La construcción de un gran edificio en Guanarteme genera el temor de que se desvíe el cauce de un barranco

Tractores y obreros trabajan retirando escombros y, al fondo, bajo la casa amarilla, se aprecia el barranco de La Ballena.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

El inicio a principios de julio de unas obras en la calle Castillejos, en el barrio de Guanarteme de la capital grancanaria, está generando temor entre sus vecinos a que se desvíe el cauce del barranco de La Ballena, que justamente discurre por el solar donde se está construyendo un inmueble de 119 viviendas que ocupará 2.039,39 metros cuadrados, e incluye plazas de garaje.

A pesar de que el concejal de Urbanismo de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, ha asegurado que se canalizará para que al mar llegue el agua de lluvia “sin la porquería que se tira”, las vecinas no se fían: “No quiero que le cambien su curso natural y que lo desvíen para construir encima de un edificio”, afirma una de las habitantes de una vivienda colindante, ubicada en la calle El Salvador.

Doreste ha explicado a este periódico que la canalización del barranco y la construcción, promovida por la empresa Almacenes Guanarteme SL, son fruto de un convenio y del plan general de ordenación de la ciudad capitalina.

“Ese edificio es fruto de un convenio firmado en la época en la que Jerónimo Saavedra (2007-2011) era alcalde de Las Palmas de Gran Canaria y yo no puedo negarme a cumplir un convenio firmado por otra corporación si el propietario que negoció ese acuerdo dice que quiere ejecutarlo, porque daría lugar a numerosos pleitos y la ciudad caería en inseguridad jurídica”, expone Doreste.

La canalización del barranco, según Doreste, está comprendida en el último plan general de la ciudad, como parte de un proyecto mayor que contempla “un bulevar, que arrancaría desde la rotonda final de Mesa y López hasta la Playa de Las Canteras, con espacios libres y aparcamientos; pero esas actuaciones, que serían muy costosas, no la vamos a llevar a cabo en este mandato por las dificultades que conlleva”.

El concejal de Urbanismo ha asegurado que lo que se está haciendo es canalizar el barranco, pero que, al mismo tiempo. también se “aprovechará para hacer la excavación (de 5 o 6 metros de profundidad) y la cimentación del edificio”. Para ejecutar estas actuaciones conjuntas, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha cerrado un tramo de la calle Castillejos durante dos meses, por donde discurren al menos siete líneas de Guaguas Municipales y las de Global que vienen del norte, obligando a desviar el tráfico a otras calles como Cayetana Manrique o Fernando Guanarteme y a que agentes de policía deban gestionar la circulación de vehículos.

De hecho, el pasado miércoles en la calle Cayetana Manique se produjo un socavón, que vecinos han atribuido al tráfico que ha debido sorportar esta vía. Sin embargo, Doreste lo desmiente: “No tiene nada que ver. Ese socavón se produce porque esa tubería es muy vieja y ya se le pidió a Emalsa que la cambiara. Es lo mismo que ocurrió en Néstor de la Torre, donde se produjeron dos o tres roturas de tuberías seguidas y todo el mundo le echaba la culpa a la Metroguagua”.

Pero el barranco no es la única preocupación de los residentes. Aceptan tener que convivir con el ruido desde las 08.00 horas de la mañana hasta las 17.00 horas, pero algunas de las vecinas, cuando tuvieron conocimiento de las actuaciones que se iban a acometer, acudieron al ayuntamiento ante la preocupación de que sus casas fueran expropiadas. De hecho, estas actuaciones han dejado una casa en la calle Castillejos que se alza como un oasis rodeada de las obras y, al salir a la calle, no hay ni medio metro de distancia con el vallado de la obra.

El temor de las vecinas, que llevan toda la vida habitando en el barrio de Guanarteme, nace de su preocupación tras observar cómo se ha transformado la zona, aumentando el precio los alquileres y dificultando a los residentes el acceso a una vivienda u obligándolos a irse. “No hay dinero que compre mi casa”, afirma una de las vecinas mientras exhibe orgullosa cada recoveco de la vivienda que habita desde 1955.

“Ya se expropió lo que había que expropiar (una casa de dos plantas y un garaje, que se derribaron en el terreno sobre el que se alzará el edificio); ya no se va a expropiar nada más y no hay ninguna intención de hacerlo, al menos, durante este mandato”, asegura Doreste, quien, en todo caso, expone que uno de los proyectos tiene abierto el periodo de exposición pública que quien quiera pueda presentar alegaciones, pero no toda la actuación, es decir, el bulevar desde Mesa y López hasta Las Canteras; “ese ya se expuso en su momento”.

Desde la oposición, tanto Ciudadanos como el Partido Popular, han pedido el expediente de la licencia de obra. Ángel Sabroso, concejal del Partido Popular, también ha solicitado el informe de tráfico que notificó el cierre de la calle durante dos meses o los convenios existentes. Para el concejal de la oposición, el principal problema, por ahora, es la falta de información que ha difundido el Ayuntamiento a los ciudadanos y, en particular, a los afectados. “Que sienten a los vecinos en una mesa y les expliquen todo, porque supuestamente es una actuación para mejorar el barrio y el entorno y no debería convertirse en un problema”, relata“.

Por su parte, y al igual que la concejala de Ciudadanos, Beatriz Correas, esperará hasta tener todo el expediente para sacar conclusiones sobre esta actuación.

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