good Company

“Las políticas culturales de apoyo a la creación y al desarrollo han quedado obsoletas”

– ¿Cómo explicaría el fenómeno de grupos de versiones, por qué arrasan?

Víctor Ordóñez: Creo que es porque el público acepta la suplantación de roles de esos grupos, en favor de vivir una experiencia fácil sin muchas complicaciones. Los promotores por su lado ven en estos grupos cachés razonables, evitando pagar costes altos de producción, viajes etc., y con riesgo mínimo, ya que saben que la evocación del grupo original es poderosa.

– ¿Qué le falta al entramado cultural de la música independiente en Canarias?

Víctor Ordóñez: El dinero público por un lado está mal dirigido. Las políticas culturales de apoyo a la creación y al desarrollo, con las nuevas formas de producir música y arte, han quedado obsoletas. Educación musical primero y espacios de cultura después, tanto públicos como privados con ayudas, eso daría un gran balón de oxígeno a nuestra escena cultural. Las producciones musicales y la difusión digital, quien tenga ímpetu y tenacidad, ya logrará un mínimo estándar aceptable que le permita, si tiene algo que ofrecer, mostrarlo con garantías. Es justo después de eso donde la escena se queda tirada y huérfana. Y si hay una rotación de espacio e islas, con condiciones que ayuden a las actuaciones y a los actos promocionales físicos, los grupos no sólo cogen vida, sino también experiencia y habilidad en lo que hacen.

– ¿Qué autocrítica deben hacer los grupos de canciones propios por no captar la atención suficiente del público?

Víctor Ordóñez: Ninguna. Como colectivo ninguna. Es a nivel individual donde cada uno en cada caso debe plantearse qué está haciendo y cómo lo está haciendo. Y buscar con entrega y dedicación lo mejor de sí mismo. Luego ya hay una selección natural que también ejerce su papel. Pero hacer canciones propias no debe tener nunca un reproche. Porque hasta cuando son malas, pueden ser la antesala de las mejores canciones del mundo a veces.

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