El acusado de violar a 4 jóvenes intenta agredir a un fotógrafo durante el juicio

El presunto violador Malek Moussa trató de abalanzarse este martes sobre un fotógrafo durante un juicio por tres violaciones y dos agresiones y abandonó la sala porque no quería ser fotografiado por miedo a represalias, explicó su abogado, quien agregó que sólo reconoce una de las violaciones.

El acusado, tras ser retenido por los policías, manifestó a la sala que no quería que el juicio fuera presenciado por la prensa, pero al ser audiencia pública, prefirió abandonar la sala y el juicio siguió sin su presencia.

En las declaraciones tomadas con anterioridad al acusado y leídas durante el juicio, el acusado, que se enfrenta a 63 años de cárcel, explica que es de origen marroquí pero vivía en Francia, donde estaba en la cárcel por una violación según aseguró falsa, pero al no cumplir la condena completa fue expulsado a Marruecos, desde donde se trasladó en patera a Fuerteventura.

Aunque en un principio reconoció cuatro violaciones en Gran Canaria, finalmente dijo que lo hizo por considerar que le beneficiaba más, pero que realmente sólo cometió una de ellas y agredió a otra de las denunciantes.

En total fueron cinco las jóvenes que este martes relataron ante la sala cómo fueron abordadas por el acusado y los hechos que se consumaron, a lo que se sumó las declaraciones de los testigos que lo vieron en los lugares de los sucesos y las pruebas de huellas dactilares y de ADN practicadas, lo que hizo que el fiscal elevara a definitivas todas las acusaciones salvo una referente a una agresión sexual en grado de tentativa.

Hizo especial hincapié en la indefensión de dos de las acusadas, menores de edad, tanto durante los hechos como durante la vista, por lo que testificaron tras un biombo.

Una de las menores tenía 13 años cuando sucedieron los hechos y este martes, con quince, las lágrimas apenas la dejaban relatar el suceso.

Aún así, contó cómo salió a jugar y al regresar y disponerse a coger el ascensor de su casa un hombre la abordó y con un destornillador en el cuello la amenazó y la obligó a subir hasta la azotea, donde se hizo la desmayada a ver si la dejaba “en paz”.

El hombre la obligó a besarlo, la metió en uno de los cuartos, le quitó la ropa, introdujo su pene en la boca y los dedos en la vagina, lo que comprobaron los peritos con posterioridad al detectar, entre otras lesiones, el himen hemorrágico.

Al oír voces, el hombre se marchó, ella cerró el cuarto y puso objetos detrás de la puerta, hasta que oyó nuevamente voces comenzó a llamar a quien estuviera en la azotea, momento en el que un vecino la encontró nerviosa y en estado de shock, según ratificaron los médicos.

Otra de las jóvenes, en el momento de los hechos con 15 años, fue violada, según aceptó él, en el cuarto de contenedores de un edificio en el que la metió amenazada con un cuchillo para consumar la agresión y robarle el móvil y algo de dinero.

Una huella dactilar dejada en el pomo, así como el ADN de su esperma confirman su autoría, subrayó el fiscal.

Vida “perdida” por culpa de las mujeres

El acusado declaró en su momento que cree que lo hizo por venganza en un momento de crisis porque su vida está “perdida” por culpa de las mujeres, ya que una lo acusó falsamente de violación en Francia y también aludió a la madre de un hijo de tres años.

Estos casos, sucedidos en 2005, se suman al de otra joven agredida con un palo en la cabeza y conducida a un solar en obras donde fue violada.

El acusado reconoce las lesiones que le causó pero no la violación, pues asegura que le ofreció droga a cambio de sexo y que finalmente la joven accedió.

Otra menor relató cómo, tras tomarse un helado con una amiga, un individuo se subió con ella en el ascensor, la amenazó con un destornillador y la condujo hasta la planta 24, aunque tras las amenazas y caer al suelo, corrió escaleras abajo.

La última víctima contó como trató de ser retenida y cómo logró escapar, aunque no llegó a ser agredida ni el individuo lo intentó, por lo que el fiscal retiró esta acusación.

Elevó a definitivas, sin embargo, tres delitos de violación, uno por agresión sexual en grado de tentativa, dos por detención ilegal, un delito y dos faltas por lesiones y un delito por robo con intimidación, los que suma una petición de 63 años de cárcel.

El letrado de la defensa pidió seis años por el de violación y seis meses por el de lesiones.

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