Supersticiones, aniversarios o sueños de una noche determinan los números que juegan los canarios

A pesar de que las ventas van un poco más lentas que en años anteriores, ya no quedan hojas de algunos números que este año se han solicitado masivamente, entre ellos el 17.169 o el 71.108. La fecha de nacimiento de un hijo, el día de una boda o incluso el aniversario de una catástrofe dan ideas a la hora de elegir la numeración de los décimos del sorteo que se celebra el 22 de diciembre.

“Lo que más nos piden, al igual que otros años, son los décimos acabados en números impares. En cinco, en siete, en nueve, en 13, etc. y, muy a menudo, en 69”, dice sonriendo Marta Viejo, hija del dueño de la Administración de Lotería número 21 de la capital grancanaria. Aquí, hace 26 años, cayó el Gordo de Navidad. El 21.515 dejaba cerca de 10.000 millones de pesetas (60 millones de euros).

“Aún hoy muchos clientes siguen llevándose ese número, aunque este año el que está de moda es el 71.108”, afirma. En algunos casos, porque coincide con la fecha de nacimiento de un hijo, pero en otros, “por simple superstición”, aunque esta fecha no está relacionada con ningún acontecimiento. En esta Administración han recibido más de un centenar de llamadas de la Península solicitándolo.

“El número más raro que hemos vendido es el 00274”, según María José Medina, de la Administración de La Brujita, de Telde. “Pero la gente pide otras numeraciones también extrañas, como el 33.000, que sólo tenemos nosotros y que incluso nos han solicitado de diferentes partes a través de nuestra web”.

A la hora de comprar los décimos, el criterio es libre. “Hay quien viene a por un número concreto, pero otros están en la cola y si escuchan que el que está comprando se lleva un número determinado, cuando le llega su turno también lo pide”, afirma.

Sueños premonitorios

La suerte es caprichosa y hay quien cree haberla encontrado mientras duerme. Juan Miguel Ortega, propietario de la Administración número 26, reconoce que algunos clientes van a comprar los décimos después de haber soñado con un número determinado la noche anterior.

Pero otros van más allá. “Tras el accidente de Barajas, la gente se está llevando el 38.122, que en su opinión es ”parecido“ al número de vuelo del accidente de Spanair”, el JK-5022, afirma convencida María José Medina. Una macabra corazonada.

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