Un cráneo del siglo XI hallado en La Oliva delata la primera muerte violenta entre los antiguos mahos

Las arqueólogas Rosa Lopez (d) y Verónica Alberto clasifican los huesos en el lugar del enterramiento. EFE/Carlos de Sáa

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

Un equipo de arqueólogos ha documentado el primer caso de muerte violenta entre los aborígenes de Fuerteventura tras haber estudiado los restos de un cráneo de unos mil años de antigüedad hallado, con una fractura en uno de los laterales, en la zona de La Tonina, en La Oliva.

El periplo de este cráneo, junto al de un fémur también encontrado en la zona, comenzó en 2014, después de que un grupo de pescadores localizaran estos restos en un socavón próximo al litoral.

Tras avisar a la Guardia Civil -y esta a la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura-, los técnicos de Patrimonio empezaron a trabajar con la hipótesis de que aquellos restos óseos podían pertenecer a los mahos, los antiguos pobladores de la isla hasta la llegada de los conquistadores a comienzos del siglo XV.

Poco después, se extrajo el primer premolar superior izquierdo y se envió a Estados Unidos, de la mano de la empresa de arqueología Tibicena, para someterlo a unas pruebas de Carbono 14 que vinieron a datar los huesos entre el siglo XI y XII.

Por otro lado, el cráneo y el fémur, junto a otros restos óseos hallados en superficie tras prospectar la zona, fueron estudiados por la especialista en bioantropología Martha Alamón.

Estos estudios han permitido incorporar a los escasos restos humanos aborígenes encontrados hasta el momento en Fuerteventura a un nuevo individuo: un joven de unos 17 a 20 años, de alta estatura (aproximadamente 1,81 metros) y corpulento, con algunos de sus huesos deteriorados, posiblemente por la propia masa muscular.

La posterior excavación realizada en una especie de abrigo, localizado en el acantilado de La Tonina, sacó a la luz un nicho funerario en el que fue depositado el cadáver tras su muerte.

La arqueóloga Rosa López forma parte, junto a la también especialista en bioantropología de la empresa Tibicena Verónica Alberto, del equipo que trabajó en la excavación de La Tonina.

En declaraciones a Efe, López comenta que la excavación permitió “despejar la duda de que los huesos podrían haber llegado a la zona de forma fortuita tras algún desprendimiento en el acantilado”.

Sin embargo, el director de Tibicena, Marco Moreno, explica que la principal novedad del hallazgo es la de haber podido documentar el primer episodio de muerte violenta entre los miembros de la sociedad preeuropea de Fuerteventura, con el valor añadido de que apenas se han encontrado casos similares en el resto del archipiélago.

El arqueólogo, que trabajó en los estudios junto a Verónica Alberto, señala cómo los huesos de la cabeza presentaban un golpe en el cráneo y otro en la mandíbula, ambos en la zona lateral izquierda.

Moreno, incluso, se atreve a recrear la hipotética escena de violencia: “Posiblemente y, debido a su gran altura, le dieron un primer golpe en la boca que lo dejó postrado y remataron con otro en la cabeza que le produjo la muerte”.

Este experto en el pasado aborigen de Canarias también llama la atención sobre el lugar donde fue colocado el cadáver, “en una fosa muy rápida y poco habitual: cerca del litoral”, y plantea la hipótesis, aún por confirmar, de que se trate de una “tumba de relegamiento, aunque habrá que saber por qué”, matiza.

Durante todo este tiempo, los trabajos han estado supervisados por la arqueóloga del Cabildo Milagros Estupiñán, quien asegura que cada vez son más los hallazgos casuales a manos de senderistas, cazadores... que terminan arrojando importantes datos, tal y como “ocurrió en los espacios funerarios del Barranco de Los Canarios, la Cueva de Huriamen, en Villaverde y ahora en La Tonina”.

Estupiñán insiste en la importancia de que el ciudadano esté concienciado y que sepa cómo actuar ante un hallazgo: “Es fundamental que eviten, en todo momento, alterar el lugar y llamen al Seprona de la Guardia Civil, a los agentes de Medio Ambiente del Cabildo o a Patrimonio Histórico”.

Desde el Cabildo, han acogido con entusiasmo el hallazgo. Su consejero de Patrimonio Histórico, Juan Jiménez, explica que los restos localizados en La Tonina “podrían determinar algunos de los aspectos que se tratan de aglutinar para saber más de los siglos XI, XII y posteriores”.

Jiménez también destaca la importancia que supone para la arqueología majorera el poder documentar el primer caso de muerte violenta entre los mahos, lo que podría indicar “cierta convulsión social entre los estamentos isleños por el control del territorio”.

En todo caso, este hallazgo “servirá para seguir ahondando en el conocimiento de nuestros ancestros”, añade.

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