La Asociación Unificada de Guardias Civiles se desmarca de los actos oficiales por la Patrona: “No estamos para fiestas”

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha anunciado que se desmarca de los actos oficiales convocados con motivo del Día de la Virgen del Pilar, la patrona de este cuerpo policial. “Desde hace años, nos hemos distanciado de los actos pomposos y desfiles militares de celebración” en actos que suponen “una utilización de medios humanos y materiales, así como económicos, que podrían ser destinados a los cometidos propios y esenciales de un cuerpo de seguridad pública”.

Otro de los motivos por los que no se unen a esta celebración es el ingreso en prisión militar de un guardia civil afiliado a la asociación, Luis Miguel P. R. “por una discusión mantenida fuera del servicio y fuera de las instalaciones de la Guardia Civil”. AUGC afirma que ha pedido la dimisión de la ministra de Defensa por este caso.

“Nos solidarizamos con el caso de Luis Miguel y la anacrónica aplicación del Código Penal Militar a los guardias civiles como policías encargados de defender los derechos y libertades de los ciudadanos y mantener la seguridad ciudadana. No estamos para fiestas”, señalan.

Además, la asociación explica que la aplicación del Código Penal Militar fue restringida bajo un gobierno socialista a casos de guerra o en el desarrollo de misiones de carácter nacional. “Fue nuevamente impuesto por el PP y continua vigente por el PSOE, a pesar de las promesas realizadas en la oposición para volver a la situación anterior”.

Otra de sus reivindicaciones versa sobre las condiciones laborales bajo las que trabajan. “Dejan mucho que desear en los ámbitos económicos, profesionales y de salud laboral, así como de conciliación laboral y familiar”, critican.

AUGC afirma que estas quejas pueden haber motivado que la Delegación del Gobierno o el nuevo Coronel Jefe de la Guardia Civil en Las Palmas no invitaran de forma oficial a los representantes de la asociación en la provincia a los actos protocolarios celebrados en la capital grancanaria, “cosa que hacían desde hace más de una década”.