El acusado asegura que su víctima se clavó el cuchillo solo

José Díaz Rodríguez, autor confeso de un delito de homicidio el 4 de febrero de 2007 en Morro Jable, al sur de Fuerteventura, declaró ante el tribunal jurado de la Audiencia Provincial de Las Palmas, que la víctima se clavó a sí mismo el cuchillo de 24 centímetros de hoja que guardaba en el vehículo que conducía en el momento de los hechos y que sacó “en defensa propia”. Sin embargo, un testigo de la Guardia Civil afirmó que las pruebas señalan que la agresión “fue por la espalda, con fuerza y violencia”.

Según el agente los hechos sucedieron en dos fases. Una primera donde la víctima propinó patadas al acusado y una segunda en la que el detenido aprovechó que su contrincante estaba de espaldas sobre una moto y le asestó una puñalada. El agente se mostró convencido de que “de otra manera no se hubiera enfrentado” porque la víctima era una persona “corpulenta y violenta”.

Díaz reconoció ante el tribunal jurado ser consumidor habitual de sustancias estupefacientes que le suministraba la víctima, Agustín Norberto González González, motivo por el que lo visitó la noche de los hechos y que provocó la pelea que terminó con la puñalada que mató a la víctima. El acusado, que permanece en prisión provisional en Tahíche (Lanzarote), se enfrenta a una pena de 15 años, la inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena y el pago de las costas.

El detenido, que trabajaba en una empresa ganadera y solía llevar cuchillos en su vehículo, mantuvo ante el tribunal que la víctima “vino ciego hacia mí” tras acudir Díaz a su domicilio con intención de comprar drogas. Por medio de una contraseña, Norberto González le hizo saber que no podía atenderlo y se marchó. No obstante, “a los diez minutos me vio, empezó a insultarme y comenzó a pegarme”. Díaz sostiene que le dio un codazo en el oído que lo tumbó al suelo y allí, la víctima le propinó “todas las patadas que quiso”.

A pesar de todo, logró esconderse bajo su coche y cuando Norberto se marchó se subió al mismo y se dispuso a alejarse de la zona. Díaz explicó que “estaba obligado a volver a pasar por delante del domicilio de Norberto” por el sentido de la circulación dispuesto en esta zona de la localidad majorera, y fue en ese momento cuando este lo volvió a ver, lo siguió en su moto, lo alcanzó y le dio patadas a la puerta del vehículo “al verme obligado a detenerme porque otro coche estaba haciendo la maniobra de marcha atrás”.

Tras detenerse, Díaz explicó que salió del vehículo portando el cuchillo con ánimo de asustarlo y que la víctima se dirigió a él con violencia “de frente y se clavó sólo el cuchillo”. El detenido manifestó al tribunal que en ningún momento “vi sangre” y además pensó que “le había dado en el brazo o el codo pero sin notar que se clavaba”, por eso huyó de la zona y afirma que “vi como se marchaba caminando”.

Encubridor

Mientras se alejaba en su coche se encontró casualmente con Diego Odón Cabrera Hernández, acusado de un delito de encubrimiento y para el que el fiscal solicita una pena de dos años y seis meses de prisión. Díaz declaró que le confesó que había tenido “una pelea con Agustín” y le puso el cuchillo en su vehículo “el cuchillo envuelto en una toalla sin decirle lo que era ni lo que había sucedido exactamente”.

Según se recoge en las calificaciones provisionales del fiscal, Díaz le pidió a Diego que ocultara el arma, “el cual, intuyendo al menos lo que había ocurrido con la misma procedió arrojándola al mar”. Diego Cabrera y su defensa niegan que el acusado de encubrir este homicidio conociera los hechos tal cual sucedieron en el momento en que Díaz le dio el cuchillo y mantienen que se deshizo del cuchillo tirándolo al mar “por una reacción extraña sin justificación”, alegó su abogada.

La defensa de Diego Cabrera solicita la libre absolución por “desconocer los hechos en el momento en que le entregaron el cuchillo y colaborar desde el primer momento con la Guardia Civil en la localización del arma”.

Testigos

El fiscal y el abogado de la acusación particular citaron a cuatro testigos, todos miembros de la Guardia Civil y la Policía Judicial de Fuerteventura. El sargento del Instituto Armado destinado en Morro Jable en el momento de los hechos declaró ante el tribunal que las pruebas recabadas en el lugar del homicidio y las diferentes inspecciones oculares realizadas durante la búsqueda del acusado desmontan la declaración de Díaz.

El sargento sostuvo que “a mi entender la pelea se dio en un único punto de la calle, donde se encontró la sangre y el detenido le asestó una herida con violencia y fuerza”. La agresión “tuvo que darse mientras la víctima se encontraba sentado sobre su moto, con el casco puesto y por la espalda, después de que minutos antes se enzarzaran en una pelea donde el peor parado fue José Díaz”.

El agente afirmó que “no tenemos ningún testigo que confirme la existencia de una persecución por la localidad”. Por el contrario, la viuda declaró ante la Guardia Civil que su marido llegó herido hasta la ventana de su casa y le dijo “mira lo que me ha hecho tu primo”.

En esta relación de parentesco se basa la acusación particular para negar que la víctima fuera un vendedor reconocido de sustancias estupefacientes. El letrado de la familia, Armando Martín Díaz, acudió esa noche a la vivienda de Norberto González según lo había hecho otras veces y por razones familiares únicamente, por esto afirmó ante el tribunal jurado que “estamos aquí para pedir justicia”.

El fiscal, en su alegato de presentación mantuvo su petición de 15 años de prisión “porque a día de hoy las pruebas atestiguan que José Díaz es el autor de la muerte de Norberto González” y que en él no concurren los atenuantes de “no estar en posesión de sus facultades mentales por causa del consumo de sustancias estupefacientes” y colaboración con la justicia “por haberse entregado”. El fiscal y la declaración del testigo de la Guardia Civil sostienen que la entrega no fue voluntaria “ya que lo hizo cuando ya sabía que lo buscaban”.

Por el contrario, la defensa de José Díaz alega que el detenido es un consumidor habitual de diferentes sustancias estupefacientes “desde hace 20 años” y “colaboró con la justicia al entregarse al día siguiente de los hechos”. La letrada Josefina Navarrete reconoció que “al haber reconocido mi defendido ser el autor de la cuchillada no estamos en disposición de pedir”, pero sí solicitó al tribunal al jurado que aplique “el criterio de proporcionalidad”.

La vista continuará este martes en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas, a partir de las 9.30 horas, con la exposición de las pruebas periciales.

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