Sanidad recomienda recuperar de forma gradual las rutinas ante la vuelta al 'cole'

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias lanza una serie de consejos para garantizar la salud y el buen rendimiento de los escolares ante el inicio del próximo curso escolar 2007/2008. Las recomendaciones están dirigidas a los padres y tutores de los alumnos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria de las Islas, y su objetivo es contribuir a una mejor adaptación de los escolares al colegio tras las vacaciones.

La vuelta a las tareas habituales puede prepararse de forma gradual en todas las etapas educativas. Para ello es recomendable volver de forma progresiva a las rutinas diarias de sueño y comidas para ir adaptándose a la nueva situación. Es una etapa especialmente sensible para los alumnos de Educación Infantil que precisan de la colaboración de los padres para afrontar las sensaciones que van a experimentar, por un lado la emoción de incorporarse a la escuela, y por otro, la ansiedad que produce la separación de los padres.

Para enfrentarse sin problemas a la Vuelta al cole es importante transmitir a los niños confianza y seguridad hasta que ellos se acostumbren a la nueva situación. La información sobre lo que van a encontrar en el colegio es una buena forma de prepararles, sobre todo a los más pequeños y a los que van al colegio por primera vez. Hablar de los espacios que van a encontrar y, si es posible, mostrarles el centro con anterioridad podría servir de ayuda. Es importante que los niños sepan que el personal del centro educativo podría ponerse en contacto con sus padres en caso necesario.

La experiencia vivida en el año anterior determinará la incorporación de los escolares mayores, si fue positiva sólo deberemos hacer hincapié en recordarle los aspectos agradables, mientras que si fue negativa, los padres deberán de hacerles comprender que la experiencia de este nuevo curso puede ser diferente.

Otro de los momentos clave es el paso de la Educación Primaria a la Secundaria, donde los padres han de aportar a los escolares información real sobre lo que encontrarán frente a las creencias erróneas que puedan tener. Además, en niños tímidos, este cambio tiene una especial importancia. Sería útil explicarles que van a ir a un nuevo colegio, en el que hay gente mayor que ellos. En el caso de que no conozcan a nadie en el nuevo centro, podemos considerar la opción de que se matriculen en actividades extraescolares, ya que éstas son una buena manera de entrar en contacto con otros niños.

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias recomienda a los padres y tutores que establezcan una relación de cooperación con la escuela y que se fomente la relación e integración de los escolares en grupos de iguales. Asimismo, es importante que se programe el tiempo de estudio, juegos y descanso. El conjunto de estas recomendaciones promueven el correcto desarrollo del menor, no sólo desde el punto de vista físico, sino también mental. Esto es esencial para facilitar un buen aprendizaje y para garantizar una correcta adaptación a su entorno social. A continuación se ofrece una serie de recomendaciones concretas para adaptarse lo mejor posible y con garantías de salud al ritmo académico.

El sueño y el rendimiento escolar

La falta de sueño provoca falta de atención en la escuela y bajo rendimiento escolar. Los niños de 4 a 6 años necesitan un descanso nocturno de 11 a 12 horas, y una siesta de una hora y media. Los de edades entre 6 y 14 años requieren un descanso de 10 a 11 horas, y a partir de los catorce años, debe descansar un mínimo de 8 a 9 horas. Es importante instaurar una rutina con respecto a la hora de acostarse y de levantarse. Los padres, y no el niño, deciden la hora de acostarse. El niño debe dormir en su habitación, en su propia cama, y en entorno acogedor (con sus cosas) y limpio, sin ruidos y con oscuridad. La ropa de cama debe permitir la transpiración y los movimientos, evitando que el niño pase frío durante la noche si se destapa.

Desayunos y meriendas equilibrados

El desayuno es la comida más importante del día, ya que proporciona la energía necesaria para afrontar las tareas matinales y equilibra el reparto diario de alimentos. Los niños que van al colegio sin desayunar se duermen en clase, rinden menos, y tienen mucha mayor tendencia a la obesidad. Para un desayuno correcto el niño ha de acostarse temprano para que duerma lo suficiente y disponga de tiempo para desayunar. El desayuno ha de tomarse en casa, lo que se lleve al colegio tiene que ser un complemento de este. Un desayuno equilibrado debe estar compuesto por lácteos (leche, yogures, quesos), cereales (copos, gofio, pan) y frutas frescas o zumos naturales. Es importante evitar la sal, las grasas, las bebidas estimulantes y refrescos, y la bollería industrial. Jamás debe proporcionarse a un niño ningún tipo de bebida alcohólica, aunque tenga una baja graduación. La merienda es también una comida fundamental que no debe saltarse. Debe constar de alimentos saludables evitando en la medida de lo posible el recurso a la bollería industrial. Mejor incorporar fruta fresca, lácteos, o el tradicional bocadillo, que se recomienda elaborar con productos que tengan bajo contenido graso.

