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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Recomiendan un sistema de alerta nacional similar al que tiene EEUU para los niños desaparecidos

Todos los expertos coinciden en que las primeras horas después de confirmarse la desaparición de un menor son vitales para lograr encontrarlos. La sociedad no quiere mantenerse expectante ante estos trágicos hechos como confirman las muestras de apoyo a los familiares y la colaboración en las labores de búsqueda y pegada de carteles.

Es por eso que los especialistas consideran que la mejor manera de canalizar todo ese potencial social en la búsqueda de menores desaparecidos es la de instaurar un sistema nacional de alarma que ponga en marcha, de forma inmediata y coordinada, absolutamente todos los recursos sociales, policiales, tecnológicos y gubernamentales disponibles.

Esta es una de las recomendaciones que algunos de los expertos que estos días prestan sus conocimientos sobre el tema a la Comisión sobre niños desaparecidos del Parlamento de Canarias han hecho, poniendo como ejemplo el sistema de alarma para estos casos que existe en Estados Unidos: AMBER Alert.

Este sistema se basa en la colaboración voluntaria entre las autoridades judiciales, medios de comunicación (con especial importancia de los audiovisuales), compañías de transportes y la industria de las telecomunicaciones para activar boletines urgentes en los casos más graves de desapariciones de menores. Como se explica en la página web de AMBER Alert, “lo bueno de este sistema es que permite movilizar instantáneamente a la comunidad entera para que ayude en la búsqueda y la recuperación de los menores sanos y salvos”.

Una de las ponentes de la primera reunión de trabajo de esta comisión, Rosa María Robles Rodríguez, criminóloga y perito calígrafo, mostró a los diputados una visión global de la situación en España, dando el escalofriante dato de que este año se ha denunciado la desaparición de 299 niños, “aunque sólo conocemos dos o tres casos por la prensa” tal y como declaró la diputada de Coalición Canaria (CC) Flora Marrero, quien dejo caer que se había hablado de este sistema de alarma de Estados Unidos. Lo mismo hizo uno de los ponentes de la segunda reunión, Michel Gilbert, presidente de la Red Parental en Europa, una asociación de padres que luchan por que se respeten los derechos de la infancia.

A pesar de las polémicas que se han suscitado alrededor de la creación de esta comisión, centradas en la suposición de que su instauración es una manera de justificar la Policía Canaria, Gilbert cree que podría crear “un precedente”. “Esa comisión, si las conclusiones son fuertes, podrá darle impulso a otras comunidades autónomas para hacer lo mismo para proteger a sus hijos y espero con muchas ganas que el Estado tome cartas en el asunto y monte un sistema de alerta nacional para poder avisar en caso de desaparición de menores”, comentó.

“¿Cómo es que un país que dice proteger a sus hijos no monta comisiones así?”, se pregunta, recordando que sólo Bélgica ha hecho algo similar, por lo que le parece “triste” que se pueda suscitar polémica sobre este asunto. “En Francia no se montan esas comisiones y archivan los casos”, señala y se pregunta: “¿A quien encubren?”. Recuerda así un sonado caso en el país galo, la llamada operación Toro Bravo, un caso que se archivó cuando se conoció la implicación de dos ministros en una red pedófila.

Actuar en las primeras horas

Gilbert espera a su vez que, de crearse este sistema en el ámbito nacional, se extienda al ámbito europeo. “Hoy en día un pedocriminal sustrae a un menor, lo carga en una furgoneta, llega a una pista particular con una avioneta particular, porque tienen los medios para disponer de avionetas particulares, se largan en menos de una hora y todavía hay investigadores que sospechan de la familia durante un mes”, se queja.

Gilbert entiende que “no hay que descartar ninguna pista” pero recuerda que las primeras horas tras el aviso de una desaparición son cruciales y, por tanto, “hay que ir muy rápido”. “Las primeras horas de una desaparición son cruciales, hay que ir a tope, incluso si se comete un error, porque quienes raptan, no desperdician ni un minuto”, agrega.

Al parecer, los diputados de la Comisión le hicieron ver las dificultades que existen para vigilar las costas del Archipiélago, ante lo que Gilbert les espetó: “¿pero para que están los radares militares?”. Gilbert aludía así al sistema de vigilancia de fronteras, Frontex, utilizado para evitar la entrada a Canarias por vía marítima de personas indocumentadas o traficantes de droga.

