Prisión provisional, incomunicada y sin fianza para 'El Fatiga'

El juez Miguel Ángel Parramón ordenó este sábado el ingreso en prisión provisional, incomunicada y sin fianza por cinco días para el presunto autor de la muerte por apuñalamiento del joven Octavio Santos, de 21 años, por los supuestos delitos de asesinato y tráfico de drogas (hachís). Mientras, fuera, amigos del fallecido lanzaron piedras contra el juzgado, circunstancia que obligó a desplazarse hasta el lugar a una veintena de agentes policiales que, en medio de un ambiente de gran tensión, desalojaron la calle Granadera Canaria.

Así lo anunció en un comunicado el titular del Juzgado de Instrucción Número Siete de Las Palmas de Gran Canaria, que hizo suya la petición del Ministerio Fiscal, a la que no se opuso la defensa del presunto asesino, Echedey Jesús L.R., ejercida por el abogado Víctor Pírez.

Cuando pasen los cinco días de prisión ordenados este sábado por el juez de guardia, el titular del Juzgado de Instrucción Número Seis de Las Palmas de Gran Canaria, que es el que prestaba este servicio la madrugada del 25 de diciembre, cuando ocurrieron los hechos, continuará con la instrucción de este caso.

La visita que hizo este sábado a los juzgados de la calle Granadera Canaria de la capital grancanaria Echedey L.R., conocido como El Fatiga en el polígono de la Vega de San José, donde reside, al igual que lo hacía Octavio Santos, al que apodaban El Negro, suscitó gran expectación entre dos de sus hermanos, Alejandro y Darío, y una veintena de amigos del joven al que presuntamente mató hace dos días.

Aunque no lo vieron salir del furgón policial en el que llegó a la sede policial, sobre las 09.30 horas, los amigos y dos de los seis hermanos de Octavio se congregaron desde poco antes de las 10.00 horas en la acera de enfrente a los juzgados, en la que permanecieron, al principio en actitud tranquila y, a medida que iban pasando las horas, con los ánimos más encendidos.

Tal fue así, que algunos pasaron de los gritos, insultos y amenazas de muerte hacia Echedey L.R., al que advirtieron que muchos de los amigos del fallecido están en la cárcel donde el detenido dormirá a partir de este sábado y que no le van a perdonar lo que ha hecho, a protagonizar una auténtica batalla campal en la que no faltó ni el lanzamiento de piedras de grandes dimensiones y el aporreo de puertas del garaje de la sede judicial.

Refuerzos policiales

El escándalo que se formó en la calle obligó a Parramón a salir de los juzgados y a pedir refuerzos a la Unidad de Intervención Policial (UIP), que se unieron a la veintena de agentes policiales que había llegado ya al lugar, con lo que se pudo desalojar la calle y acordonarla en medio de una gran tensión, ya que los amigos del fallecido se resistían a abandonar el lugar sin ver antes la cara “al asesino” de Octavio.

“Ha matado a un padre de familia que tenía un hijo de dos años” de su ex pareja “y esperaba otra hija” de su actual novia, lamentaba a gritos su hermano Darío, quien aseguró que el arma homicida que presuntamente utilizó Echedey L.R. para acabar con la vida de Octavio, un cuchillo, “la tiene el tío” del detenido.

Octavio Santos falleció en la madrugada del 25 de diciembre en la calle Córdoba de la capital grancanaria como consecuencia de una puñalada en el corazón.

Relato del ataque

Su hermano Alejandro aseguró que esa madrugada, en la que no se percató de que Echedey había acuchillado a Octavio a pesar de que se encontraba en el mismo lugar en el que ocurrieron los hechos, el detenido llevaba encima el arma.

“Todo ocurrió en cuestión de segundos, por eso no me di cuenta hasta que vi que mi hermano echaba a correr y caía al suelo en la parada de guaguas”, afirmó.

Alejandro Santos pensó que Echedey y su hermano sólo se habían pegado, según dijo, por celos de la actual novia del detenido, que antes fue la de Octavio y con la que ambos tuvieron un hijo que tiene dos años, hacia la que la que ahora tenía el fallecido y de la que esperaba una hija.

Según la versión de este hermano, cuando vio a Octavio en el suelo, salió corriendo para alcanzar a Echedey sin saber que éste lo había acuchillado.

El Fatiga llegó a su portal, cerró por dentro con llave para que no lo pudiera coger y me miró desafiante, nada arrepentido. Si llego a saber que había pinchado a mi hermano tiro la puerta abajo”, aseguró.

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