Más de 25.000 africanos embarcaron en cayucos este año rumbo a Europa

Entre enero y octubre de este año más de 25.000 personas procedentes del África subsahariana embarcaron a bordo de cayucos para emigrar clandestinamente a Europa, en lo que representa el mayor flujo de inmigración irregular conocido hasta la fecha.

Ante la preocupación suscitada en el seno de la opinión pública española y las presiones de los demás países de la Unión Europea, el Gobierno español adoptó una actitud de firmeza para organizar la repatriación de todos los ilegales que se encuentran en su suelo.

Una acción diplomática de gran envergadura se ha llevado a cabo en los últimos meses, en la que se han implicado las máximas autoridades de Asuntos Exteriores, y que ha desembocado en la firma de acuerdos con los gobiernos de los países de origen de los clandestinos, que aceptaron, con alguna condición, la deportación de los inmigrantes.

El presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, fue el primer mandatario africano que manifestó su comprensión respecto a la actitud de Madrid, al declararse dispuesto a acoger a los ciudadanos nacionales que regresaran.

A cambio, España prometió una ayuda financiera para convertir en realidad un ambicioso proyecto agrícola que se plantea como alternativa a la emigración clandestina.

El Plan REVA (Retorno a la Agricultura) del presidente Wade fue acogido positivamente por el Gobierno español, que se comprometió a abonar una contribución de 20 millones de euros, como primer gesto para poder concretar el proyecto que pretende generar centenares de miles de puestos de trabajo e importantes ingresos a los beneficiarios.

El secretario de Estado español de Asuntos Exteriores, Bernardino León, calificó el plan REVA de “respuesta inteligente a la emigración ilegal”, en un viaje realizado a Dakar para negociar las condiciones de devolución de los clandestinos y un programa de ayuda económica para frenar la emigración ilegal.

Tanto España como los países de procedencia de los emigrantes coincidieron en admitir que la pobreza y el desempleo son las principales causas de la emigración irregular, por lo que para luchar eficazmente contra el fenómeno es preciso atacar el problema desde su raíz.

Las negociaciones entre Madrid y Dakar permitieron la firma, en agosto, de un memorándum de entendimiento y el lanzamiento de una amplia campaña de lucha contra la emigración ilegal, según el modelo de acuerdo firmado con Marruecos y Mauritania, anteriores puntos principales de salida de las embarcaciones hacia Canarias.

Asistencia económica a Senegal

Este acuerdo incluye un programa de asistencia económica de España a Senegal, dentro del marco del Plan África, que pone en evidencia la voluntad de Madrid de convertir sus relaciones con el continente negro en una de las prioridades de su política exterior.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, recorrió varias capitales de la zona entre marzo y octubre para confirmar que España abordará de manera multilateral problemas globales como la pobreza, la amenaza terrorista y la preservación del medio ambiente.

El acuerdo firmado con Senegal ha hecho posible el despliegue, a comienzos de septiembre, de la operación europea Frontex para vigilar las aguas senegaleses gracias a una operación que incluye aviones, helicópteros y buques de la marina española, europea y senegalesa.

Dicha acción hizo posible frenar en pocos días las salidas de embarcaciones procedentes de las costas senegalesas con destino a Canarias.

La operación Frontex, combinada con la repatriación de los clandestinos, iniciada el 14 de septiembre gracias a un puente aéreo entre Fuerteventura y la ciudad de Saint-Louis (norte de Senegal), tuvo un importante impacto al convencer a quienes ponían en duda las amenazas de repatriación de las autoridades.

El retorno de casi cinco mil jóvenes, entre septiembre y octubre, acabó con la determinación de muchos que soñaban con emigrar y que proclamaban el lema Barca o barsaj (Barcelona o el infierno), expresando con ello el profundo sentimiento de desesperanza de la juventud en los países del Africa subsahariana que buscan un hipotético Eldorado en Europa.

Francia, otro país de destino de emigrantes senegaleses, concluyó un acuerdo de cooperación con Senegal a finales de septiembre inspirado en el modelo firmado entre Senegal y Madrid, pero con un campo de aplicación ampliado.

Este acuerdo ofrece mejores perspectivas a los estudiantes senegaleses en Francia y a los emigrantes legales con unas medidas de simplificación de las condiciones de agrupación familiar, entre otras innovaciones.

El ministro galo de Interior, Nicolas Sarkozy -que firmó el acuerdo en Dakar con su colega senegalés, Ousmane Ngom- insistió en que para luchar eficazmente contra la emigración irregular es necesario favorecer las condiciones de vida en África.

Las medidas no logran frenar la llegadas

Los países de la Unión Europea situados en la ribera mediterránea, y particularmente España por su situación geográfica, son los principales receptores europeos de la inmigración irregular procedente de África.

La sucesiva aplicación de medidas para intentar detener las avalanchas no ha logrado frenar la llegada de inmigrantes, pero sí ha provocado una variación en las rutas que éstos siguen, tanto en el punto de salida como en el de llegada.

Si al comenzar la presente década la mayor parte de los inmigrantes africanos se desplazaban a España a través del Estrecho de Gibraltar y tenían como destino las localidades de esa zona, posteriormente ampliaron sus lugares de llegada hasta el este de Andalucía y las costas orientales de Canarias, y los de salida cada vez más al sur de África.

Ceuta y Melilla, únicas fronteras terrestres con África, han sido otras de las rutas empleadas por los inmigrantes para entrar en España. Entre los meses de junio y octubre de 2005 se produjeron numerosos asaltos masivos a las vallas fronterizas de estas dos ciudades y la UE cifró en 30.000 el número de personas que esperaban en Argelia y Marruecos para dirigirse a ellas.

En 2006 Canarias ha sido el principal destino en España de las oleadas de inmigración ilegal procedentes de África. Según datos oficiales, en los nueve primeros meses el año, 27.071 personas han llegado a las Islas de forma ilegal por vía marítima, de los que el mayor número arribó en septiembre (7.535 personas).

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