Ejercicio físico e higiene

La realización de ejercicio físico adecuado a la edad y capacidades del escolar nos permite evitar o controlar la obesidad, en constante aumento entre la población infantil. Limite el tiempo que el niño dedica a permanecer sentado ante el ordenador o televisor y foméntele actividades que conlleven ejercicio.

Las manos deben lavarse con frecuencia, especialmente después de ir al baño, y siempre que se toquen objetos sucios y siempre antes de las comidas. Las uñas deben cepillarse con un cepillo suave y recortarse semanalmente, dándoles forma redondeada a las de las manos y recta a las de los pies. Los dientes deben cepillarse cuidadosamente (mínimo 3 minutos) después de cada comida, tras consumir golosinas o dulces, y antes de acostarse. La ducha debe ser diaria, mejor si es antes de acostarse, insistiendo en axilas, pies, genitales y pliegues de la piel. El lavado del cabello con un champú normal y el cepillado frecuente evitan el contagio de piojos. Es muy importante revisar diariamente la cabeza del niño, en especial la zona de la nuca y tras las orejas, para verificar que no hay parásitos.

En caso de detectar piojos o liendres, deberá iniciarse lo antes posible el tratamiento en forma de loción a base de permetrina al 1% - 1,5%, que es la opción más eficaz e inocua. Deben respetarse siempre las indicaciones del fabricante, que se adjuntan al producto. Es muy importante recordar que no deben emplearse los pediculicidas de forma preventiva, ya que generan resistencias en los parásitos y pierden su eficacia, lo que obliga a utilizar en episodios de infestación posteriores otro tipo de productos antiparasitarios más agresivos, y por tanto también más tóxicos para los niños. Sólo debe utilizarse un producto contra los piojos, cuando efectivamente hay piojos.

Mochilas y calzado

La mochila debe adecuarse al tamaño y peso del escolar para evitar sobrecargas en espalda, caderas y pies. Debe disponer de tirantes regulables de un ancho mínimo de 4 cm a la altura de los hombros, y con sujeción a la cintura para evitar golpes por oscilación. El respaldo debe ser acolchado y la mochila debe caer sobre la zona lumbar (por encima de las nalgas). La carga debe repartirse en el interior de la mochila, poniendo lo más pesado y voluminoso lo más cerca posible de la espalda, y lo más ligero, más lejos. Los bolsos de colgar al hombro y las mochilas con ruedas quedan desaconsejadas ya que provocan desequilibrio en la correcta postura de la columna y hombros.

Se debe utilizar un zapato cómodo, siendo el cuero el material más adecuado. El zapato deberá tener puntera redondeada y con un tacón de 0,6 a 0,9 cm de alto para los niños de entre 3 y 9 años, así como ser fácil de poner y quitar para fomentar su autonomía. Para niños mayores, la parte posterior del zapato debe ajustarse con comodidad al talón y ha de eliminarse el uso de tacones altos, especialmente en las niñas de entre 12 y 16 años cuyo uso parece ir en aumento. Debe quedar distancia ente la puntera del zapato y el dedo más largo. El crecimiento nos obliga a evaluar el ajuste del calzado con frecuencia, cada 3 ó 4 meses para estas edades, porque en ese tiempo puede quedar pequeño para los pies del niño.

Las sillas deben ser regulables en altura y con un respaldo alto que permita el apoyo de la espalda y los pies han de llegar al suelo, quedando las caderas y las rodillas a la misma altura. La mesa debe situarse lo más cerca posible, sin que se arquee la espalda sobre ella.

Calendario de vacunas

Finalmente, recuerde la importancia de vacunar a su hijo respetando escrupulosamente el Calendario de Vacunas. Las vacunas han permitido erradicar enfermedades de graves consecuencias como la poliomielitis, y nos permiten evitar la transmisión y el contagio de muchas otras como la difteria, tos ferina, tétanos, rubéola, parotiditis (paperas), hepatitis, o sarampión. Consulte con su pediatra.

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