La Unidad de paliativos de Lanzarote atiende 200 casos: “Cuando no se puede curar hay que aliviar”

Parte del equipo de la Unidad de Cuidados Paliativos, arriba, y María Jesus Pérez, en el interior.

Saúl García

Arrecife —

La Unidad de cuidados paliativos de Lanzarote nació hace más de diez años en San Bartolomé. En aquel entonces ya estaba la doctora María Jesús Pérez, que aún continúa. Al principio se creó en coordinación con uno de los pioneros en España, Marcos Gómez, del antiguo Hospital del tórax de Canarias.

El Plan de salud de Canarias ya recogía la implantación de cuidados paliativos en todas las islas pero en Lanzarote aún no se había desarrollado. Pérez trabajaba en el servicio de Urgencias. “Vi llegar a morir a mucha gente en Urgencias y ese proceso no era del todo digno-señala-, es muy duro decirle a una madre en urgencias que su hijo ha fallecido en un accidente”.

En Urgencias existe la satisfacción inmediata de salvar una vida pero también la impotencia cuando no se puede hacer nada, así que pensó que también se debía hacer algo en la medicina de alivio aunque no cure, y no sólo en la medicina curativa. La doctora propuso a la gerencia poner en marcha una unidad de paliativos en esta isla, que comenzó en 2005 sólo con atención domiciliaria y centrada en los enfermos oncológicos.

Dos años después, y ya en el Hospital, se sumó a la Unidad un segundo equipo, y hoy son ya tres equipos de médicos y enfermeras, formados por cuatro médicos: Pérez y Néstor Pereyra, que comparten un equipo, más Teudis Fernández y José Agustín González. Elisa Machín y Marta Balboa son las enfermeras fijas y hay otro equipo de enfermeros, como Dani, Leti, Itziar, Didio o Jorge, que van rotando.

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