Colapsos, grandes esperas y agresiones verbales, el día a día de los trabajadores de urgencias en Canarias

Colapsos, grandes esperas y agresiones verbales, el día a día de los trabajadores de urgencias en Canarias

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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El 98% de los profesionales que trabajan en los servicios de Urgencias de los centros de salud de Canarias asegura haber sido víctima de agresiones por parte de los pacientes en alguna ocasión. De ellos, más del 70% afirma padecerlas con frecuencia. Así se desprende de los resultados del estudio de campo realizado por la Plataforma de Trabajadores de Urgencias Extrahospitalarias, a través de una consulta a los especialistas de estas áreas en la que han participado, según datos de este colectivo, más del 50% de los sanitarios. En la mayoría de los casos, estas agresiones se producen en zonas donde los índices de paro y de exclusión social son muy altos, indica la plataforma en sus conclusiones.

El colectivo que ha hecho este análisis concluye que estas escenas se suelen dar cuando los pacientes pasan muchas horas en una sala para ser atendidos. El colapso en los centros ha hecho que el tiempo de espera aumente considerablemente. No estar de acuerdo con el tratamiento, cuestionar el criterio del profesional de la medicina (ya que en muchos de los casos la medicación viene prescrita del médico de familia) o recibir una respuesta negativa cuando el paciente acude a urgencias en busca de un parte de baja o con el objetivo de repetir una receta son otra de las causas recogidas en el estudio.

Desde la plataforma plantean que exista una persona en los centros de salud que sea capaz de solucionar este tipo de cuestiones burocráticas. En muchos casos se da la situación de pacientes que no tienen cita para su médico de empresa debido a que las listas de espera alcanzan hasta las dos semanas y tienen que entregar un parte de baja a la empresa. La misma circunstancia se da con las recetas electrónicas; a muchos pacientes les caducan y no tienen cómo activarlas.  Un facultativo de urgencias puede hacerlo uno o dos días, pero es a su médico de familia a quien corresponde el tratamiento, explica Miguel Ángel Morales, portavoz del colectivo. “Se debe poner una unidad administrativa para esta gente porque lo que les ocurre es importante, pero no para saturar un servicio de urgencias”, señala.

Otro grupo de pacientes que suele tener comportamientos violentos con el especialista es el que acude al servicio bajo de los efectos del alcohol u otras sustancias. Los profesionales denuncian insultos e, incluso, agresiones físicas. Morales explica que otro de los casos más frecuentes de agresiones verbales se da cuando llega un detenido por la Policía o Guardia Civil. El facultativo que le atiende se enfrenta a una persona con un carácter violento, con un alto estado de nerviosismo y bajo la mirada de las autoridades. “Los resultados de la consulta son el reflejo de lo que pasa en los servicios de urgencia”, reconoce el portavoz.

Morales precisa que, en los últimos dos años, con el cambio de la ley que los reconoce como autoridad pública, ha disminuido el número de agresiones. “Ahora denuncias, son detenidos y pueden entrar en prisión hasta tres años”, sostiene.

En el estudio de campo, los trabajadores lamentan la escasez de personal en la sanidad canaria. El 84,5% respondió que es insuficiente el número de equipos profesionales en los Servicios Normales de Urgencias (SNU) y en los Puntos de Atención Continuada (PAC). En el primero, el propio equipo del centro se va turnando cada día para hacer una guardia. En el segundo se contrata a profesionales preparados para estos servicios y que han optado a una plaza para ello. Las ratios establecidas están fechadas en 1967, cuando se crearon estos servicios, recuerdan desde la plataforma. En el informe se establecía que por cada 10.000 usuarios en los SNU tenía que haber un médico, un enfermero y un celador, y cada tramo de 10.000 tenía que ir aumentándose.

Esta regla se quedó estancada y en la actualidad Canarias “está a años luz de lo que debería ser la ratio existencial por paciente”. Morales explica que debería haber, por cada 20.000 habitantes, dos médicos, dos enfermeros y un celador. “Aunque no venga gente, los servicios de urgencias deben estar preparados para las situaciones de emergencia y no estar jugando con números y franjas horarias para aumentar o disminuir los equipos de los SNU o PAC”, subrayan.

Para el colectivo, los refuerzos horarios son ‘parches’ que se están utilizando para tratar de resolver el problema de la escasez de profesionales en los servicios de urgencias de los centros de salud. En la consulta se les preguntó a los profesionales si estaban de acuerdo con estas medidas que se estaban tomando. El 98,2% de los profesionales respondió que no. Además, el 92,4% reconoció no estar de acuerdo con que todavía existan puntos de urgencia SNU sin doble equipo. También se consultó sobre la posibilidad de que algunos PAC tengan al menos doble equipo, ya que, a juicio del colectivo, se encuentran obsoletos.  

Canarias continúa con las ratios de antaño y muchos municipios o núcleos poblaciones se han quedado atrás en materia de sanidad. Hay zonas donde sigue existiendo un PAC y, según el número de residentes, debería haber un SNU. El Ayuntamiento de Agüimes es uno de los que lleva mucho tiempo demandando un Servicio Normal de Urgencias, aseguran desde la plataforma. El aumento de población en este punto de la Isla ha hecho que el personal que trabaja cada día en los centros de salud tenga una carga de trabajo mucho mayor a la que tenían en el momento de establecer esos criterios.

La Aldea de San Nicolás o Santa María de Guía, en la mancomunidad del norte de Gran Canaria, son otros de los municipios donde la población ha aumentado y se debería crear un Servicio Normal de Urgencias para librar a los equipos de hacer guardias. Aunque en el caso de la localidad de la zona oeste de la isla, de lunes a viernes el servicio de urgencias lo cubre el equipo y, los fines de semana y festivos, se contrata a un equipo de refuerzo. “Si no es así, acaban quemando a los profesionales de esos centros de salud”, subraya Morales.

Además de las urgencias que se cubren en los SNU y en los PAC existe el SEU (Servicio Especial de Urgencias). Esta asistencia también está basada en el decreto del 67. Con la antigua Seguridad Social se estableció que en las capitales de provincia donde residían más de 90.000 habitantes se crearía el SEU. Morales explica que en ese momento era Las Palmas de Gran Canaria el único municipio de Canarias que cumplía esos requisitos. Funciona desde las 17.00 horas hasta las 09.00h y es una asistencia domiciliaria urgente. Este servicio se activa a través del 112 y, desde allí, un médico valora si envía una ambulancia o una unidad de atención rápida. Esta hace el diagnóstico y receta el tratamiento en la propia de vivienda del paciente.

Desde la plataforma denuncian que se está haciendo una privatización encubierta del servicio. “Se contratan a ambulancias de empresas privadas que ponen a un técnico y a un chófer y, al llamar para activar al servicio, recogen al paciente en el domicilio, le hacen una valoración y le llevan al centro de salud”, detalla el portavoz. “Eso se traduce en masificación”, afirman.

En muchos casos se mueve a un anciano que puede ser atendido en su domicilio con las consecuencias que eso le puede causar, como esperar por una unidad de transporte que lo lleve a su vivienda, que en numerosas ocasiones tardan hasta seis horas. Morales considera que en Gran Canaria debería haber un SEU en Telde, otro en la zona sur que cubra los diferentes núcleos de población de esa zona de la isla, y uno en Arucas, con el objetivo de que cubra ese municipio, Guía y Gáldar. De esta forma, concluyen, los servicios de urgencias de los centros de salud en Canarias no estarían tan masificados.

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