Un canario desde Tinduf ante los avisos de amenaza terrorista: “La situación es de tranquilidad y seguridad”

Campamentos de refugiados saharauis.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Desde los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) Pablo (nombre ficticio) -un canario que no quiere decir su nombre porque asegura que Marruecos podría impedirle “volver al Sáhara Occidental ocupado”- asegura que la situación que se vive en el desierto es de “tranquilidad y seguridad” a pesar de la alerta generada por el Ministerio de Asuntos Exteriores sobre un posible atentado terrorista en la zona.

Es la primera vez que viaja a los campamentos para visitar a su “familia” saharaui, a cuyo niño acoge cada verano con el programa ‘Vacaciones en Paz’. “Nunca llegué a plantearme si ir o no”, asegura Pablo. Salió el pasado 30 de noviembre junto a su madre y una amiga, tras haber estado un año ahorrando, y pasará allí una semana. Más de 500 personas viajan esta semana a los campamentos, el 99% de nacionalidad española; solo un 2% de las visitas programadas para estas fechas se han dado de baja.

Pablo reconoce que el 27 de noviembre sintió “muchos nervios” y “miedo”, cuando el Ministerio de Exteriores publicó una alerta antiterrorista desaconsejando los desplazamientos a los campamentos ante la “creciente inestabilidad en el norte de Mali” producida por un “incremento de actividad de los grupos terroristas en la región”, que puede “afectar a la seguridad en la zona”.

A pesar de la advertencia estatal, que se produjo el mismo día que el ya entonces ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, Josep Borrell, y su homólogo marroquí, Nasser Bourita, se reunieron para analizar la situación en la zona del Sáhara Occidental, decidió ir a los campamentos porque, “aunque la amenaza fuera real, ¿alguien dejaría solo y en peligro a un familiar suyo? Los campamentos no son más peligrosos ahora que antes, para lo bueno y para lo malo, la situación no ha cambiado”.

Estos campamentos se habilitaron en 1975, cuando los saharauis tuvieron que exiliarse de la colonia española donde vivían, el Sáhara Occidental, que fue ocupada por Marruecos. Sus habitantes, más de 150.000 personas, dependen de la ayuda internacional. A finales de los años 90 se creó la Minurso, una misión de las Naciones Unidas para buscar una salida al conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario, quienes reclaman su soberanía sobre el territorio. Se propuso celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, pero a día de hoy no se ha realizado.

El único precedente en el que Exteriores aconsejó a los cooperantes españoles que regresaran de los campamentos ocurrió en 2012, cuando el entonces ministro, José Manuel García-Margallo, aseguró que existían indicios de un aumento de la inseguridad en la zona y de posibles actuaciones contra objetivos extranjeros. Aunque esta decisión era voluntaria, la mayoría de los cooperantes trabajaban en proyectos financiados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, que depende del Ministerio.

“Es como mínimo cuestionable que justo después de reunirse con un ministro de Marruecos, el Gobierno de España haya publicado la alerta”, relata Pablo, quien asegura que no se han puesto en contacto con ellos y solo se ha podido informar a través de lo publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y los medios de comunicación. “Nos han bombardeado con desinformación”.

Días después de la alerta, la ministra de Defensa, Margarita Robles (ahora también encargada de Exteriores), aseguró que Naciones Unidas, basándose en informaciones del Gobierno de Argelia, había “confirmado” la alerta antiterrorista, pero poco después, el Ejecutivo del país norteafricano negaba este punto. A pesar de ello, Exteriores ha vuelto a reafirmarse, recomendando a los españoles que están en los campamentos que los abandonen si su presencia no es imprescindible.

“No venir supondría fallar a mucha gente.Nosotros hemos traído mucho material (medicina o ropa) que nos han aportado muchos canarios de forma desinteresada. No estamos de turismo, estamos visitando a nuestros hermanos y, si al Gobierno le vale con desaconsejar viajar a los campamentos, es que no han entendido nada”, concluye Pablo.

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