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El joven acusado del crimen de La Rama alega legítima defensa

El acusado Eliot Sadam A.B., de 22 años, hizo estas declaraciones ante la Audiencia de Las Palmas, donde un jurado popular le juzga esta semana por un presunto delito de homicidio. El fiscal solicita una pena de 11 años de prisión y el pago de una indemnización de 50.000 euros a los familiares de la víctima, Antonio Vega Alemán.

La acusación particular, sin embargo, pide 16 años de prisión, por entender que se trata de un asesinato, mientras que la defensa, dos años, pues considera los hechos como un homicidio imprudente, con los atenuantes de defensa propia y de ingesta de alcohol y droga, extremo también advertido por el fiscal y la acusación particular.

Según el agresor, “todo sucedió muy rápido”, en uno o dos minutos, por lo que dijo que no recordaba muy bien lo ocurrido la mañana del 4 de agosto en la verbena celebrada en el parque de Los Chorros, después de haber consumido a lo largo de la noche varias copas de vodka, un “par de porros” y dos gramos de cocaína. Explicó que se inició una pelea tras arrojarle la copa a un chico, que resultó ser la víctima, cuando se dirigía al chiringuito más próximo, y que, pese a que le pidió disculpas, éste le dio una “cachetada”, por lo que se inició una pelea entre ambos, a la que después se sumaron otros que empezaron a agredirle.

Añadió que, tras recibir el botellazo en la cabeza, cayó al suelo, donde recibió distintos golpes de quienes le rodeaban, y que entonces cogió el trozo de botella que le arrojaron para defenderse de quienes le agredían al tiempo que se levantaba del suelo. Narró que “todo el mundo” se alejó y que él salió corriendo sin percatarse de que alguien hubiese resultado herido, y que se encontró con un amigo, Salvador, con quien había ido a La Rama, desde la localidad de Arinaga, y que éste le dijo que se fueran, y así lo hicieron cada uno en el coche con el que llegaron hasta Agaete.

Él lo hizo en el que le había alquilado su padre, pero sólo pudo conducir hasta la capital grancanaria, porque ahí se dio cuenta de que no estaba en condiciones de seguir, señaló al tribunal. El acusado añadió que su amigo Salvador le llevó al Hospital Insular para que le curaran las heridas y después hasta Arinaga, donde se marchó a casa de sus padres.

Afirmó que fue en su domicilio donde se enteró de lo sucedido y donde fue detenido sobre las 16.00 horas del día 4 de agosto por la Guardia Civil, después de que su padre comunicara los hechos al instituto armado, según relató al tribunal, al que también dijo desconocer cuándo se empezó a congregar gente alrededor de la casa con intención de lincharle. Según el fiscal, el acusado en su declaración de este lunes incurrió en numerosas contradicciones, por lo que aportó al tribunal como testimonio las efectuadas con anterioridad tanto ante la Policía como en la fase de instrucción.

El primer testigo en declarar tras el acusado fue el guardia civil que instruyó las diligencias el día de los hechos, quien afirmó que la víctima presentaba un corte profundo en el cuello, de donde se le extrajo un trozo de cristal.

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