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“Va a haber muchas zonas que verán desaparecer sus playas”

El geógrafo y climatólogo Jonathan Gómez Cantero durante su intervención en las Jornadas Forestales de Gran Canaria.

Macame Mesa

Las Palmas de Gran Canaria —

El cambio climático es una tendencia que ya afecta a Canarias, ha hecho vivir al Archipélago su verano más cálido y si se ha convertido en irreversible, aunque todavía se puede evitar que sus efectos empeoren. Así lo afirma el geógrafo y climatólogo Jonathan Gómez Cantero, uno de los revisores más jóvenes del quinto informe que elabora el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas (ONU), que aglutina a expertos mundiales en la materia.

Aunque considera “demasiado extremo” el estudio recientemente publicado por la revista científica Proceedings de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos, que advierte de que gran parte del Puerto de La Luz, Maspalomas, el frente marítimo de Santa Cruz, Corralejo y otras zonas podrían quedar cubiertas por el mar en 2100, afirma que “bien es cierto que habrá un aumento del nivel del mar, que en no mucho tiempo podrá ser incluso de 20 centímetros”.

Eso significa que muchos lugares verán desaparecer sus playas y que durante los episodios de temporal, el mar pueda penetrar mucho más al interior.

Gómez Cantero ha participado la tarde de este miércoles en las XXVV Jornadas Forestales de Gran Canaria celebradas en el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, donde ha llevado a cabo una ponencia en la que ha hablado de los efectos ambientales, económicos y sociales del cambio climático en Canarias.

Al respecto, explica que ya se están viendo impactos “bastante fuertes” en la biodiversidad, en el estado de los bosques y en las poblaciones pesqueras debido, entre otros aspectos, a los episodios extremos de calor. De hecho, señala que las altas temperaturas registradas durante el verano en el Archipiélago y el presente mes de noviembre derivarán en que 2015 sea unos de los meses más cálidos de la historia del planeta.

“Eso tiene el problema de que, verdaderamente, año a año va haciendo más calor”, explica. El hecho de que las islas registraran recientemente uno de sus inviernos más fríos, forma parte de los extremos del cambio climático, aunque indica que los meses comprendidos en la época invernal están tendiendo a ser cada vez más templados. “Eso no evita que podamos tener una helada, la única diferencia es que si antes teníamos cinco, ahora a lo mejor tenemos una”, apostilla.

Los efectos más inmediatos que podrán detectar los canarios se registrarán en las temperaturas, con los episodios de calor y los cambios en la variabilidad de las precipitaciones. Es decir, que “habrá largos periodos más secos, pero también puede haber periodos de mayor torrencialidad” lo que derivará en una mayor erosión del suelo y, por lo tanto, su desertización.

Gómez Cantero explica que el incremento generalizado del mercurio supone un riesgo para la población, porque pasados los 40 grados centígrados la mortalidad aumenta. Algo que también afecta a las zonas pesqueras, que sufren migraciones de peces, y la agricultura, cuyos trabajadores verán como el clima cambia y “o se adaptan o tendrán que cambiar los cultivos”.

De hecho, mantiene que las islas sufrirán el problema de que algunas especies endémicas no podrán emigrar, mientras que en un continente sí que se pueden ir desplazando. Este conjunto de consecuencias, motivadas por lo que denominó como “tropicalización” del clima canario, pueden derivar en un descenso del Producto Interior Bruto y un aumento del paro en 2050 si no se actúa para combatirlo, advirtió.

Para el climatólogo, España puede poner en práctica muchas más medidas para evitar este fenómeno, como cambiar el modelo eléctrico, conseguir que las ciudades emitan menos contaminantes, limitar las emisiones de gases de efecto invernadero e intentar dejar de lado las energías fósiles por las renovables.

Según explica, la temperatura media del planeta ha aumentado desde 1880, fecha en la que existen registros, en casi un grado, “a lo mejor un grado más es probable que lo aumentemos antes de 2035”. Tan solo haría falta otro grado más para que los efectos en las islas fueran graves, lo que podría ocurrir en 2050.

Gómez Cantero considera que los canarios están concienciados de la situación, pero lamenta que al ser un problema global “por muy renovable que sean en las islas, si el resto del mundo sigue emitiendo, también van a tener los efectos del cambio climático”.

Las Jornadas Forestales de Gran Canaria, que este miércoles contaron con la presencia del consejero de Medio Ambiente, Emergencias y Participación del Cabildo de Gran Canaria, Juan Manuel Brito, terminarán el próximo sábado con una salida a la cumbre y zonas de medianías para visitar las zonas en las que se realizaron los estudios de recuperación de la vegetación.

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