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La Asociación para la Inserción de Personas con Discapacidad sostiene que el sistema educativo “es segregador”

Aula de un colegio de Primaria

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

La presidenta de ASINLADI (Asociación para la Inserción Laboral de las Personas con Discapacidad Intelectual), Benedicta Cordero, ha afirmado este miércoles que el sistema educativo no fomenta la autonomía de las personas ni las acerca al mundo laboral y es segregador en las Aulas en Clave, en las que su hijo no aprendió “casi nada”.

Benedicta Cordero, que ha comparecido en la comisión de discapacidad del Parlamento de Canarias para hablar sobre las necesidades específicas de apoyo educativo a instancias del PP, ha lamentado que “el sistema educativo es segregador para este colectivo, para su vida autónoma e independiente”.

Cordero, que es madre de un joven con “diferentes discapacidades intelectuales”, ha explicado que el objetivo de la asociación, que nació en el año 2010, es trabajar por la inclusión social y laboral de este colectivo.

Ha preguntado a la Consejería de Educación qué pasa cuando los jóvenes terminan su etapa en las Aulas en Clave, unidad de escolarización ubicada en centros escolares ordinarios en las que se proporciona respuesta educativa exclusivamente al alumnado con necesidades educativas especiales.

“Nuestros hijos no tienen posibilidades de seguir formándose y creciendo como personas”, ha afirmado la presidenta de ASINLADI, quien ha hecho hincapié en que las personas con discapacidad intelectual participen de la vida en sociedad.

Asimismo, ha denunciado que la asociación siempre tenga que “mendigar” dinero a las administraciones públicas, lo que ocasiona que no puedan dar una respuesta adecuada a sus usuarios.

Si hubiese un convenio y colaboración por parte de las instituciones, podrían mantener los programas y evitar que los jóvenes se diesen de baja de la asociación, ya que ante la falta de recursos tienen que pagar algunos de sus servicios.

En su opinión, algunas entidades del Gobierno fomentan la dependencia y se olvidan que los jóvenes quieren ser independientes: “Simplemente quieren ser personas”, ha agregado.

Por el contrario, los proyectos que fomentan la asociación, desarrollados por sus miembros de manera participativa, se centran en el trabajo de competencias y habilidades para que puedan manejarse en la sociedad de la manera mas autónoma posible.

Respecto a las Aulas en Clave, ha reclamado que el tránsito hacia la vida adulta se respalde con programas formativos “más rigurosos”, pues según ha dicho, en siete años su hijo no aprendió “casi nada”.

Según Benedicta Cordero, es necesario crear un marco formativo para Aulas en Clave, que son “de lo malo, lo mejor”, mediante un currículum claro y reglado.

Ha sugerido a los profesores que sean inclusivos y enseñen el respeto al diferente, pues hay “mucho que hacer para que los jóvenes que no tienen ese perfil consideren a estas personas un compañero más”.

Además, ha propuesto que se planteen dos ciclos educativos para las personas con discapacidad intelectual, el primero de ellos en el que se enseñen herramientas básicas para el desenvolvimiento autónomo y el segundo que aborde aprendizajes específicos y sea “un paso más” para acercarse al mundo laboral.

En este trayecto, ha continuado, es necesario hacerles descubrir lo que les gusta y fomentar sus capacidades acorde con los yacimientos de empleo, pues “lo que no puede ser que toda la vida estas personas sean jardineros”.

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