Paisaje desolador en El Hornillo de Agaete pese a que los daños materiales son menores de los esperados

Vista del barrio de El Hornillo, en Agaete tras el incendio que ha afectado a Gran Canaria.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Un paisaje que hace unos días era verde y ahora luce gris y seco. El barrio del Hornillo, en Agaete, fue uno de los desalojados el pasado sábado después de que se originara el incendio que ha arrasado 10.000 hectáreas en toda la isla de Gran Canaria y que ha obligado a evacuar a las personas que residen en barrios de hasta nueve municipios. Sin embargo, aunque el paisaje es desolador, los daños materiales por suerte son menores de los esperados. El presidente del Gobierno de Canarias. Ángel Víctor Torres, se mantiene prudente y añade que hay que esperar unos días para contabilizar con exactitud el total de viviendas afectadas. No obstante, ya empiezan a llegar mejores noticias.

El Hornillo no es un barrio cualquiera, destaca por la particularidad de que sus viviendas conforman un conjunto de casas-cuevas que han pasado de generación en generación desde la época de los aborígenes canarios. Se trata de cuevas perforadas en las rocas de fuertes acantilados que alcanzan hasta los 100 metros. Los caminos para acudir a algunas de ellas son bastante abruptos, pero hay personas, sobre todo más mayores que se aferran a seguir viviendo en ellas porque conforman su vida entera.

Este lunes, algunas de las personas que residen en El Hornillo o que tienen viviendas en la zona, pudieron acercarse unos minutos con efectivos de protección para comprobar el estado general en el que se encontraba el lugar. Algunos alpendres y cuartos araperos... sí que se apreciaban afectados por el fuego, aunque la mayoría de casas a las que pudieron acercarse mantenían su estructura.

Lo que sí que han perdido los residentes de la zona son animales principalmente. Uno de los vecinos ha podido recuperar a su perra, por ejemplo, pero no a sus gallinas. Otro de ellos se encuentra apenado porque ha perdido a sus cabras.

La posibilidad de que se hubiera quemado la ermita de Santa Teresa era una de las preocupaciones de los habitantes de este barrio, después de que la alcaldesa de Agaete, María del Carmen del Rosario (PP), lo hubiera comunicado en la Televisión Canaria. Esta pequeña iglesia es un símbolo muy importante para la mayoría de las personas que han crecido en El Hornillo. Ahí se han bautizado, han hecho la comunión, se han casado... pero también en la plaza que hay junto a ella se han divertido celebrando las fiestas en honor a su virgen y ha sido tradicional punto de encuentro de reunión para tantas y tantas generaciones.

Poco a poco, El Hornillo, al igual que otros barrios desalojados en Gran Canaria, irán volviendo a la normalidad gracias a la fuerza y capacidad de regeneración que tiene la tierra de esta isla. De momento, en algunos puntos de ese barrio en concreto no hay luz, ya que parte del tendido eléctrico ha quedado dañado. Tampoco tienen, de momento, agua en toda la zona.

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