En este sentido, considera que la “denuncia debe ser inmediata, incluso si vuelven en una hora”. Así, lo ideal sería “que se pongan en acción todos los sistemas policiales, que en menos de media hora desde que se da constancia de la desaparición, los familiares puedan dar a los investigadores todos los datos que puedan sobre el menor, los contactos, su agenda del día, su tarjeta sim?”.

A partir de aquí, es donde entraría en juego la participación del resto de implicados. Los medios audiovisuales pueden dar datos del desaparecido de forma instantánea, e incluso los medios impresos pueden mantener en sus portadas las imágenes de los desaparecidos. Los radares militares intentaría blindar las fronteras a la vez que se daría aviso a todas las compañías de transportes (navieras, aéreas?). Por su parte, las compañías de telecomunicaciones estarían en la obligación de dejar todos los datos de los sistemas que utilizara el menor desaparecido (móvil, Internet?).

Una de las mayores preocupaciones de Gilbert como padre de familia y representante de los progenitores en el ámbito europeo es controlar todo el acceso de los menores a Internet. Así, recuerda que hoy en día “muchos depredadores actúan en Internet, los chavales tienen hoy en día una posición sobre la sexualidad muy suave porque aparecen en el facebook con fotos muy provocativas”, un peligro enorme según Gilbert porque la red funciona como “un escaparate”. “El delincuente sólo tiene que escoger lo que le da la gana, tiene todos los datos, no filtran quienes entran y la persona tiene acceso a todos los datos, y si no los tiene, los puede seguir a través de los comentarios de sus amigos”, advierte.

AMBER

A modo de resumen, el sistema de alerta AMBER se pone en marcha cuando las autoridades judiciales tienen razones de peso de que ha ocurrido una desaparición y cree que el niño está en serio riesgo de daños o muerte. Una vez se obtiene la suficiente información sobre el desaparecido y las circunstancias de la desaparición, la alerta sirve para poner en marcha todos los recursos de búsqueda de forma coordinada.

Según la página web del Gobierno de los Estados Unidos, el sistema AMBER requiere la confirmación por parte de las autoridades judiciales de la prioridad de la desaparición de un menor para activar la alerta. “Esto es esencial para determinar el nivel de riesgo para el niño”, señala. “Claramente, desapariciones extrañas son las más peligrosas para los niños y es por ello que son prioritarias para el sistema de alerta. Permitir la activación en ausencia de información significativa de que ha tenido lugar una desaparición podría llevar a abusar del sistema y en última instancia debilitar su efectividad”.

Asimismo, explican que “el plan requiere que el niño esté en un grave peligro de daño físico o muerte antes de que se pueda utilizar la alerta”. “Este elemento está claramente circunscrito al reconocimiento por parte de las autoridades judiciales de que las extrañas circunstancias de desaparición representan el mayor peligro para el niño”, agregan. “La necesidad de información fidedigna y a tiempo basada en estrictos y claros criterios de entendimiento son fundamentales, de nuevo, manteniendo en mente el ”mejor juicio“ de aproximación a la problemática concreta a la que se enfrentan”.

“Para que el sistema de Alerta AMBER sea efectivo en la recuperación de menores desaparecidos, las autoridades judiciales deben tener suficiente información para creer que la inmediata comunicación pública a través de los medios audiovisuales servirá de apoyo a los esfuerzos de las autoridades judiciales para localizar al niño y aprehender al sospechoso”, señalan. “Este elemento requiere tanta información descriptiva como sea posible sobre el sospechoso y su vehículo”, una vez más, sin utilizar la alerta con poca información para no abusar del sistema.

La web también explica que cada estado norteamericano fija sus propios criterios sobre la edad mínima y máxima del menor por el que se podrá poner en marcha el sistema, aunque especifica que cada estado debe antender el requerimiento de otro aunque no coincidan en sus criterios de edad.

Una vez iniciada la alerta los datos llegan al Centro Nacional de Información sobre el Crimen (NCIC en sus siglas en inglés). Se introduce un texto informativo describiendo las circunstancias que rodean la desaparición del niño. Esto permite expandir la búsqueda desde el ambito local o regional al nacional.

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