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Prisión para el piloto del hidroavión con 200 kilos de 'coca' a bordo

Gregorio V.C negó durante su declaración ante el juez que tenga relación alguna con la droga encontrada en el mar horas después de amerizar de emergencia en aguas de Gran Canaria, el pasado día 20, así como que en el interior de la nave se encontrara uno de los fardos, informó la defensa.

El hidroavión realizó un amerizaje de emergencia el miércoles por la noche en aguas del sur grancanario, en las proximidades del Aeroclub.

El hombre, de 54 años y origen uruguayo, fue interrogado y, tras mostrar su documentación y permisos, puesto en libertad, pero a la mañana siguiente un registro de la nave desveló la existencia de un fardo con 25 kilos de cocaína.

El piloto fue detenido cuando llegó a la playa esa misma mañana con garrafas de combustible para continuar su ruta y la zona fue acordonada por si hubiera más droga en el agua.

Con ayuda de un helicóptero, aparecieron fardos, supuestamente lanzados desde el aire por el piloto, que ante el amerizaje forzoso quiso desprenderse de ella, hasta alcanzar los 200 kilos de droga.

El piloto fue llevado este sábado a los juzgados del sur de Gran Canaria cerca de las ocho de la mañana y compareció ante el juez a las diez para prestar declaración durante aproximadamente una hora.

Tras ello, el fiscal ha pedido prisión provisional para el detenido y la defensa la libertad porque no está acreditado que la droga viajara en el hidroavión.

El letrado aseguró que el avión despegó de Gran Canaria y tenía permiso para realizar una excursión aérea de nueve horas para sobrevolar las costas africanas, pero nunca aterrizó en el continente, ni pidió permiso para ello ni consta en la hoja de ruta, lo que se puede comprobar en los seguimientos de los radares.

Asimismo, agregó que su defendido negó ante el juez la posibilidad de que existiera droga en el interior del avión, que fue inspeccionado la noche del amerizaje sin que se encontrara nada, por lo que el abogado califica la aparición de droga en el mar como una “mala casualidad”.

El piloto reside en Barcelona y se trasladó a Canarias con el hidroavión por motivos de negocios, explicó el abogado.

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