La Audiencia de Las Palmas absuelve al joven que intentó matar a su novia con un destornillador

La Audiencia de Las Palmas ha absuelto al joven acusado de intentar matar a su novia con un destornillador y estrangularla con sus manos en la capital grancanaria al tener prácticamente anuladas sus facultades volitivas e intelectuales cuando ocurrieron los hechos, en noviembre de 2003.

Según la sentencia hecha pública este miércoles, el joven Juan Antonio R.M., de 26 años entonces, tenía anuladas sus facultades como consecuencia de un brote psicótico y esquizofrénico inducido por el consumo de cannabis.

Al acusado, sin embargo, se le han impuesto una serie de medidas de seguridad a cumplir en los próximos 8 años.

Así, se deberá someter a un control psiquiátrico externo cada tres meses, del que deberá dar cuenta al tribunal de la Audiencia de Las Palmas que lo juzgó.

También se le ha prohibido residir en la isla de Tenerife, donde vive la víctima, Ana A.P., y declarar el domicilio que elija y los cambios que se produzcan, además de aproximarse a la vivienda o lugar de trabajo de su ex pareja a menos de una distancia de 500 metros y comunicarse con ella por cualquier medio.

Indemnización de 18.000 euros

En concepto de responsabilidad civil, el acusado deberá indemnizar a su ex novia con 18.000 euros por los días que estuvo incapacitada y con 20.000 euros por los daños morales sufridos.

Según los hechos probados, el acusado, el fin de semana anterior al suceso, había estado en El Hierro con su familia, que le había detectado un comportamiento extraño porque no dormía, no quería salir ni hablar.

Este comportamiento anómalo también lo tuvo la víspera del suceso, ocurrido en la mañana del 11 de noviembre, tras regresar a Gran Canaria, donde residía en un piso con su novia.

El acusado mantuvo con ella a mediodía una conversación sobre una relación anterior que le había causado mucho daño y, de madrugada, tuvieron que salir a la calle porque comenzó a proferir frases sin sentido y su novia lo vio muy nervioso.

En la mañana del día 11 de noviembre, el acusado cogió el móvil de su novia para llamar a su madre que estaba en El Hierro, con la que había querido hablar durante la madrugada, aunque su pareja le persuadió que no lo hiciera por entender que no eran horas.

La novia le preguntó con quién había hablado y él le contestó que con la secretaria de su trabajo, que era su amante.

La víctima le pidió explicaciones al acusado y éste no se las dio, por lo que Ana A.P. decidió irse a tomar un café con una amiga y cuando se estaba poniendo los zapatos, el acusado le clavó el destornillador en la espalda, y después, cuando ella se dio la vuelta, se lo incrustó en el abdomen, pierna y pechos.

La novia se defendió de la agresión y en un momento logró agarrar el destornillador y lo arrojó lejos, pero el acusado la tiró al suelo y colocándose encima de ella le apretó fuertemente el cuello con intención de matarla, señala la sentencia.

Así mismo, el acusado le tapaba la boca y la nariz para asfixiarla y, para evitar que Ana gritara, le mordió en la cara, cerca de la boca, intentando desnucarla tirando de su cabeza hacia arriba, pero no lo pudo lograr.

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