Exteriores aconseja un clima de “sensatez” para solventar la situación de Haidar

MADRID, 18 (EUROPA PRESS)

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha señalado este miércoles a Europa Press que la situación de la activista saharaui expulsada por Marruecos y acogida “por razones humanitarias” en España, Aminetu Haidar, tendrá más posibilidades de resolverse en un ambiente de “tranquilidad” y “sensatez”.

Así se ha pronunciado una portavoz del departamento que dirige Miguel Angel Moratinos, que ha reiterado la disposición del Ministerio a colaborar en la búsqueda de una solución, aunque ha recordado que la competencia del departamento en la materia es “bastante marginal”.

La portavoz defendió la actuación del Gobierno español de “acoger” a la activista “de acuerdo a su estatus legal”, ya que posee tarjeta de residencia en España, y afirmó que el Ejecutivo “no entiende” por qué Haidar critica a las autoridades españolas por ello.

También subrayó que los motivos por los que el Gobierno marroquí rechazó la entrada de Haidar a su llegada al aeropuerto de El Aaiún (Sáhara Occidental) “no tienen nada que ver” con la decisión de España de “acoger” a una ciudadana que ha sido expulsada y que tiene tarjeta de residencia en España.

Una portavoz de la Embajada marroquí en España explicó a Europa Press que Haidar fue expulsada después de que se negara a admitir su nacionalidad marroquí en el formulario de entrada que se le exige a todo ciudadano con pasaporte de este país cuando regresa del extranjero.

Tras esta negativa, las autoridades marroquíes le indicaron que si renunciaba a su nacionalidad marroquí le retirarían su pasaporte y tendría que firmar una declaración en la que dejaba constancia por escrito de esta renuncia, a lo que Haidar accedió en presencia de algunos de sus familiares, que actuaron como testigos.

LA VERSIÓN DE AMNISTÍA INTERNACIONAL

Según Amnistía Internacional, Haidar fue interceptada por agentes de seguridad a su llegada al aeropuerto de El Aaiún el 13 de noviembre de 2009 tras haber pasado un mes de viaje en el extranjero, durante el que recibió un prestigioso galardón de Derechos Humanos en Estados Unidos.

Los agentes se fijaron de forma especial en que en la tarjeta de desembarque figuraba que su domicilio está en Sáhara Occidental en lugar de “Sáhara marroquí” así que llevaron a Haidar a un lugar aparte, donde la interrogaron 15 agentes de la policía judicial y agentes de seguridad en presencia del fiscal general de la Corona en El Aaiún. Le preguntaron sobre sus creencias políticas y actividades en materia de Derechos Humanos, qué había hecho durante su viaje en el extranjero y quién lo había pagado, y sobre el tratamiento médico que había recibido en España.

Al cabo de unas horas, la obligaron a enfrentarse a un pariente y otras personas saharauis que intentaron disuadirla para que dejase de luchar por la autodeterminación del pueblo de Sáhara Occidental, “cosa que ella rehusó hacer”, tras lo que se le pidió que firmara una declaración policial y se le confiscaron el pasaporte y otros documentos de identificación, emitidos por las autoridades marroquíes.

A la el jueves siguiente, los agentes le dijeron que la pondrían en libertad si reconocía públicamente la soberanía marroquí sobre Sáhara Occidental. Ella se negó a hacerlo y horas más tarde la subieron a un vuelo con destino a Lanzarote.

Según Amnistía, desde que llegó al aeropuerto de Lanzarote, Haidar ha insistido en reclamar que se le permita regresar a El Aaiún y el pasado domingo, 15 de noviembre, inició una huelga de hambre como forma de protesta por su expulsión forzosa.

El 14 de noviembre, la agencia de prensa oficial de Marruecos manifestó que Aminetu Haidar se había marchado a las Islas Canarias por no haber querido seguir el procedimiento policial habitual en los aeropuertos, y que había “renunciado” a su nacionalidad marroquí y “reconfirmado” su apoyo a los “separatistas”.

Haidar, que viaja con frecuencia, dice que lleva desde 2006 cumplimentando las tarjetas de desembarque de la misma manera, sin identificarse como ciudadana marroquí e indicando que su domicilio se encuentra en Sáhara Occidental. Desde la Embajada marroquí en España no comparten esta versión y denuncian que la activista alertó previamente a la prensa extranjera de que iba a haber un “lío” a su llegada al aeropuerto de El Aaiún.

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