El regreso de los grandes nombres

Imagen del concierto ofrecido por Marc Anthony en Arona el pasado 10 de julio.

Erick Canino

Santa Cruz de Tenerife —

Las grandes giras de música en vivo han vuelto a Tenerife en 2015. Nombres como Tom Jones, Pablo Alborán, Fito y Fitipaldis, Maná, Marc Anthony o Juan Luis Guerra han ampliado el mapa de conciertos en la Isla en el presente año. La actividad aún está muy lejos de la frenética programación que se vivió a finales de la década pasada, en los albores de la crisis, pero la apuesta de los promotores sí ha sido significativa. Además de lo ya anunciando, quedan importantes sorpresas por desvelar en medio de esta rejuvenecida apuesta por los grandes conciertos. Los promotores también se guardan sus cartas para el mejor momento. Porque alrededor de un escenario hay mucho en juego… ¿Cuánto hay de idílico y cuánto hay de negocio en estas grandes citas culturales?

Queda lejos, muy lejos, la intensa actividad cultural y de ocio que se vivió en Islas Canarias los últimos años de las década pasada, cuando aún la crisis se presumía una cosa lejana y antes de que las instituciones públicas se vieran obligadas a efectuar un duro reajuste en su presupuesto y el área de promoción cultural fuera una de las más castigadas. Entonces,  cuando el dinero destinado desde el Gobierno de Canarias a Cultura (por poner sólo un ejemplo) se contaba por decenas de millones, Tenerife fue escenario constate para la escala de las grandes giras nacionales e internacionales.

Llegaron Elthon John, Maná, Juanes, Julio Igesias, Rubén Blades, Marc Anthony, Gloria Estefan, Rod Stewart, Shakira, Nick Cave, Wilco… y muchos, muchos otros. En 2008, por poner otro ejemplo de lo que fuimos y lo que probablemente nunca más volveremos a ser, el Auditorio de Tenerife cerró el año con un balance de 214 funciones correspondientes a una oferta de 148 conciertos, una cifra que supone el mejor registro desde que abriera sus puertas en 2003.

En este 2015 las diferencias siguen siendo notables, pero ese mapa de conciertos que llegan desde fuera, ya sea de ámbito nacional o internacional, empieza a coger color. En el listado de formaciones o artistas ilustres que se han apuntado a pasar por Tenerife en el presente año repiten nombres como Maná, Marc Anthony o Fito y Fitipaldis, producciones de alto nivel en las que se utilizan grandes recintos deportivos para acoger la alta demanda de público. También estaba programada la actuación de Joaquín Sabina con su gira ‘500 noches para una crisis’, pero problemas físicos del artista de Úbeda obligaron a suspender sus dos conciertos en el Archipiélago.

De todos ellos, el primero en pasar con rotundo éxito por la Isla fue el ídolo puertorriqueño. Marc Anthony actuó en el Estadio Olímpico Antonio Domínguez el pasado 10 de julio y fue capaz de congregar a más de 20.000 personas. Fue una gran noche en la que la ecuación que une espectáculo, cultura, turismo y economía volvió a funcionar bajo un rendimiento de máximos. Del concierto se ha dicho mucho, malo y bueno, pero es innegable el notable impacto comercial no sólo para los impulsores del evento, sino para todo el entorno del municipio sureño.

En el sector de la industria cultural se viene defendiendo desde hace tiempo  que la validez de los proyectos culturales como elemento dinamizador de la economía está sustentada en hechos fehacientes, y que la idea romántica e idílica que se tiene muchas veces del ocio y las artes no tiene que chocar de manera irreparable con sus beneficios comunitarios. Hay estudios que recogen que en años recientes todo el movimiento generado por el entramado cultural repercutía hasta en un 2% del PIB canario, porcentaje superior, por ejemplo, al que aporta la agricultura.

Porque alrededor de un gran concierto como el de Marc Anthony aparecen numerosos actores secundarios que también se benefician de la enorme corriente humana que genera un artista de sus características; están las empresas de sonido, de iluminación, las empresas de seguridad, las de informática, el catering, las empresas de bebidas, los taxistas, los hoteles, la restauración… un eslabón mucho más amplio de lo que se entiende genéricamente por ocio.

