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El presidente Clavijo da por hundido al carguero británico que continúa a la deriva al Sur de Gran Canaria

El presidente Fernando Clavijo durante la fiestas de la Calendaria junto a la delegada del Gobierno de Canarias, Mercedes Roldós, y la consejera de Políticas Sociales, Cristina Valido.

Canarias Ahora / Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, dio por hundido a mediodía de este martes al carguero británico MV Cheshire, que se encuentra a la deriva al sur de la isla de Gran Canaria después de que su tripulación fuera evacuada por el peligro que presentaba la combustión de su carga, un tipo concreto de fertilizante. Fernando Clavijo hizo declaraciones a los periodistas a las 14:30 horas asegurando que, tras el supuesto hundimiento, su Gobierno ya estaba “en contacto permanente con la Capitanía Marítima y la Delegación del Gobierno buscando la información para ver su tiene algún tipo de efecto (…) el hundimiento [por] algo que haya llevado en la bodega”. La delegada del Gobierno en Canarias ha negado haber dado información errónea al presidente Clavijo y lo atribuyó todo a un malentendido. Presidencia del Gobierno no ha matizado ni corregido las afirmaciones tajantes del jefe del Ejecutivo.

Varios medios de comunicación abordaron al presidente de Canarias al término de la procesión de la Virgen de la Candelaria, donde supuestamente fue informado por la delegada del Gobierno, Mercedes Roldós, de que la tripulación del Cheshire había sido evacuada ante el riesgo que podía correr y a la espera de que una compañía especializada acudiera al buque a refrescar la carga para que todo volviera a la normalidad.

Pero Clavijo debió entender que la tripulación había sido evacuada ante “un incendio” que acabó en hundimiento, según explicó a los periodistas.

La delegada del Gobierno en Canarias, Mercedes Roldós, ha negado haber ofrecido información errónea al presidente Clavijo: “seguramente me entendió mal cuando le dije que la tripulación había sido rescatada por riesgo de naufragio”.

Las manifestaciones de Clavijo fueron literalmente estas: “Bueno, se ha hundido; la última… hablaba con la delegada del Gobierno, afortunadamente la tripulación -28 tripulantes- fue rescatada, se produjo un incendio porque estaba llevando fertilizantes y es material pues en este caso sensible, volátil, y en este caso se ha hundido. Estamos en colaboración -no son competencias nuestras- con la Capitanía Marítima y la Delegación del Gobierno, buscando la información para ver si tiene algún tipo de efecto en este caso el hundimiento [por] algo que haya llevado en la bodega pero en este caso -me refiero a los fertilizantes-, pero en lo que estamos es -sin ser competencia nuestra- manteniéndonos en contacto permanente en este caso con la Delegación [del Gobierno] y la Capitanía Marítima”.

En realidad, no fueron 28 sino 24 las personas evacuadas del carguero británico y en ningún caso las autoridades responsables han reportado incendio alguno sino la combustión por altas temperaturas de una parte de la carga, concretamente un determinado tipo de fertilizante sensible al calor.

Fernando Clavijo no pudo haber coordinado tareas de prevención e información con la Capitanía Marítima en los momentos anteriores a afirmar que su Gobierno ya estaba “en contacto permanente” con la Delegación del Gobierno y la Capitanía Marítima porque haberlo hecho habría conocido que la información que trasladaba a la opinión pública era incorrecta.

Este incidente coincide en el tiempo con la proliferación de microalgas tóxicas en las costas de varias islas del Archipiélago sobre cuyo origen existen públicas disputas: mientras la Administración del Estado las atribuye a vertidos de aguas residuales al mar, el Gobierno de Canarias lo reduce a la reacción de determinados organismos marinos al calentamiento global y el incremento de la temperatura del mar por estas fechas.

El buque británico Cheshire continúa a la deriva al sur de Gran Canaria escoltado por un remolcador de Salvamento Marítimo, el Punta Salinas. Un equipo especializado contratado por el armador se ocupará estos días de enfriar la carga para que la tripulación pueda regresar al buque para continuar su periplo. De momento no existe ningún riesgo de hundimiento a pesar de la aparatosidad del humo blanco que en forma de altas columnas sale del barco producto de la combustión del fertilizante que lleva en sus bodegas.

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