El entramado de las artes canario vio su gran oportunidad en el inicio de la primera legislatura de Paulino Rivero al frente del Gobierno de Canarias, cuando el entonces presidente regional incluyó en el catálogo de intenciones de su discurso de investidura elevar paulatinamente hasta el 2% el gasto en cultura dentro del presupuesto del Archipiélago. Entonces llegó la crisis con toda su fiereza y sus palabras nunca encontraron respaldo numérico real sobre el papel…

Esta sigue siendo su ambición, lo que ellos ven como una reclamación justa: redoblar los esfuerzos públicos hacia un sector que una vez ejerza como industria puede convertirse en un eslabón altamente productivo. Por otro lado, la vertiente crítica dentro de la misma industria afirma, además, que para dar ese salto definitivo hacia la gestión profesional deben liberarse antes de una somnolienta malla que ellos mismos han tejido en las épocas de vacas gordas: la gratuidad de los espectáculos.

Porque la gestión cultural de eventos musicales puede quedar estructurada en dos plataformas bien diferenciadas. Por un lado, las producciones de alto nivel con artistas de primer orden mundial en los que el público no duda en comprar entradas casi siempre superiores a 30 o 40 euros. Y por otro, el inabarcable afluente de pequeños conciertos (mayoritariamente de grupos locales o nacionales) en los que muchas veces el público se piensa dos veces pagar más de cinco euros. Durante mucho tiempo, sobre todo al abrigo de los grandes patrocinios públicos, se ha acostumbrado al público a una oferta libre de costes. Y ésa es una rémora, según la experiencia que ellos mismos relatan, muy difícil de revertir.

 

El peso está en el Sur

En Tenerife, la amplia mayoría de grandes eventos musicales se desarrollan en el Sur de la Isla. Allí, por citar un ejemplo, se viene ejecutando desde hace cinco años el Arona Summer Festival (ASF), cita que cada verano acoge a una media de 10.000 personas alrededor de la mejor oferta música electrónica de ámbito internacional. Por allí han pasado números 1 como Armin Van Buuren, Steve Angello, David Guetta… entre muchos otros. El ASF es un ejemplo claro de cómo se puede encauzar un gran espectáculo musical a través de un gran canal como es el turismo. Y funciona, los grandes touroperadores de ámbito europeo se implican y apuestan en espectáculos de este perfil. Y todo, claro está, respaldado por un magnífico abanico de artistas. Este año, el 7 de agosto: Nicky Romero, Rudimental, Pendulum o Don Diablo, entre otros.

También en ese extremo de la Isla, aunque aún sin confirmar la ubicación definitiva, se estrena en este 2015 el Bam Bam International Reggae Festival, principal novedad en el mapa de conciertos de Tenerife.  Será el 17 de octubre y a falta de confirmación oficial, la organización adelanta que contará entre sus artistas con alguna figura internacional de mucho reclamo. Este nuevo encuentro para los amantes del sonido jamaicano (género pujante dentro de la escena independiente de la Isla) se presenta bajo dos premisas bien definidas.

Por un lado, su proyección internacional y de continuidad. El del 2015 es el primero de lo que se espera se confirme como un festival atractivo para el público de toda Europa, como ya funcionan otros encuentros celebrados en territorio nacional como el Rototom Sunsplash. Otro de los pilares sobre los que asienta el Bam Bam International Reggae Festival es su concepto de comunidad, música acorazada por actividades paralelas que se llevarán a cabo durante el día para todos los públicos, centradas en temas como la ecología y el reciclaje, deportes como el skate o el padle surf, exhibiciones de graffiti, talleres para los más jóvenes, etc… La idea no es sólo implicar al turismo sino convertir a todos los residentes que quieran participar en actores principales de esta nueva historia.

La lista de grandes citas en este 2015 se completa con nombres como Pablo Alborán, que reunió a 6.000 personas el pasado fin de semana en la Plaza del Cristo de La Laguna; o Fito y Fitipaldis (ya ofreció un exitoso concierto en Gran Canaria dentro de su gira ‘Huyendo conmigo de mí’) que cantará en Adeje el próximo mes de octubre, el legendario Tom Jomes (28 de agosto en el Recinto Ferial de Santa Cruz)... o los gigantescos Maná.

Los mejicanos regresan a España para ofrecer un total de siete actuaciones como parte de su ‘Cama Incendiada Tour’ y han elegido Tenerife como su única fecha en Canarias.

La cita será el 21 de agosto, otra vez en el Heliodoro Rodríguez López, donde ya ofrecieron un concierto multitudinario en el mes de septiembre de 2011. Las previsiones apuntan otra vez a más de 25.000 asistentes.

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